Irán

 

Un discurso "esquizofrénico": los ayatolas quieren flotar en la "ola demócrata" USA y proponen "la paz" en Irak

Ahmadineyad: rezando con Satán

IAR-Noticias, 23/11/06

Las oscilaciones en el discurso público de Ahmadineyad pueden pasar de considerar a EEUU como el "peor enemigo de Irán y de la humanidad",  a invitar a Washington a buscar juntos salidas de "diálogo" y de negociación para aliviar las "tensiones mundiales".

Tal como lo presentan la prensa internacional y sus analistas, el presidente iraní Mahmoud Ahmadineyad , casi sin historia en los archivos de la CIA, se ha convertido en el símbolo más "temido" por Israel, y en el blanco estratégico más buscado por los planificadores del ataque militar a Irán.

Desde su elección como presidente de Irán, Ahmadineyad se ha manifestado como un experto en provocar las "iras" de la alianza imperialista occidental encabezada por Washington, clamando por la destrucción de Israel, negando el Holocausto y acusando a las “falsas superpotencias” de conspirar para destruir a Irán.

Pero el gobierno y la teocracia fundamentalista que controlan Irán no se caracterizan precisamente por la "coherencia" discursiva en la guerra (por ahora mediática) que mantienen con Washington y el Estado judío de Israel.

Las oscilaciones en el discurso público de Ahmadineyad puede pasar de considerar a EEUU como el "peor enemigo de Irán y de la humanidad",  a invitar a Washington a buscar juntos salidas de "diálogo" y de negociación para aliviar las "tensiones mundiales".

Como cuando le envió a Bush la famosa carta invitándolo a "rezar juntos", el presidente de Irán es afecto a jugadas diplomáticas estrafalarias, aparentemente sin sentido, pero que desde el punto del juego diplomático le sirven para "ganar tiempo".

Como lo saben los expertos, el lenguaje diplomático del sistema capitalista siempre combina el "doble discurso" y la amenaza "disuasiva" para negociar luego en mejores condiciones, pero Ahmadineyad y el régimen teocrático iraní llevan ese discurso a su expresión más extrema

Desde que detonó el conflicto con su programa nuclear en la ONU, el presidente de Irán juega con posturas discursivas esquizofrénicas, como decir que a Israel hay que "borrarlo del mapa",  y al rato asegurar que Irán, su gobierno  y su programa nuclear son  "pacifistas".

De la misma manera, Irán y Ahmadineyad un día anuncian el fin de las negociaciones con la ONU, advierten que no tolerarán "intromisiones" en su programa nuclear, despliegan en "ejercicios militares" a sus fuerzas armadas, muestran misiles de largo alcance que pueden alcanzar Israel, y al rato piden a la OIEA que envíe nuevamente sus inspectores a  sus plantas nucleares, como acaba de suceder.

"En la doctrina militar de Irán no hay cabida para el armamento atómico, y Teherán está dispuesto a recibir a los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)", señaló el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní, Ali Larijani, a dos semanas del impresionante despliegue de misiles y de armamento de última generación en el Golfo Pérsico.

En sus ejercicios militares de semanas atrás, el gobierno iraní y sus generales dijeron estar "listos" para una guerra con EEUU y contra quien se inmiscuya en su programa nuclear.

Pero la nueva "apertura" de Ahmadineyad -luego de la demostración de fuerza en el Golfo- no se quedó allí.

Luego de las elecciones del 7 de noviembre en EEUU dijo que "La clara victoria del Partido Demócrata en las elecciones del Congreso de EE UU muestra que el pueblo norteamericano está descontento por la política que aplica la actual Administración republicana".

"Los resultados de las elecciones han mostrado que el pueblo norteamericano se siente cansado y descontento por la actual política de la Casa Blanca", expresó Ahmadineyad el viernes 10 en Teherán.

El secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní, Ali Larijani, había comentado luego de los comicios en USA,  que los políticos demócratas de EE UU proponen una solución "bien pensada" al problema nuclear iraní.

"Los demócratas no ven ningún provecho en seguir forzando la confrontación con Irán y quieren actuar inteligentemente para dar solución a este problema", consideró Larijani.

Justo cuando en Washington los demócratas, ahora en control del Congreso, plantean  conversaciones directas con Siria e Irán para resolver el "pantano iraquí", el líder iraní Mahmoud Ahmadineyad salió al cruce y, adelantándose a cualquier tipo de anuncio, invitó a sus pares de Irak y Siria a una reunión cumbre en Teherán.

El Departamento de Estado reaccionó inmediatamente entre la sorpresa y la cautela, diciendo que una cumbre Irán, Irak y Siria es bienvenida, pero que el gobierno islámico de Irán tiene una historia de decir las cosas correctas y luego hacer algo diferente.

El lunes 20, mientras convocaba a la "paz en Irak" