Irak resiste

 

Sesión de Barcelona del Tribunal Internacional sobre Iraq. Ocupación y resistencia. Testimonios (III - 1ª parte)

Del asalto a Faluya a la etapa postelectoral
(de noviembre de 2004 a la actualidad)

Tribunal Internacional sobre Iraq, Barcelona, 21/05/05
IraqSolidaridad, 29/11/05
Transcripciones de sala Sinfo Fernández y del árabe Inés Royo, Ignacio Gutiérrez de Terán y Pedro Rojo

"Cuando vieron que tenían muchas pérdidas y que no podían avanzar, empezaron a utilizar bombas y armas químicas, además del armamento [convencional revestido] con uranio empobrecido. Hay numerosas pruebas que nos confirman el uso de estas armas. En primer lugar, los testigos que salieron de la ciudad, nos aseguraron que vieron muchos cadáveres calcinados por esas armas y que habían visto cómo los estadounidenses echaban productos químicos [sobre los cadáveres] para quemarlos y que no quedaran huellas que pudieran comprometerles. Muchos cuerpos fueron arrojados al río y el resto a una fosa común, que sólo han reconocido recientemente y que alberga alrededor de 380 cuerpos, y que se encuentra en las afueras de la ciudad."

Sábado, 21 de mayo, 2005. Tercera Sesión (primera parte) [1]

Objeto de enjuiciamiento: El proceso electoral y las nuevas instituciones iraquíes. Las condiciones cotidianas de vida de la población bajo la ocupación, y las violaciones del Derecho Humanitario [2]

Comparecencia de los testigos iraquíes preguntados por Inés Royo [3]

Inés Royo: A Muhamad Tareq al-Darraji: Desde el Centro que usted dirige se han emitido dos informes detallados, el primero de ellos sobre la situación de los desplazados de las familias de Faluya a causa de la operación militar y, el segundo, sobre la persistencia de las violaciones de los derechos humanos, entre ellos el derecho a la atención sanitaria durante el asalto, que están además traducidos y que pueden ustedes encontrar y leer en la página web de la de la CEOSI [4]. Asimismo, se ha remitido un informe a la Comisión de Derechos Humanos de NNUU que se ha reunido recientemente en Ginebra. Para comprender la magnitud de lo acontecido en Faluya en otoño de 2004, debemos situar los hechos en el marco de la estrategia programada y trazada por las fuerzas de ocupación de dirigir un asalto y la toma de la ciudad de modo que les sirviera de modelo para futuros ataques, con la finalidad de garantizar la recuperación del control militar de la zona que estaba en poder de la resistencia. Se trataba de una situación de guerra no abierta puesto que, formalmente, a partir del 1 de mayo de 2003 no había habido ya más combates. ¿En qué condiciones se procede a asaltar una ciudad de 350.000 habitantes? Nárrenos, por favor, el modelo de ataque intensivo a una ciudad densamente poblada.

Muhamad Tareq al-Darraji: El asalto a Faluya no empezó en el mes de noviembre. Fue precedido por el combate que tuvo lugar en el mes de abril con las fuerzas estadounidenses y que fue el primer enfrentamiento directo y duro. Las pérdidas que las fuerzas estadounidenses habían tenido en el combate del mes de abril les obligaron a meditar por qué en esa batalla les había ido tan mal, ya que la victoria sobre la potencia más fuerte del mundo no había sido sólo en el plano militar. Además, se produjeron muchos acontecimientos que supusieron un duro golpe para los planes que tenía EEUU, y no sólo el revés de la derrota en el combate militar directo. En esa batalla del mes de abril no sólo combatieron los habitantes de Faluya sino que, debido a las violaciones sistemáticas cometidas por las fuerzas estadounidenses con anterioridad, hubo muchos combatientes que lucharon junto a la gente de Faluya y que provenían de otros lugares y pertenecían a otros grupos, nuestros hermanos chiítas del sur, del norte, kurdos, etc. Por lo que podemos decir que fue una operación que unificó al pueblo de Iraq para frustrar los planes estadounidenses de dividir el país. En mi opinión, la importancia de la batalla de abril fue que aunó a la totalidad de fuerzas iraquíes en una misma lucha y, sobre todo, porque lo que apareció ante el mundo no era lo que tenían previsto mostrar los estadounidenses. La batalla de abril no sólo sirvió de experiencia a los estadounidenses sino que dio un vuelco a la historia.

Después de ese combate, y como resultado de las pérdidas en el ámbito político y mediático debidas al fracaso de los estadounidenses, éstos empezaron a peinar la ciudad y a destruirla con una serie de medidas militares nuevas apoyándose en un plan de castigo generalizado para convertirla en ejemplo para el resto de ciudades que se plantearan resistir a la ocupación. Por ello, empezaron a bombardear la ciudad de manera continuada y a intervalos. Por un lado, con el pretexto de que querían matar a al-Zarqaui y a sus seguidores y, por otro lado, con la intención de desvirtuar la imagen y el renombre de la ciudad asociando a sus habitantes con terroristas con la idea de preparar el asalto que tendría lugar en el mes de noviembre. Por eso cuando se produjo la batalla de abril, la población sabía que el próximo combate iba a ser sangriento y que no se iba a diferenciar entre jóvenes y ancianos, e incluso toda la gente que colaboraba y que tenía relaciones sólidas con los estadounidenses sabía que éstos iban a utilizar todo tipo de armas disponibles a su alcance, armamento autorizado y no autorizado, y que tendría lugar una gran matanza. Por ello aconsejaron a la gente que se marchase de la ciudad y que la población civil no permaneciera en ella. Pero el pueblo de Faluya en vez de irse trató de abrir canales de comunicación con el gobierno iraquí ya que rechazaban cualquier contacto con el gobierno y con el ejército estadounidense. Y así llegaron a un acuerdo de paz con el gobierno iraquí para que en la ciudad sólo entrase el ejército iraquí y no las tropas estadounidenses. Por eso nos sorprendió la decisión estadounidense de rechazar ese acuerdo, tal y como declaró el ministro de Defensa iraquí a la Delegación de Faluya. Luego la aparición del primer ministro iraquí, Ayad Alaui, a través de la televisión y en una rueda de prensa, pidiendo una condición que no estaba incluida en el acuerdo ni en las negociaciones y que era la entrega de al-Zarqaui. Eso quería decir que el asunto estaba zanjado y que después de la batalla de abril ya habían tomado la decisión de destruir la ciudad. Sólo se podía hacer lo que ellos quisieran. La única puerta que nos quedaba abierta era recurrir a NNUU. Entonces fuimos a ver al representante del secretario general de NNUU en Iraq y le explicamos lo que le podía ocurrir a la ciudad, su situación actual; le manifestamos que la ciudad estaba dispuesta a colaborar políticamente y que el pueblo de Faluya quería participar en las elecciones de enero. Le pedimos al secretario ceneral que tomara todas las medidas necesarias y nos dirigimos al mismo Kofi Annan mediante una misiva especial para que interviniera y le pedimos específicamente dos cosas: la primera, que exigiera a NNUU que mediara entre el pueblo de Faluya y el gobierno iraquí para que proporcionara las garantías internacionales para cumplir el acuerdo de paz y, la segunda, la advertencia de que el asalto a Faluya tendría consecuencias muy graves y podría llegar a anular cualquier avance político y afectar seriamente a las elecciones iraquíes de enero.

Inés Royo: Gracias. Nos gustaría saber si usted tiene datos de la población acerca del asalto a Faluya. ¿Cuánta gente, en su mayoría civiles, pudo salir y cuánta gente se quedó dentro y sufrió el ataque masivo? ¿Puede darnos algunas cifras del número de muertos y del número de personas desplazadas?

