Medio Oriente

 

Una ocupación que cuesta 655.000 vidas

Por Sanjay Suri
Inter Press Service (IPS), 11/10/06

Londres.– Unas 655.000 personas murieron como consecuencia de la invasión y ocupación de Iraq, según se deduce de un estudio de expertos publicado este miércoles por la revista médica británica The Lancet.

La publicación indicó que esas "muertes excesivas" se suman a la cantidad de fallecimientos por causas naturales no adjudicables a la ocupación del país del Golfo.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, replicó este mismo miércoles que las cifras divulgadas por The Lancet no son creíbles. Pero James Denselow, del Instituto Real de Asuntos Internacionales de Gran Bretaña, consideró que el estudio tiene "una base académica adecuada".

El nuevo cálculo da resultados mucho peores que los estudios anteriores divulgados por la propia The Lancet. El año pasado, las "muertes excesivas" entre marzo de 2003 y septiembre de 2004 fueron estimadas en más de 100.000.

El estudio publicado este miércoles calcula las muertes entre marzo de 2003 y junio de 2006, y las compara con las registradas en un periodo anterior a la invasión, entre enero de 2002 y marzo de 2003, en 47 lugares elegidos al azar en todo el territorio iraquí.

Eso condujo a la cifra de 655.000 muertes excesivas, 500 por día más que antes de la invasión.

La investigación cubrió en mayo y junio de este año 1.849 hogares con 12.801 personas en total. Se formularon preguntas sobre nacimientos, muertes y migraciones en cada hogar.

En los que hubo referencias a una muerte, los encuestadores solicitaron el certificado correspondiente, en poder de 92 por ciento de las familias.

El estudio detectó que de las 629 muertes registradas, 547 (87 por ciento) ocurrieron luego de la invasión, y 82 (13 por ciento), antes. La tasa de mortalidad ascendía antes de la invasión a 5,5 por cada 1.000 habitantes al año, pero saltó a 13,3 por 1.000.

"La duplicación de la línea de base de la mortalidad constituye una emergencia humanitaria", indica el estudio.

Los investigadores dijeron que "la mortalidad excesiva podría atribuirse, principalmente, a un aumento de la tasa de muertes violentas, que ha crecido cada año desde la invasión", agrega.

De las 655.000 muertes excesivas, 601.000 tuvieron, según diversas evidencias, causas violentas, según el informe.

La mayoría de esos fallecimientos (56 por ciento) fue por disparos. Los bombardeos aéreos, los atentados terroristas y otros tipos de explosiones representaron cada uno entre 13 y 14 por ciento de las muertes violentas.

El estudio atribuye a acciones de las fuerzas de la coalición 31 por ciento de las muertes violentas en el periodo posterior a la invasión. Si bien esa proporción de muertes cayó este año, esos fallecimientos aumentaron en números absolutos.

De acuerdo con el informe de The Lancet, 2,5 por ciento de la población de Iraq murió por causas no naturales durante la ocupación.

"Aunque tal tasa de muertes podría ser común en tiempos de guerra, la combinación de larga duración y de decenas de millones de afectados lo convirtió en el conflicto más letal del siglo XXI, y debería preocupar mucho a todos", dijeron los autores del informe.

El estudio fue realizado por un equipo que dirigió Gilbert Burnham, de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, Estados Unidos.

Los autores reclamaron una investigación internacional. "Seguimos creyendo que se requiere con urgencia un órgano internacional independiente para controlar el cumplimiento de las Convenciones de Ginebra y otros principios humanitarios en situaciones de conflicto", dijo Burnham.

"Con datos confiables, quienes defienden a los civiles atrapados en situaciones en conflicto podrán aliviar el trágico costo humano de futuras guerras", agregó.

Según Denselow, el informe de The Lancet causará conmoción pública, pero es previsible que no altere la política de Estados Unidos hacia Iraq.

"No es probable que el estudio tenga consecuencias políticas", dijo el experto en política internacional a IPS. "Estados Unidos nunca ha tenido miramientos respecto de las bajas. Con sus declaraciones, Bush dijo lo mismo que hace un año. No veo cambios drásticos."

Ante la mirada del público, "el informe sí socava el proyecto estadounidense en Iraq", según Denselow. "Hubo otros estudios según los cuales los iraquíes sufren más tortura bajo la ocupación estadounidense que durante el régimen de Saddam Hussein, y ahora tenemos uno que sugiere un aumento de la mortalidad."

Hasta ahora, Bush ha tratado de combinar la guerra en Iraq con la guerra contra el terrorismo, con resultados bastante buenos, dijo. "Pero el público ve ahora que la guerra de Iraq creó un problema más difícil del que la guerra contra el terror pretendía solucionar."

La conducción de la invasión demostró estar "mal manejada" y ser "trágicamente irresponsable", según Denselow. "Pero eso no significa que habrá un cambio en lo que Estados Unidos hace hoy", concluyó.


