Iraq resiste

 

¿A quién le importa Saddam Hussein?

Por Dahr Jamail y Arkan Hamed
Inter Press Service (IPS), 27/12/05

Bagdad. El juicio al ex dictador Saddam Hussein no quita el sueño a los iraquíes, preocupados por la seguridad, el desempleo, la escasez de alimentos y combustible y la cada vez más rechazada ocupación estadounidense.

Saddam Hussein y otros siete ex funcionarios de su régimen están presos y acusados de crímenes contra la humanidad, en conexión con la matanza de más de 140 chiitas en el pueblo de Dujail luego del fracaso de un intento de asesinato contra el dictador.

"Fue un criminal toda su vida", dijo a IPS el ingeniero Abdul Hussein, de 43 años, hoy desocupado. "Era un asesino de iraquíes e inició guerras sólo para que murieran iraquíes".

"Cientos de miles murieron en la guerra contra Irán, entre 1980 y 1988. Mató a 5.000 en Halabja. Llevarlo a juicio era una cuestión de tiempo... No podemos asegurar que eso traiga la paz, pero él debe ser castigado", agregó.

"Las cosas aquí pueden mejorar si Iraq unida y obtiene una soberanía e independencia verdaderas", agregó Abdul Hussein.

Según un estudio encargada por medios de comunicación de Estados Unidos –entre ellos la revista Time y la cadena de televisión ABC News–, 63 por ciento de los iraquíes encuestados afirmaron que los juicios a los miembros del depuesto régimen no eran "nada prioritarios".

El sondeo, publicado el día 12, indica que la situación de Iraq es "mala" o "muy mala" para 53 por ciento de los encuestados. La tarea más importante, para 57 por ciento, es restaurar la seguridad. Apenas siete por ciento de los entrevistados prefirieron la formación de un gobierno estable.

Apenas 25 por ciento consideraron que la vida había mejorado en Iraq desde la invasión lanzada por Estados Unidos y otros países en marzo de 2003. Sesenta por ciento rechazaron el desempeño de Washington y 66 por ciento dijeron querer la retirada de sus tropas.

Numerosos iraquíes en Bagdad expresan gran malestar por la violencia e inestabilidad sufrida durante la ocupación.

"Por lo menos, con Saddam no teníamos terrorismo", dijo Aziz, un taxista de 55 años que omitió su apellido. "Siempre lo odié y es bueno que lo juzguen, pero esto no va a alimentar a mi familia o hacer que los estadounidenses se vayan más pronto."

Otros, como el ex soldado Momtaz Abdulalah, incluso expresaron su apoyo por el depuesto dictador. "Algunos piensan que es un asesino, pero en mi opinión es un hombre de poder e hizo lo mejor por el pueblo iraquí", dijo Abdulalah a IPS mientras se retiraba de la mezquita.

"Al hombre de los estadounidenses, Iyad Allawi, le tiraron zapatos por la cabeza hace poco en Najaf. Esto demuestra lo que los iraquíes piensan de estas personas nuevas que la ocupación quiso instalar para reemplazar a Saddam", señaló.

"Podemos aceptar su juicio si se hace con justicia, pero definitivamente no lo está y, por lo tanto, traerá más caos que nunca a Iraq. No pensamos que ayude a Iraq a obtener seguridad ni verdadera independencia de los estadounidenses", advirtió.

Las dudas sobre la legitimidad continúan plagando al gobierno de Estados Unidos, que confía en que el juicio al ex dictador, junto con las elecciones parlamentarias de diciembre, sean la garantía con la cual justificar la continuidad de la ocupación.

Saddam Hussein aseguró la semana pasada en la audiencia judicial que había sido torturado, acusación que Estados Unidos desestimó.

El principal responsable de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Iraq, John Case, dijo que el juicio de Saddam Hussein no cumple con los estándares internacionales, dada la violencia existente y de las fallas en el sistema legal.

"La legitimidad del tribunal debe ser examinada" porque "ha sido fuertemente cuestionada", dijo Case a la prensa. En ese sentido, recordó el asesinato de dos abogados defensores del ex dictador y las continuas amenazas contra jueces, abogados y testigos.

Los comentarios del representante de la ONU se unieron a un coro de declaraciones similares de indignadas organizaciones de derechos humanos.

Bush advirtió en marzo que las fuerzas militares sirias debían retirarse de Líbano "antes de las elecciones, para que éstas sean libres y justas". Pero no parece pensar lo mismo cuando se trata de las tropas estadounidenses en Iraq.

El 15 de este mes, la secretaria de Estado (canciller) estadounidense Condoleezza Rice acusó a la comunidad internacional de no brindar asistencia al juicio contra Saddam Hussein.

Muchos iraquíes manifiestan abierta satisfacción por el procesamiento.

"Saddam Hussein es un líder para los iraquíes que exigen independencia, aunque no les dio independencia a los kurdos", dijo a IPS el kurdo Marwan Kaka Ali. "Él fue la razón por la que los kurdos buscan independencia y soberanía."

Pero muchos creen que el juicio es una farsa. Saddam Hussein y su medio hermano Barazan al–Tikriti se han burlado de jueces y testigos, con gritos, risas y hasta escupitajos.

Uno de los cinco jueces abandonó el caso a comienzos de mes. El magistrado, quien no es identificado, tomó la decisión luego de enterarse de que uno de los acusados puede haber participado en la ejecución de su hermano.

Organizaciones de derechos humanos consideran que el juicio debería trasladarse a un lugar más seguro, como La Haya.

Bombas de mortero explotaron hace poco en el exterior del edificio judicial mientras se desarrollaba una audiencia, y las autoridades iraquíes revelaron que organizaciones de la resistencia intentaban disparar cohetes contra el local.

Un atacante suicida intentó detonar un coche bomba en la casa bagdadí del juez Midhat al–Mahmoudi, quien participa en el juicio, pero no logró pasar las medidas de seguridad.

El juicio ha tenido un progreso irregular desde que comenzó, el 19 de octubre.

Saddam Hussein y los otros siete acusados podrían ser condenados a muerte si son hallados culpables de crímenes contra la humanidad.