Muhamad Tareq al-Darraji: El número de habitantes de la ciudad de Faluya es de 350.000 personas. Cuando EEUU empezó a bombardear la ciudad antes del asalto, incrementó los taques durante la última semana de manera brutal, por lo que se pidió a toda la población civil que se marchara de la ciudad. Salieron unas 300.000 personas y se quedaron alrededor de unos 40 ó 50.000 habitantes; la mayoría de ellos los más pobres de la ciudad, que no tenían posibilidad de salir ni tenían otra casa en las afueras ni tampoco podían sufragar sus gastos fuera de la ciudad. EEUU anunció que había matado a unas 1.200 personas, pero fueron muchas más; según nuestras valoraciones fueron, por lo menos, más de 3.000. El número de heridos fue de otros 2.000 más, y eso teniendo en cuenta que cerraron los hospitales, los bombardearon habiendo personas en su interior, y se prohibieron las operaciones, por lo que no disponemos de estadísticas oficiales del número real de heridos y de muertos. Suponemos que el número de personas desaparecidas alcanza la cifra de entre unas 500 a 1000 personas. Además, sus familiares no se atrevían a decir que tenían hijos desaparecidos para que no pensaran que sus hijos estaban con los combatientes, ya que los combatientes son considerados terroristas por los estadounidenses.

Inés Royo: ¿Es cierto que se permitió entonces la evacuación de civiles? Pero, ¿es cierto también que se impidió la salida de varones mayores de 16 años y hasta de ancianos?

Muhamad Tareq al-Darraji: Antes del inicio del asalto, como le dije, hubo un bombardeo muy duro e intenso que no discriminaba entre niños o ancianos, ni entre hombres o mujeres. Hasta antes del inicio del combate había manera de salir por algunas carreteras que se presentaban muy difíciles pero por las cuales podían huir los civiles. Pero cuando empezó la batalla, los soldados estadounidenses anunciaron que cualquiera que se moviera sería considerado como objetivo enemigo.

Por ello murieron muchos civiles, incluso después de finalizar el combate. Después los estadounidenses comunicaron por los altavoces a la gente que saliera y que se dirigiera hacia las mezquitas para entregarse y sacarlos luego de la ciudad. Pero nos sorprendió que mientras la gente salía de sus casas para ir a la mezquita eran objeto de francotiradores estadounidenses colocados en lo alto de los edificios. No conocemos bien el número de muertos que hubo. Entre ellos, uno de mis familiares salió junto con su madre y su padre, cuando un francotirador alcanzó en el cuello a su padre y en el pecho a su madre, a la que mataron al instante, y tan sólo pudo llevarse a su padre hacia la mezquita. Mucha gente llegó arrastrándose por el suelo hasta las mezquitas, los heridos y los que estaban ilesos, excepto los que murieron que permanecieron en la calle. Y éste es el motivo por el que un gran número de personas que murieron se quedaron así en medio de la calle durante mucho tiempo

Inés Royo: Concretamente esta semana hemos vuelto a ser testigos de asaltos similares en al-Qaim y en Ramadi. ¿Cree usted que se prevé que pueda ocurrir lo mismo en otras ciudades y otras zonas como Samarra, Mosul, Tikrit y Baquba?

Muhamad Tareq al-Darraji: La política estadounidense se basa en el principio de la fuerza y la mentira en cualquier ámbito para conseguir una tregua, para ganar tiempo y seguir empleando la fuerza una vez más. En cualquier ciudad y en cualquier grupo de gente pretenden escarmentar a uno para atemorizar al resto, para que no haya nadie más que se atreva a resistir. Por ello, lo que ocurrió en Ramadi -y lo que pueda pasar en otras ciudades-, es lo que ya se imagina el pueblo de Iraq. Y lo que también suponemos y nos asusta más es que, no solamente pretendan castigar a las ciudades iraquíes, sino que EEUU quiere crear conflictos internos para que la guerra sea de iraquíes contra iraquíes.

Uso de armamento no convencional: fósforo blanco

Inés Royo: Hemos tenido constancia por medios independientes de que se han utilizado armamentos no convencionales, una variedad de napalm, el fósforo blanco, por lo que cabe imaginar que haya áreas contaminadas por munición revestida de uranio empobrecido. Incluso hay crónicas y testimonios que relatan que EEUU ha estado removiendo el suelo para tratar de disimular y encubrir el uso de este tipo de armamento. ¿Puede darnos más detalles sobre el uso de bombardeos con estos materiales no convencionales, uranio empobrecido, etc.?

