Medio Oriente

 

Entrevista con el líder comunista libanés

"Israel perdió la guerra y busca una victoria en la ONU"

La Nación, 04/08/06

Beirut (De una enviada especial).- Encerrada la crisis de Medio Oriente en una escalada de amenazas a cual peor, el diagnóstico coincidente en las últimas horas aquí ubica la dificultad de una salida en la "incapacidad" de aceptar que Israel perdió la guerra y en la obsesión por buscar una "victoria diplomática" en las Naciones Unidas que compense y disimule ese fracaso.

Así lo sintetizó a La Nacion Khaled Haddad, presidente del Partido Comunista libanés que, por su posición de fuerza desequilibrante en el Parlamento local, tiene un papel estratégico a la hora de trabajar en el futuro de la resistencia islámica de Hezbollah y el reclamo internacional para su desarme.

"Todo el mundo habla de Hezbollah y de su futuro", admite el dirigente, quien reconoce la necesidad de trabajar para ese desarme, pero "dentro del Líbano y no como una cuestión internacional".

-¿Qué es lo peor que le puede pasar al Líbano ahora?

-Que Hezbollah pierda la guerra. Eso es lo peor. Y lo segundo, que en caso de que se consolide su victoria, se pretenda hacer de este país un régimen chiita. Eso es algo que debemos evitar, pero es la segunda parte.

-¿Por eso muchos libaneses quieren que Israel gane la guerra?

-Sí, porque sólo ven una cara de Hezbollah, como resistencia, y no como partido político. Los medios occidentales informan mal sobre Hezbollah, porque es una milicia legal, reconocida por el gobierno democrático.

-¿Cuál es el futuro de esta situación?

-Lo que ocurre es que los Estados Unidos e Israel están en un serio problema. No pueden aceptar que Hezbollah gane la guerra militar y ellos, a su vez, no encuentran una victoria. Es un escenario en el que se pueden hacer muchas estupideces.

-¿Por ejemplo?

-Israel está tratando de ganar en la diplomacia lo que no tiene en el terreno militar. Lo primero es que quiere hacer del sur del Líbano lo que se llama "tierra incendiada" y que yo prefiero llamar "un enorme campo de fútbol", sin nada; una franja de tierra de casas destruidas de unos seis kilómetros, y que intenten quedarse allí hasta que lleguen las fuerzas internacionales.

-Eso es lo que acaban de pedir: no abandonar la zona hasta que llegue una fuerza internacional.

-Y eso será el estallido de todo. Una fuerza internacional para el Líbano es una fuerza de ocupación, o sea, enemiga. La única forma en que se aceptaría una fuerza internacional es que también esté en territorio israelí, que es el agresor.

-No parecen dispuestos a eso.

-Tendrán que entrar en razones. El problema de Israel es que se vuelve más desesperado porque, pese a lo que anuncia, no logra desarmar a Hezbollah y prolonga la guerra para intentar, mientras, una victoria política en las Naciones Unidas, a través de los Estados Unidos, que compense su derrota militar. Es clarísimo.

-¿Qué puede ofrecer el Líbano sobre el reclamo de desarmar a Hezbollah?

-No me cabe duda de que, en el futuro, lo mejor será confiar en el ejército y dejar, en todo caso, una resistencia popular reducida, pero no solamente de Hezbollah. Lo que sí es que esa es una cuestión interna del Líbano e imposible de abordar ahora.

-¿No pueden decir nada sobre desarme ahora?

-No. No hay el mínimo espacio. Lo único ahora es frenar esta agresión y que la comunidad internacional termine por hacer entrar a Israel en razón.