Medio Oriente

 

¿Qué puede lograr Israel?

Por Immanuell Wallerstein
rodelu.net, 04/08/06
Traducción de Lucía Secco

El Estado de Israel fue establecido en 1948. Desde entonces ha habido una violencia continua entre árabes y judíos y entre Israel y sus vecinos.

Algunas veces la violencia fue leve o incluso latente. Y cada tanto la violencia escala en una guerra abierta, como ahora. Cuando la violencia a gran escala estalla, hay un debate inmediato sobre qué la originó. Estamos ahora en medio de la guerra entre Israel y Palestina en Gaza, y entre Israel y Líbano, y el mundo entero está ocupado en el debate inútil de siempre sobre cómo reducir el estado de guerra y los niveles de violencia.

Cada gobierno israelí ha deseado crear una situación en la que el mundo y sus vecinos reconozcan la existencia de Israel como Estado y el cese de la violencia entre estados. Israel nunca ha podido alcanzar eso. Cuando los niveles de violencia son relativamente bajos, el pueblo de Israel está dividido sobre la estrategia a seguir. Pero cuando la violencia se intensifica hasta llegar a una guerra, los judíos israelíes y el mundo judío tienden a seguir al gobierno.

En realidad, la estrategia básica de Israel desde 1948 ha sido depender de dos cosas en la búsqueda de sus objetivos: un ejército fuerte y un apoyo fuerte de Occidente. De hecho, esta estrategia ha funcionado en un sentido: Israel todavía sobrevive. La pregunta es hasta cuándo esa estrategia va a seguir funcionando.

La fuente de apoyo extranjero ha cambiado con el tiempo. Nos olvidamos completamente de que en 1948 el apoyo militar crucial para Israel vino de la Unión Soviética y sus satélites de Europa del Este. Cuando la Unión Soviética se retiró, fue Francia quien vino a ocupar su papel. Francia estaba combatiendo contra la revolución argelina, y vio a Israel como un elemento crucial para derrocar al movimiento de liberación nacional en Argelia. Pero cuando ésta se independizó, en 1962, Francia abandonó a Israel porque pensaba en mantener lazos con una Argelia independiente.

Recién después de esto es que Estados Unidos se mueve en apoyo total de Israel. Uno de los elementos más importantes en este viraje fue la victoria militar en la Guerra de los Seis Días, en 1967. En esa guerra Israel conquistó territorios del viejo mandato británico de Palestina, entre otros. Esto probó su habilidad para convertirse en una presencia militar fuerte en la región; y transformó la actitud del mundo judío, pasando de una situación en la que sólo cerca del 50 por ciento aprobaba la creación de Israel, al apoyo de una gran mayoría de judíos en el mundo, para los cuales Israel se convirtió en una fuente de orgullo. Este es el momento en el cual el Holocausto se convirtió en la mayor justificación ideológica para Israel y sus políticas.

Después de 1967, los gobiernos de Israel pensaron que no tenían nada que negociar con los palestinos o con el mundo árabe. Ofrecieron treguas unilaterales, siempre en los términos de Israel. Israel no pudo negociar con Nasser. Por lo tanto, no pudo negociar con Arafat. Ahora no puede negociar con los llamados terroristas. En su lugar, ha confiado en sucesivas muestras de fuerza militar.

Israel está ahora cometiendo exactamente el mismo error garrafal que Bush con la invasión a Irak. Pensaba que una muestra de fuerza militar podría afirmar una presencia incuestionable de Estados Unidos en Irak e intimidar al resto del mundo. Bush descubrió que la resistencia en Irak fue militarmente más fuerte de lo que preveía, que sus aliados políticos en Irak eran mucho menos fiables que lo que se asumió y que el apoyo popular a la guerra fue, por lejos, más frágil de lo que se esperaba. Estados Unidos está caminando hacia una humillante retirada de Irak.

La actual campaña militar de Israel va en un sentido paralelo a la invasión de Bush a Irak. Los generales israelíes ya están notando que los militares de Hizbollá son, por lejos, más poderosos de lo que creían, que los aliados de Estados Unidos en la región ya están tomado una gran distancia de Estados Unidos, e Israel (nótese el apoyo del gobierno de Irak a Líbano y ahora el del gobierno de Arabia Saudí) y pronto van a descubrir que el apoyo del pueblo israelí es más frágil de lo esperado. El gobierno israelí ya es reacio a enviar tropas terrestres a Líbano, principalmente por las reacciones que piensa que van a haber dentro de su país. Israel está yendo hacia una humillante tregua.

De lo que el gobierno de Israel no se da cuenta es que ni su vecino Hamas ni Hizbollá necesitan a Israel. Es Israel quien los necesita a ellos, y los necesita desesperadamente. Si Israel no quiere convertirse en un “Estado cruzado” condenado a desaparecer, es sólo Hamas y Hizbollá quienes pueden garantizarle la supervivencia. Sólo cuando Israel sea capaz de relacionarse con ellos va a poder vivir en paz.

Lograr una ocupación estable y en paz de Líbano va a ser extremadamente difícil. Pero los pilares de la estrategia actual de Israel (su propia fuerza militar y el apoyo incondicional de Estados Unidos) son una caña muy fina. Su ventaja militar está disminuyendo y va a disminuir progresivamente en los próximos años. Y en los años pos Irak, Estados Unidos puede abandonar a Israel de la misma manera que lo hizo Francia en los sesenta.

La única garantía real para Israel va a ser la de los palestinos. Y para tener esa garantía, Israel va a tener que repensar su estrategia para sobrevivir.