Muhamad Tareq al-Darraji: EEUU utilizó armamento no convencional en la batalla de abril, y el uso de bombas de fragmentación se convirtió en algo normal en sus bombardeos. Incluso tenemos fotografías de estadounidenses utilizando bombas racimo en zonas densamente pobladas. La fuerza de la resistencia con la que se toparon al inicio de la batalla del mes de noviembre les hizo usar armas nuevas contra los civiles que nunca antes habían utilizado: gases tóxicos, venenosos o de otro tipo.

Cuando vieron que tenían muchas pérdidas y que no podían avanzar, empezaron a utilizar bombas y armas químicas, además del armamento [convencional revestido] con uranio empobrecido. Hay numerosas pruebas que nos confirman el uso de estas armas. En primer lugar, los testigos que salieron de la ciudad, nos aseguraron que vieron muchos cadáveres calcinados por esas armas y que habían visto cómo los estadounidenses echaban productos químicos [sobre los cadáveres] para quemarlos y que no quedaran huellas que pudieran comprometerles. Muchos cuerpos fueron arrojados al río y el resto a una fosa común, que sólo han reconocido recientemente y que alberga alrededor de 380 cuerpos, y que se encuentra en las afueras de la ciudad.

Ahora se están llevando a cabo negociaciones e investigaciones para intentar sacar esos cuerpos y poder enterrarlos en el cementerio de la ciudad. Además ahora estamos constatando nacimientos de niños con malformaciones congénitas, y todo ello señala y nos confirma el uso de este tipo de armamento no convencional. Se están extendiendo nuevas enfermedades e infecciones entre los niños en las escuelas (orden de palabras). Ha empezado a surgir una enfermedad que es conocida como hemofilia. Tenemos muchos testimonios y por ello incluso la OMS ante todo esto pidió a los estadounidenses que les dejaran entrar en Faluya para examinar la realidad, pero la sorpresa fue nuestra cuando la negativa vino del Consejo de Seguridad de NNUU en Nueva York, para que no se dijera que los estadounidenses habían impedido la entrada. NNUU había tomado esa medida por razones de seguridad. Mientras, al mismo tiempo, el candidato a la presidencia estadounidense John Kerry visitaba la ciudad de Faluya para animar a la población a que participara en las elecciones tras la batalla del mes de abril. La situación era peligrosa para la visita de NNUU pero no lo era para la visita de John Kerry.

Inés Royo: Todavía se desconocen los efectos que puede tener el uso del uranio empobrecido en la población afectada y una de las responsabilidades de las fuerzas ocupantes sería advertir y señalar aquellos lugares en los que se ha utilizado este armamento para que la población civil lo sepa, porque el aire y la tierra están altamente contaminados por la radioactividad y sobre todo para evitar que las niñas y los niños puedan jugar al lado de tanques o cualquier otro tipo de aparato que haya recibido el impacto de esos bombardeos. ¿Es cierto que las fuerzas ocupantes no están cumpliendo con su responsabilidad de advertir a la población iraquí de los riesgos que tiene el contacto con el uranio empobrecido?

Muhamad Tareq al-Darraji: Lo que está ocurriendo en verdad es que están intentando esconder todos estos crímenes. Si los estadounidenses reconocieran ante la población que existe dicha contaminación y que se deben de seguir una serie de medidas, ellos mismos estarían dando pruebas que les acusarían. Por ello, lo que hicieron las fuerzas estadounidenses fue limpiar los lugares que bombardearon quitando la capa superior de la tierra y sustituyéndola por otra para que cuando se tomen muestras no se pueda detectar la radiación y nadie pueda sospechar que ese lugar fue bombardeado con ese armamento. Hasta este momento han prohibido el acceso a la gente de Faluya y a los organismos internacionales competentes, que no pueden entrar a examinar el lugar, para que no puedan encontrar ninguna pista que apunte en esa dirección. No han notificado nada a la población que les informe de que tal sitio o tal otro haya sido contaminado por el bombardeo con armas revestidas de uranio empobrecido. Tan sólo han escrito algo sobre los depósitos del agua que repartieron en el interior de la ciudad como resultado de la interrupción del suministro habitual de agua potable, diciendo que hay que hervir el agua durante cinco minutos antes de tomarla ya que no es buena para el consumo, pero no existe ninguna otra advertencia más.

