Iraq resiste

 

La "guerra" más cara de la historia

IAR–Noticias, 24/04/06

Según dos estudios, del Center for Strategic Budgetary Assessments y del oficial Congressional Research Service, revelados esta semana señalan que EEUU gastará este año en la ocupación militar de Irak alrededor de 94.000 millones de dólares, un 50% más de lo que gastaba al comienzo de la invasión en marzo de 2003.

Según una progresión comparativa de los gastos con el dólar actual, los 9 años de guerra en Vietnam costaron al tesoro estadounidense 549.000 millones de dólares, a un promedio de 5.000 millones al mes.

La ocupación militar de Irak está costando un promedio de 10.000 millones de dólares al mes, el doble de la cifra que se gastó en Vietnam. El costo total de tres años de ocupación de las tropas estadounidenses asciende, hasta el momento, a 282.000 millones de dólares.

Esta cantidad astronómica convierte Irak en la guerra (de ocupación y conquista) más cara de la historia de Estados Unidos.

Pero los tres años de ocupación militar, y la permanente escalada de ataques y atentados que sufre el ejército de ocupación, llevaron también a un consecuente desgaste de los equipos y vehículos de combate que requieren un mantenimiento regular.

Según los informes, no obstante el abultado presupuesto, en este momento no se están utilizando los elementos bélicos más costosos como las bombas dirigidas por rayos láser, los misiles crucero o los bombarderos Stealth.

No obstante, señalan, el armamento, los vehículos y equipos menos sofisticados están comenzando a sufrir los que denominan "fatiga de combate", y necesitan reemplazo o reparación urgente.

Según el Pentágono, este año ingresarán a los talleres para su reparación los motores de 700 helicópteros, 600 vehículos de combate Bradley, 9.000 vehículos Humvee de transporte ligero y 100 tanques M1A1 Abrams.

Todo esta tarea de reparación demandará 24 millones de horas de trabajo que se realizarán en los talleres del ejército en EEUU, Alemania e Irak.

"Nuestros equipos se están deteriorando rápidamente y necesitamos reemplazarlos. No podemos dejar a nuestro soldados desprotegidos con armas que no disparan", señaló Peter Schoomaker, el jefe del Estado Mayor.

Los expertos sostienen que la única manera de detener esta escalada gastos que desangran al Tesoro es el retiro inmediato una buena parte de los 140.000 soldados estacionados en el territorio iraquí.

Pero Bush y su administración ya advirtieron que si EEUU abandona militarmente a Irak el caos y la anarquía violenta harán presa del país, por lo que el estudio de un retiro de tropas quedará en manos de quien le suceda en el cargo.

Fracaso militar y corrupción financiera

La Administración Bush intenta que el propio país invadido, Irak, quien pague los gastos derivados de su propia ocupación militar a través de la renta del petróleo iraquí.

 Ese objetivo podrán realizarse sino a medio plazo ya que la devastación provocada en este país por la destrucción militar requiere que todas sus infraestructuras –especialmente las relacionadas con el sector de la extracción y producción del petróleo– sean renovadas.

 La reparación de la infraestructura petrolera iraquí también requiere un alto precio, pues la alta y media tecnología de la que depende para su funcionamiento ha sido destruida o dañada en su mayor parte.

Cuando Paúl Bremer revistaba como administrador civil, en el primer tramo d ela ocupación militar, quedaban en Irak 6.000 millones de dólares del programa petróleo por alimentos y activos congelados, y al menos 10.000 millones de dólares de las reanudadas exportaciones de petróleo.

Estos fondos le fueron transferidos a la APC, la administración encabezada por Bremer ( un experto en "contraterrorismo" de la CIA) para que lo invirtiera "en beneficio del pueblo iraquí".

El Congreso estadounidense también aprobó un desembolso de 18.400 millones de dólares para "reconstruir Irak". Cuando Bremer dejó el cargo en manos del nuevo gobierno iraquí encabezado por Iyad Allawy, la APC había gastado hasta 20.000 millones de dólares del dinero iraquí, y sólo 300 millones de los fondos estadounidenses.

Posteriormente, varios informes de auditores que trabajan para agencias internacionales y el gobierno de Estados Unidos demostraron graves irregularidades financieras.

Según un artículo de Ed Harriman publicado en el diario británico The Guardian el 7 de julio de 2005, la Autoridad Provisional de la Coalición (APC), encabezada por el administrador civil estadounidense Paul Bremer, recibió millonarias sumas de dinero durante el primer tramo de sus gestión.

Para cuando Bremer dejó el cargo y el país, en junio de 2004, habían desaparecido 8.800 millones de dólares, según el artículo.

Hasta ahora, los auditores remitieron a la justicia penal más de 100 contratos por miles de millones de dólares pagados a personal y empresas estadounidenses. También determinaron que no se sabe el destino de 8.800 millones de dólares.