Más de 650 mil iraquíes han muerto desde la ocupación

Por David Brooks
Corresponsal en EEUU
La Jornada, 12/10/06

Nueva York.– 11 de octubre. Ante noticias de que han muerto 20 veces mas iraquíes de lo que la Casa Blanca ha admitido, que las tropas estadounidenses tendrán que permanecer por otros cuatro años en Irak y que una mayoría cada vez más amplia de estadounidenses consideran que la guerra es un fracaso, el presidente George W. Bush fue obligado hoy a reiterar que no hay otra opción más que prevalecer en su "guerra contra el terror".

Bush intenta retomar la ofensiva política en varios actos –incluida su conferencia de prensa esta mañana en la Casa Blanca– para tratar de responder al desplome de apoyo de sus políticas en la opinión publica, al creciente coro de políticos de su propio partido, así como de voces de altos mandos militares y a las propias noticias desde el frente de la guerra que, en suma, indican que el comandante en jefe y su equipo podrían sufrir no sólo una derrota en el ámbito político sino en el mismo campo de batalla.

Las noticia de que 654 mil 965 iraquíes han muerto como resultado de la guerra desde que Estados Unidos invadió su país en marzo de 2003 –esto es 20 veces más que lo reconocido por el gobierno estadounidense en diciembre de 2005– nutrió el pesimismo que ahora impera en este país sobre la guerra en Irak.

Según el nuevo informe elaborado por médicos en Irak, en colaboración con expertos de salud pública de la Universidad Johns Hopkins con la cooperación del Massachussets Institute of Technology, la cifra de muertes de iraquíes por violencia –balas, bombas y bombardeos aéreos– alcanzó más de 601 mil entre marzo de 2003 y julio de 2006. El resto de las muertes son atribuidas a consecuencias de la guerra. El informe será publicado el 14 de octubre en la revista británica The Lancet, una de las publicaciones médicas más respetadas del mundo.

El presidente Bush desestimó hoy el informe, al considerar simplemente que "no es creíble", y señalar que la metodología no es confiable. No profundizó sobre el asunto, y rehusó ofrecer sus propios cálculos, sólo dijo que "mucha gente inocente ha muerto" y que "sin duda, es violento". Pero lo que no es tan fácil de descartar son las crecientes pruebas de que el "triunfo" prometido en Irak está cada vez más lejos, y que el público cree cada vez menos que ese objetivo se podrá alcanzar, o si vale la pena intentarlo.

Todas las encuestas recientes registran que una mayoría desaprueba la guerra en Irak y que la seguridad no ha mejorado en los últimos años. Pero tal vez aún más peligroso para la Casa Blanca es que figuras claves dentro de su propio partido ahora se suman a un coro disidente, y aunque aún no hay una rebelión abierta, a veces parece que algunos generales y políticos están cerca de abandonar al comandante en jefe. Varios ex generales y almirantes han expresado durante meses que la aventura bélica es un desastre y analistas reconocidos junto con comentaristas que antes apoyaban la guerra ahora han decidido que ha sido "un error". Pero esta última semana hubo mayores indicaciones de que Estados Unidos enfrenta una derrota en el campo de batalla.

El presidente del Comité de Fuerzas Armadas del Senado, el republicano John Warner, declaró que la situación en Irak podría requerir un "cambio de curso" si la violencia no es reducida. "En dos o tres meses si estas cosas no han dado frutos y este nivel de violencia no está bajo control, creo que es responsabilidad de nuestro gobierno determinar la posibilidad de tomar un cambio en nuestro curso", comentó en el Capitolio al regresar de un viaje a Bagdad. Warner no sólo es uno de los legisladores republicanos más influyentes por su puesto y trayectoria, sino que fue secretario de la Marina, y tiene nexos muy cercanos con los altos mandos militares en este país. El no habla por sí solo, coinciden todos los observadores.

En tanto, una de las figuras más influyentes dentro de la cúpula republicana también, James Baker, señaló que se están buscando alternativas a la política actual en Irak, que incluyen iniciar pláticas directas con Irán y Siria en la región. Baker fue el secretario de Estado del padre de Bush, y ha ayudado a la familia de éste en varios momentos, como la elección disputada en 2000. Baker, quien encabeza un grupo de estudios bipartidista sobre la política en Irak, ha señalado en entrevistas con medios aquí que existen algunas opciones para redefinir la política actual y que ha sostenido diálogos con el presidente y sus asesores.

Durante las últimas semanas ha sido un secreto a voces en Washington que un número creciente de políticos republicanos está abogando por un "cambio de curso" en Irak y, en los últimos días, esta inquietud es ahora pública.

El jefe de la Casa Blanca, obligado a hablar de "ajustes"

De hecho, Bush tuvo que abordarlo hoy en su conferencia de prensa, cuando se vio obligado a declarar por primera vez que "si el plan no está funcionando, hay que ajustarlo", respecto de la guerra en Irak.