En cuanto al deber de informar sobre los efectos y consecuencias de ese tipo de bombardeos, no han hecho ninguna advertencia; al contrario, suponemos que pretenden infligir a la larga un castigo popular al resto de la población que todavía no ha muerto, ya que los efectos de este armamento son duraderos y en las próximas décadas no va a quedar nadie en Faluya que se haya librado de las enfermedades que provocan esas radiaciones. Esto es lo que nos han confirmado médicos y especialistas.

Inés Royo: Sabemos de la existencia de un CD con 500 fotos de cadáveres. La CEOSI tiene una copia de este documento en el que los cadáveres aparecen deformados, calcinados y es imposible reconocerlos en una identificación visual. Cada foto tiene un número de identificación y el director del Hospital General de Faluya ha declarado que este CD fue entregado por las fuerzas de la ocupación. ¿Es cierto que no han devuelto los cadáveres y que hay enterramientos en fosas comunes y que los agresores se limitan a entregar documentos como este DVD en el que tan sólo hay 20 personas identificadas? [5]

Muhamad Tareq al-Darraji: De este CD que grabaron las fuerzas estadounidenses entregaron una copia al Hospital de Faluya. Cuando supimos que existía y se habló de ello en la prensa, intentamos conseguir la copia original. Fuimos al Hospital y entonces me comunicaron que dicha cinta, tras los registros e inspecciones de las fuerzas estadounidenses y de la guardia iraquí, había desaparecido y que no quedaba en el hospital ninguna copia. En la cinta no sólo aparecían cadáveres asesinados con ese tipo de armas, sino que salían heridos, civiles e incluso miembros de la resistencia a los que llevaron al estadio deportivo de la ciudad y allí los asesinaron. Algunos médicos de la ciudad se enteraron de ese crimen e intentaron recabar pruebas para documentarlo y pidieron a las fuerzas estadounidenses que les dejaran tomar algunas fotos de los cadáveres para poder informar a sus familiares de primera mano. Entonces les llevaron a una cámara para conservar patatas que servía de morgue. Ahí descubrieron cómo los cadáveres estaban apilados uno encima del otro a una temperatura muy baja, inferior a la temperatura necesaria para mantener a los cuerpos. Eso imposibilitaba averiguar la causa de la muerte y además dificultaba el reconocimiento de los cadáveres porque estaban amontonados y parecían, a causa de la congelación, un solo cuerpo.

Inés Royo: Como Director Ejecutivo del Centro de Estudios de la Democracia y de Derechos Humanos en Faluya, háblenos por favor ahora sobre las violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos.

Muhamad Tareq al-Darraji: Después de la batalla y durante más de cuatro meses no se suministró la cartilla de abastecimiento ni los alimentos necesarios que recibían mensualmente a la mayoría de desplazados de la ciudad de Faluya. Más de 9.000 casas fueron destruidas y hasta la fecha no se les ha indemnizado a excepción de algunas cantidades de dinero insignificantes. Por lo que concierne a los muertos, se negaron a dar certificados en los que constase la causa de la muerte y quiénes les habían asesinado. En cuanto a las indemnizaciones, no les reconocieron dichos derechos y les dijeron: "Tenéis un gobierno con quien hemos firmado un acuerdo oficial, y él es el responsable del pago de esas indemnizaciones". Y cuando se terminó de debatir cómo iban a solucionar el tema de los muertos, se supo que iban a dar tan sólo 2.000 dólares por cada víctima.

Por otra parte, hasta este mismo momento, la ciudad de Faluya es como una gran cárcel, solamente pueden entrar en ella sus habitantes, no funciona ningún servicio, te pueden detener en cualquier momento, pueden entrar en tu casa sin previo aviso, etc. Muchos de los detenidos en el interior de la ciudad no son liberados hasta después de haber sido torturados y de haber pagado sumas que rondan entre los 1.000 y 1.200 dólares. E incluso las tarjetas que permiten el acceso a la ciudad, y que contradicen todas las leyes iraquíes, caducan al cabo de un año y eso quiere decir que las fuerzas estadounidenses tienen planes por lo menos para un año si no es más para esa ciudad. Y significa también, que por lo que respecta a la zona y al conjunto de la región, que la población va a continuar sufriendo esta situación, y seguirán impidiendo a la gente que pueda reemprender su vida con normalidad, en el ámbito social y en el ámbito de participación política en la siguiente fase.

