Medio Oriente

 

Crisis nuclear iraní: ¿China y Rusia frente a EEUU?

Por Alfredo Jalife–Rahme
La Jornada, 24/08/05

Son momentos muy delicados en el planeta. La grave crisis financiera del modelo feudal de la globalización anglosajona, similar al de las dos guerras mundiales anteriores, es susceptible de llevar a otra guerra universal de mayor envergadura.

Estrategas y mandatarios anglosajones se han vuelto muy laxos en proferir la inminencia de una guerra mundial. R. James Woolsey, anterior director de la CIA –hoy segundo de a bordo de la consultoría Booz Allen Hamilton Inc (para que se enteren los ingenuos gobiernos neoliberales mexicanos quiénes duermen con el enemigo al que pagan muy caros sus "consejos" interesados), dio inicio a la epidemia semántica bélica al aseverar que la guerra contra el terrorismo islámico constituía la "cuarta (sic) guerra mundial". ¿Considerará a la guerra fría como la tercera para que le cuadren las cifras? Luego, Baby Bush se sumó literalmente a la metafísica bélica de Osama Bin Laden para admitir que en estos momentos EEUU libra la "tercera" (sic) guerra mundial contra el terrorismo trasnacional islámico, enemigo inasible cuan fantasmagórico que parece más bien simbolizar una entelequia necesaria para que el complejo militar–industrial de EEUU pueda cubrir las espaldas a su grave crisis financiera.

Un editorial escalofriante de entonaciones apocalípticas del India Daily (22/8/05) anuncia la inminencia de la "mayor depresión de todos los tiempos" detonada por la hiper–estagnaflación (sic), que sitúa en el lapso de 2006 a 2007.

En su reciente reporte No.75, el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés), con sede en Basilea (Suiza), conocido como el "banco central de los bancos centrales", puso a consideración la adopción de "nuevos mecanismos financieros para paliar el desequilibrio del sistema financiero internacional".

En forma extraña, el Banco de Inglaterra (banco central británico) expulsó a 20 funcionarios que "vigilan los riesgos en el mundo financiero", mientras se dispone a poner en la puerta al 10 por ciento del Departamento de Estabilidad (sic). Los despidos son encubiertos como medidas de "restructuración" (The Daily Telegraph, 23/8/05). Qué no sabrán los expulsados.

Se va a poner de moda el concepto "colapso del petrodólar" (ver Bajo la Lupa, 17/8/05) y Andrew McKillop, experto del mercado petrolero, comenta que iniciará a partir de 2006, lo cual obligará a que el "petróleo sea retirado de los mecanismos normales de intercambio comercial (VHeadline.com, 23/8/05). ¿Entraremos entonces a un "sistema de racionamiento global" de energéticos? ¿Qué advendrá de la inauguración de la bolsa petrolera iraní en la primavera entrante?

Mike Whitney afirma que "las represalias de Irán" contra un ataque de Israel y EEUU a sus plantas nucleares, "llevará a Washington y a Tel Aviv a proceder contra todos sus sitios de armamento convencional y bioquímicos; de hecho se trata de la última estrategia de EEUU y no de la eliminación de armas nucleares imaginarias" ("¿Llevará Irán a una tercera guerra mundial?"; Global research, 9/8/05). Según Whitney, "EEUU e Israel desean quitar los colmillos a la teocracia chiíta para poder controlar recursos críticos y eliminar la posibilidad de un rival regional en el futuro". Menciona la archisabida postura diabólica de Dick Cheney, quien no se tienta el corazón en empujar al planeta al borde del Armagedón, al haber solicitado al Comando Estratégico del Pentágono (STRATCOM, por sus siglas en inglés) la realización de "planes de contingencia para una guerra nuclear táctica (sic) contra Irán", que, a juicio de Whitney, no se quedará con los brazos cruzados.

Ahora se entienden las advertencias del zar ruso Vladimir Putin, en medio de los notables "juegos de guerra sino–rusos" (ver Bajo la Lupa, 14 y 21/8/05) sobre la "disminución del umbral nuclear" que puede "tentar a alguien al empleo de armas atómicas", y que, "en caso de suceder, el próximo paso será emplear armas más poderosas que lleven a un conflicto nuclear" (Interfax, 18/8/05).

Mohssen Massarat, profesor de Osnabruck (Alemania), esbozó un escenario que versa sobre las sanciones a Irán, apadrinadas por la dupla anglosajona Bush–Blair, en el Consejo de Seguridad de la ONU, así como la probabilidad de un ataque aéreo de Israel y/o EEUU, que llevarían al bloqueo del transporte de petróleo en el estrecho de Ormuz y a la colocación de minas marítimas que haría la teocracia chiíta de los ayatolas persas. A juicio de Massarat, "Rusia y China permanecerán neutrales (sic) mientras se movilizan millones de iraníes y simpatizantes, (incluyendo al Hezbolá en Líbano) y en otros países donde abundan los chiítas". Este ominoso escenario sería "explotado por Al–Qaeda" (que sus inventores han deseado pertenezca a la teología sunnita) "para organizar ataques en las capitales occidentales". Según Massarat (notoriamente de origen persa) es "primordial otorgar garantías de seguridad a Irán de parte de los países europeos" (Frankfurter Rundschau, 13/8/05).