Las últimas semanas han puesto a Bush y su equipo a la defensiva, a pesar de varios intentos para revertir las percepciones negativas sobre el manejo de esta guerra. Hoy el presidente intentó una vez más proyectar una imagen de confianza, control y firmeza. Trató de re–enfocar la atención publica sobre los temas de la seguridad y la economía, y reiteró sus argumentos de que la guerra contra Irak es necesaria para defender a Estados Unidos, ya que "si nos retiramos, ellos (los terroristas) nos seguirán hasta aquí, en casa".

Pero no cesan las noticias de que la situación empeora. Cuando la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, realizó su visita sorpresa a Bagdad para enviar un mensaje optimista sobre la guerra hace unos días, su avión no pudo aterrizar durante 35 minutos por disparos en la zona del aeropuerto. El número de tropas estadounidenses heridas llegó a su nivel más alto en casi dos años, reportó el Washington Post, con 776 soldados estadounidenses heridos en septiembre. Casi 300 más fueron heridos en la primera semana de octubre. Más de 20 mil tropas estadounidenses han sido heridas en combate desde el inicio de esta guerra. Por lo menos 647 contratistas civiles que trabajan en apoyo de las operaciones militares estadounidenses han muerto hasta la fecha en Irak, reportó la agencia Reuters esta semana. Uno de cada cuatro veteranos del las guerras de Irak y Afganistán están solicitando asistencia federal para discapacitados, reveló el National Security Archive ayer.

Mientras, el jefe del ejército, Peter J. Schoomaker, informó que hay planes de contingencia para mantener el nivel actual de tropas estadounidenses en Irak hasta finales de 2010.

La ola de pruebas de que la política bélica en Irak y Afganistán fracasa mientras que aquí en casa cada vez mas escándalos de corrupción política y –al parecer lo más imperdonable– de sexo, han debilitado al presidente y a sus aliados en el Congreso a tal nivel que, por ahora, se pronostica que la Cámara baja podría pasar a manos de los demócratas y que la mayoría republicana en el Senado está en juego. Eso podría poner en jaque los últimos dos años de la presidencia de Bush.


Irak: "650 mil muertes" desde 2003

BBC News, 11/10/06

Más de 650.000 iraquíes han muerto desde que comenzó la invasión liderada por Estados Unidos en Irak en 2003, según establece un estudio realizado por una universidad estadounidense.

Esta cifra representa el 2,5% de la población de ese país y equivale a más de 500 muertes violentas diarias desde que comenzó la operación.

La cantidad de muertes violentas registrada por el estudio de la John Hopkins Bloomberg School of Public Health es mucho mayor a los cálculos oficiales y al número de muertes que aparece en los medios de comunicación.

El estudio compara las tasas de mortalidad antes y después de la invasión en 47 áreas iraquíes escogidas al azar.

El doctor Gilbert Burnham de la John Hopkins Bloomberg School of Public Health con sede en Baltimore, indicó que este método es mucho más confiable debido a los peligros de realizar investigaciones en un país tan convulsionado.

Sin embargo, críticos han descartado los hallazgos del estudio debido a que las cifras se derivan de predicciones estadísticas y no toman en cuenta el conteo de cuerpos.

Incremento

Los investigadores conversaron con cerca de 1.850 familias que abarcan más de 12.800 personas en docenas de hogares alrededor del país.

De las 629 muertes registradas entre esas familias, 13% se llevaron a cabo en los 14 meses antes de la invasión y 87% durante los 40 meses después.

Esta tendencia repetida a lo largo del país indicaría un aumento en el número de muertes anuales que pasarían de 5,5 por cada 1.0000, a 13,3 por cada 1.000.

El grupo investigador señala que en casi 80% de los casos individuales, los miembros de las familias entrevistadas mostraron los certificados de defunción correspondientes para demostrar la veracidad de sus respuestas.

¿Cuál cifra es la correcta?

Es muy difícil obtener datos confiables sobre el tema en Irak, donde la insurgencia y la violencia sectaria son obstáculos para el trabajo de los investigadores.

Según el corresponsal de la BBC en Bagdad, Andrew North, las cifras del informe de la John Hopkins Bloomberg School of Public Health contrasta con el recientemente divulgado informe de la ONU.

El trabajo de la ONU señala que la violencia en el país cobra la vida de aproximadamente 3.000 iraquíes cada mes.

North señala que mientras las cifras de la ONU se basan en las estadísticas de la principal morgue de Bagdad y de los cálculos realizados por el Ministerio de Salud de Irak, los números del estudio de la universidad estadounidense surgen de la extrapolación de las entrevistas a los núcleos familiares.

Aunque los críticos enfatizan la discrepancia entre este estudio y otros trabajos independientes, el equipo de la Bloomberg School afirma que el método utilizado por ellos puede desestimar la verdadera cifra.

"Las familias, especialmente los hogares en donde combatientes han perdido la vida, podrían haber ocultado muertes. Asimismo, la defunción de niños no es siempre reportada y se convierte en una preocupación generalizada en estudios de este tipo", sostienen los autores.

Además, el estudio señala que 31% de las muertes podría ser atribuida a la acción de las fuerzas de la coalición que llevó a cabo la invasión a Irak. El estudio será publicación británica The Lancet este jueves.