Inés Royo: Le voy a formular una última pregunta. Ustedes enviaron una carta a Kofi Annan sobre las violaciones de Derechos Humanos en Faluya, ¿Qué respuesta han recibido del Secretario General Kofi Annan? Y por otra parte, ¿Cuál es la postura de las autoridades iraquíes respecto a estas violaciones de Derechos Humanos que sufre su propio pueblo?

Muhamad Tareq al-Darraji: Por lo que concierne al gobierno, tras el fin de la batalla no hubo ningún responsable del seguimiento de la situación de los ciudadanos presos ni tampoco por parte de los estadounidenses; es como si no hubiera autoridades, ni Ministerio de Justicia ni de Interior ni de nada. En la ciudad de Faluya hay dos mezquitas donde solamente dos personas se están ocupando del tema de las violaciones de derechos humanos. El gobierno no se hacía cargo de nada, sólo aplicaba y llevaba a cabo lo que querían y decían los estadounidenses. Antes de la batalla intentamos llegar a un acuerdo con ellos pero después los estadounidenses pronunciaron su veto y anularon dicho acuerdo.

Después de la batalla se valoró la destrucción y el coste de reconstrucción de las infraestructuras básicas en más de 500 millones de dólares. Pero el gobierno tan sólo concedió 100 millones de dólares de los 570 que se habían solicitado. Y además de todo esto, cabe recalcar que todo lo que ocurre en cuanto a violaciones de Derechos Humanos en el interior de la ciudad es como si no existiera; hay un cerco mediático oficial en la prensa iraquí que censura todas esas informaciones acerca de las violaciones llevadas a cabo en Faluya.

En cuanto a la respuesta que dio NNUU... tiene competencia pero sólo es nombre grandilocuente para una ínfima institución. No puede actuar por sí misma. Hemos pedido al Alto Comisionado que abriera una investigación pero nos dijeron que no podían enviar a ningún equipo hasta que lo permitiera el Consejo de Seguridad, y este Consejo de Seguridad está gobernado por las grandes potencias y por los miembros permanentes, lo que quiere decir que NNUU seguirá siendo un rehén de lo que decidan esos países miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Después de muchas presiones, NNUU enviaron un nuevo equipo de inspección para observar las violaciones de los derechos humanos pero este envío fue rechazado por la Oficina de Seguridad de Naciones Unidas en Nueva York. Hemos intentado por todos los medios que NNUU cumpla su papel, pero la sorpresa con que nos encontramos es que ellos temen ser objetivo de algún ataque militar, sobre todo después del atentado que sufrieron en Bagdad en el edificio de NNUU, en el que pereció uno de sus enviados especiales.

Estas declaraciones nos las confiaron en un encuentro oficial, y es que temen volver y que les pase de nuevo algo parecido. Hay quienes creen que las fuerzas estadounidenses han tenido algo que ver para que no vuelvan. Hasta el día de hoy NNUU está protegida dentro de la denominada Zona verde (Green Zone), protegidas por parte de las fuerzas estadounidenses.

Preguntas de los miembros del Tribunal [6]

Mercedes García Arán: Hasta aquí hemos estado hablando de los atentados contra los derechos humanos cometidos por los ocupantes estadounidenses. Como sabemos, y lo digo también para que lo sepa el público, los ciudadanos estadounidenses no están sometidos a la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, pero en cambio sí lo están los soldados británicos porque el Reino Unido ratificó el Estatuto de la Corte Penal Internacional. Mi pregunta es, ¿Entre los ocupantes británicos se dan actuaciones comparables o equiparables a las actuaciones de los miembros del ejército estadounidense que hemos estado escuchando durante el día de hoy?