Hábilmente, el canciller alemán Gerhard Schroeder se pronunció contra una solución militar en Irán, lo cual le ha hecho remontar en los sondeos y detener la perspectiva de una aplastante derrota en las inciertas elecciones del mes entrante. Sin duda, la americanofobia vende muy bien en Alemania. También la idea de conceder garantías a Irán empieza a permear en las mentes de los estrategas rusos, mientras los multimedia anglosajones, tan desinformativos como de costumbre, se desbordan para irse a la yugular de Irán.

En contrapunto a la avasallante mayoría de artículos sobre Irán, Tang Zhichao, director de la oficina del Instituto de Estudios de Medio–Oriente, Asia y Africa, perteneciente a los Institutos de Relaciones Internacionales Contemporáneos de China, en una traducción del Diario del Pueblo (22/8/05) considera "huecas (sic) las amenazas de Washington a Irán". Frente a la "Unión Europea (UE), atrapada en un dilema por la actitud agresiva (sic) de Irán", llama la atención al analista que "EEUU, ahora en plan de observador, haya amenazado con usar la fuerza", lo que puede delatar más bien una "disuasión sicológica". Detecta confusiones y giros en la postura bushiana cuando el mismo presidente de EEUU había llegado a aceptar en fechas recientes que solamente se oponía al enriquecimiento de uranio, pero no a otros proyectos atómicos de Irán, en diferencia notoria con Corea del Norte. Con antelación, Condi Rice, la amazona a cargo de la Secretaría de Estado, se había pronunciado por una "solución pacífica del asunto nuclear iraní" en contrapunto a la línea dura de los halcones del Pentágono. EEUU había llegado a declarar que no se opondría a la incrustación de Irán a la OMC, concesión de la tríada negociadora de la UE (Gran Bretaña, Francia y Alemania).

Zhichao observa que Bush "suavizó su postura" al pasar del "garrote solo al garrote más la zanahoria" para ejercer una "presión realista". La tesis del analista, que Bajo la Lupa comparte, es que "EEUU no se puede dar el lujo de emprender otra operación militar de gran escala cuando sus opciones se han reducido al no poder poner en la mesa ni las sanciones ni un ataque".

Aporta cuatro argumentos de peso, pero quizá subestime el grado de alarmante sicosis que impera en la Casa Blanca: 1) la Agencia Internacional de Energía Atómica, dirigida por el muy capaz egipcio Muhamed el–Baradei (a quien sus enemigos anglosajones acusan por el pecado capital de estar casado con una iraní; además, sabiamente asesorado en Viena por la física mexicana de primer nivel y con credenciales pacifistas incólumes, Ana María Cetto), "no ha encontrado actividades irregulares" e inclusive la "reanudación del enriquecimiento de uranio no contraviene al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares" (TNP); 2) a diferencia de Irak, "Irán es más grande, con una población mayor y más cohesiva"(sic), además que dispone de "misiles balísticos que pueden golpear a Israel y a las bases militares de EEUU en el Golfo", sin contar que dispone de un "poder de negociación superior" cuando EEUU se ha empantanado en Irak mientras Teherán estrecha sus lazos con los chiítas del sur de la antigua Mesopotamia (éste es un muy buen punto); 3) los "bombardeos quirúrgicos no pueden destruir completamente las instalaciones nucleares", ya que "se encuentran dispersas y ocultas"; y 4) un "golpe contra Irán difícilmente obtendrá apoyo internacional o llegará a formar una alianza, con la excepción de Israel".

Para el muy perspicaz Zhichao, el "ajuste de EEUU en su política hacia Irán es fundamentalmente táctico (sic) y no estratégico, y tiene tres propósitos":1) EEUU no espera mucho de las negociaciones entre la UE e Irán y su política se sitúa en que Teherán no represente una "cuña" para la colaboración trasatlántica. Irán cometería un error si orilla a la UE al empujarle a los brazos de Washington. (No hay que preocuparse, Francia no seguirá las coartadas sicóticas de Cheney). 2) "Congelar las actividades de enriquecimiento de uranio a través de medios diplomáticos, en forma temporal o permanente, con el fin de posponer el proceso nuclear iraní. Esta es la opción preferida cuando EEUU no está suficientemente fuerte (sic) para golpear". 3) "Internacionalizar el asunto nuclear iraní por medios diplomáticos y obtener el apoyo internacional para mayores acciones", lo cual "mostrará la sinceridad (sic) de EEUU con el propósito de aislar aún más a Irán en caso de un colapso de las pláticas".

Dados los resultados, admite Zhichao, "EEUU ha conseguido parte de sus objetivos", pero "falta ver si EEUU y la UE pueden conjugar sus esfuerzos (sic) o si EEUU puede dominar (sic) para resolver el contencioso".

Destaca que el sobresaliente analista chino no cite siquiera la postura que pueda asumir China, que parece no inmutarse ante las bravatas nucleares de Cheney, o que, al contrario, se frote las manos subrepticiamente para que EEUU acelere su irreversible decadencia en caso de emprender otra aventura bélica.

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