Los informes de los auditores concluyeron que la APC no llevaba la contabilidad del efectivo en sus bóvedas, otorgaba contratos por miles de millones de dólares a firmas estadounidenses sin licitación previa, y no tenía idea del destino del dinero procedente del fondo de desarrollo invertido por los ministerios iraquíes interinos.

Debido al alto costo financiero de la ocupación, y del deterioro que está causando a su imagen, Bush intentó barias veces –sin éxito– presionar para que en la ONU se constituya una fuerza internacional que sustituya a las norteamericanas en las tareas de la ocupación con financiación de los países que la integran.

Como producto del fracaso militar y financiero de la administración Bush en Irak, desde hace unos días, en Washington, un grupo de generales retirados exigen la renuncia del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, al que acusan de incompetente y arrogante y de no haber sabido "manejar" la invasión y la ocupación militar (que denominan "guerra") .

El comandante en jefe, el presidente George W. Bush, interrumpió sus vacaciones familiares en Camp David para cerrar filas en torno a Rumsfeld e hizo algo poco usual, una declaración escrita: "Tiene todo mi apoyo".

Según los expertos, con el mensaje, el presidente quería además evitar que llegaran al campo de batalla señales de desaliento o de desmoralización entre las tropas ocupantes estadounidenses.

Una vez más, Bush ha manifestado la lealtad que le une a sus más estrechos colaboradores y su resistencia a cambiar la composición de su equipo por presiones exteriores, al renovar su confianza en el secretario de Defensa.

Al menos dos veces durante el escándalo de las torturas a los prisioneros en la cárcel iraquí de Abu Ghraib, Rumsfeld había su dimisión al presidente, que no la aceptó. Los senadores republicanos John McCain y Chuck Hagel expresaron en diciembre de 2004 su falta de confianza en el secretario de Defensa de Bush. En esta oportunidad, Rumsfeld no puso su cargo a disposición de la Casa Blanca. En una entrevista en la cadena árabe Al Arabiya, el jefe del Pentágono declaró: "Si hubiera que hacer caso a dos o tres personas que no están de acuerdo de entre los miles de generales que existen y cambiar al secretario de Defensa de Estados Unidos, esto sería como un tiovivo".

En apoyo de Rumsfeld, además del comandante en jefe Bush, han salido Richard Myers, militar retirado que fue jefe del Estado Mayor, y el también retirado Tommy Franks, comandante en las guerras de Afganistán e Irak.

Pero los analistas consideran que Bush no puede dejar pasar por alto las críticas de los generales. "Es un referéndum en el punto medio de la presidencia de Bush", dice en The Washington Post Michael O?Hanlon, de la Brookings Institution, y añade que para el presidente es "impensable" " imaginar el Pentágono sin Rumsfeld.

Un informe elaborado en el mes de octubre de 2004 por una comisión estratégica del Pentágono ya admitía que la "guerra en Irak está perdida", y fue suprimido durante la campaña electoral.

El documento, publicado por el Destacamento Special sobre Comunicación Estratégica del Consejo Científico de Defensa, fue "silenciado" por los medios más importantes de EEUU. Nadie en los ámbitos políticos –ni Republicano ni Demócrata– aludió a sus revelaciones.

El informe fue suprimido durante el período de la campaña electoral presidencial de 2004, cuando sus conclusiones sin duda habrían creado graves problemas para el gobierno de Bush.


Unos 320 mil mdd de los contribuyentes, gastados por Bush en el país invadido. Junto con la intervención en Afganistán, sumaría un total de 811 mil millones de dólares

La guerra en Irak, a punto de superar lo desembolsado en Vietnam

The Independent, 27/04/06

Washington.– La invasión de Estados Unidos a Irak, iniciada el 20 de marzo de 2003, ha costado alrededor de 320 mil millones de dólares, y si esas tropas permanecen en el país este año, el gasto superará lo desembolsado en la guerra de Vietnam.

La estimación, divulgada esta semana por el Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés), detalló que el costo mensual de la presencia estadounidense en Irak es de 6 mil millones de dólares, unos 20 millones cada día.

Pero aun cuando las tropas de Estados Unidos fueran retiradas paulatinamente, como lo pretende la administración del presidente George W. Bush, la CRS presenta una escenario suave en que la cifra se elevaría a 370 mil millones de dólares.

Lo anterior haría del conflicto en Irak, ahora en su cuarto año, el más costoso en relación con la guerra en Vietnam, que duró ocho años, señaló el CRS, no partidista.

Durante la guerra en Vietnam se perdieron 58 mil vidas estadounidenses, mucho más de las casi 2 mil 400 hasta ahora en Irak, pero en dólares actuales el costo fue de unos 549 mil millones de dólares, mucho menos que los 690 mil millones de dólares para Irak si las tropas permanecen en ese país y el conflicto se prolonga.

La combinación de la intervención en Irak y en Afganistán, sumaría un total de 811 mil millones de dólares.