Muhamad Tareq al-Darraji: Nuestra experiencia es que en los organismos internacionales hay una corriente que trata de proteger a las fuerzas estadounidenses. EEUU no permite que NNUU ni las Organizaciones Internacionales competentes puedan aprobar ninguna resolución condenando su actuación en nuestro país. Por ello realizan acuerdos bilaterales con cada país para poder proteger a sus soldados de un enjuiciamiento en caso de que cometan agresiones o crímenes. Y en ese marco han firmado ya más de 100 acuerdos bilaterales con distintos países. Eso pone de manifiesto que sí existen posibilidades de que sean juzgados, pero lo que necesitamos es saber cómo debemos presionar a través de los organismos internacionales. EEUU ha firmado los Protocolos de Ginebra, y hay un comité internacional que supervisa el cumplimiento de los acuerdos a través del cual podemos presionar a EEUU y pedir cuentas a sus soldados por la violación de esos acuerdos internacionales.

En cuanto a las fuerzas británicas también estaban presentes en Bagdad y también participaron apoyando a las fuerzas estadounidenses en el asalto de noviembre a Faluya. Hay violaciones muy claras por parte de los soldados británicos, aparte de los sucesos en el cuartel militar de Campo Buka en el sur de Iraq, en la región de al-Amara y Basora. En al-Amara mataron a 25 personas del ejército de al-Mahdi gratuitamente y estos hechos se han sabido por las informaciones de periodistas británicos y de un periodista palestino al que luego asesinaron. Pero los británicos llevaron ese caso ante los tribunales [británicos] que incluso tienen potestad en lo que se refiere a las indemnizaciones, tal y como se supo más tarde.

Por lo que concierne a las indemnizaciones han estado repartiendo entre los detenidos y entre las personas que habían declarado inocentes solicitudes de reclamación de indemnización escritas sólo en inglés para que las firmaran, sin permitirles que las leyeran, de manera que han puesto en libertad a detenidos y dado indemnizaciones a personas que eran inocentes sin que estas sepan cómo. Y si finalmente les llega algún dinero descubren después que es sólo la tercera o la cuarta parte de lo que se reclamaba en las solicitudes. Por ejemplo, si en la reclamación ponía dos mil dólares, reciben sólo quinientos o seiscientos. Y ya para terminar, contaré el caso de uno de los detenidos de la cárcel de Buka a quien le pidieron que firmara un papel en el que se le acusaba de un delito que no había cometido y le dijeron que si no lo firmaba no sería puesto en libertad. Pero él entendía inglés y cuando vio lo que estaba firmando se dio cuenta que la acusación era absurda, que le acusaban de haber matado un cordero o una cabra Lo firmó sólo para que le pusieran en libertad. Esto es una burla de las leyes internacionales.

Pedro Martínez Montávez: Me parece que usted ha dicho al comienzo, no sé si ha sido al responder a la primera o a la segunda pregunta, que un objetivo del proyecto estadounidense es la fragmentación de Iraq. Si es así, yo le quiero preguntar: ¿Cuáles cree que son los límites de ese objetivo estadounidense y si es un objetivo calculado en varias fases?

Muhamad Tareq al-Darraji: Desde hace mucho tiempo sabemos que EEUU tiene un proyecto futuro para la división de Iraq. Lo sabíamos desde comienzos de los años 90 y no nos lo acabábamos de creer -¿cómo iban a poder hacerlo?- ya que la situación entonces lo impedía. Pero tras la ocupación y después de todo este período viendo lo que ha pasado, comprendemos que la guerra contra Iraq y el régimen de sanciones constituían la primera fase del gran proyecto estadounidense. Si EEUU hubiera entrado en Iraq después de la guerra de Kuwait, hubiera encontrado una fuerte resistencia por parte de muchos grupos. ¿Por qué no entraron entonces si se habían aproximado tanto que habían llegado a muchos sitios cercanos a Bagdad? Nosotros suponemos que fue porque en ese momento sabían que el pueblo iraquí tenía una gran capacidad de resistencia contra la ocupación. Por eso había que quebrar esa resistencia, moral, social y económicamente hasta debilitar al pueblo de Iraq y así poder dominarlo más fácilmente. En cuanto a cómo dividirlo, al principio de la ocupación hacían cosas aparentemente absurdas: dejaban abandonadas armas, las fronteras abiertas... esperaban a través de la colaboración de traidores, que llegaron al país gracias a ellos, poder crear conflictos religiosos en algunas zonas y que esas armas en la calle pudieran ayudar a crear esos conflictos entre el pueblo iraquí. Hasta ahora su idea de federalismo es el principio de la fragmentación. Vivimos bajo la ocupación y el ocupante toma todas las decisiones.

Cuando la gente del sur dice que quiere el federalismo y los del norte dicen lo mismo, que quieren un gobierno autónomo, es en un contexto concreto y lo pedían antes porque estábamos oprimidos bajo el régimen dictatorial de Sadam [Husein], sufriendo sus abusos y crímenes. Sadam ahora ya no está, entonces ¿Por qué quieren ahora el federalismo? ¿No es mejor que echemos a los ocupantes, que organicemos el país y la situación, que haya un referéndum y que sea el pueblo quien decida cómo quiere ser gobernado? Hasta el momento, las exigencias de federalismo provienen de gente que no representa al pueblo. Y tal y como dicen mis hermanos en el norte, el partido kurdo ni siquiera representa al pueblo kurdo y tampoco tiene un gran control sobre él. ¿Quién reivindica ahora el federalismo? Por ejemplo, hay zonas en el centro del país que lo rechazan firmemente y de manera unánime.

El proyecto de EEUU continúa pero las fuerzas estadounidenses tienen planes a largo plazo, y si en esta fase no logran consolidarlos y fracasan ¿cuál es la otra opción? Suponemos que deben estar maquinando otras estrategias para cumplir sus objetivos en el futuro. Pero esperamos, si Dios quiere, como han dicho mis hermanos, que la fuerza del pueblo iraquí resida en la fuerza y la pluralidad de su patriotismo y su fe.


Notas:

1. Véase en IraqSolidaridad: Barcelona: Tribunal Internacional de Iraq, y las trascripciones de las sesiones de testimonios Primera y Segunda

2. Intervino como relator en esta Segunda Sesión Carlos Taibo, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid con el documento: "Iraq tras la legitimación dispensada por Naciones Unidas a la intervención exterior".

3. Arabista, miembro de la PASI.

4. Muhamad Tareq al-Darraji es director del Centro de Estudios de Democracia y Derechos Humanos de Faluya (CEDDH) y coordinador de la plataforma Red de Observación de los Derechos Humanos de Iraq, visitará varias ciudades de Andalucía, País Vasco, Cataluña, Asturias y la Comunidad de Madrid del 23 de noviembre al 4 de diciembre (véase al respecto en IraqSolidaridad: 'Faluya, Crimen de Guerra': Gira por el Estado español de Muhamad Tareq al-Darraji). Al-Darraji fue quien aportó el testimonio del uso de este tipo de armamento en el reportaje de la televisión pública italiana RAI "La matanza oculta". Con anterioridad, en enero de 2005, el CEDDH y otras organizaciones de Faluya remitieron una carta al secretario general de NNUU sobre el uso de armamento prohibido en la toma de la ciudad, denuncia de nuevo reiterada ante la Comisión de Derechos Humanos de NNUU en marzo pasado y, nuevamente, en el reciente Informe sobre violación de los Derechos Humanos en Iraq elaborado por la Red de Observación de los Derechos Humanos.

5. Véase en IraqSolidaridad: Faluya (I): Visita al Hospital General

6. Presidente: François Houtart, Sociólogo y Teólogo, director del Centre Tricontinental, Lovaina. Miembros: Mercedes García Arán, profesora de Derecho Penal de la Universidad de Barcelona; Sharon Marie CECI, representando a Ramsey Clark, miembro de Internacional Action Center, EEUU; Carlos Jiménez Villarejo, ex Fiscal Jefe Anticorrupción de la Audiencia Nacional; Pedro Martínez Montávez, Arabista, catedrático emérito de Árabe e Islam de la Universidad Autónoma de Madrid; María Pilar Massana Llorens, miembro de la Plataforma Aturem la Guerra de Barcelona, PASI-CEOSI; Jaume Saura, profesor de Derecho Internacional de la Universidad de Barcelona y presidente del Instituto de Derechos Humanos de Cataluña. Secretario: Josep Ll. Gordillo, profesor de Filosofía del de la Universidad de Barcelona.

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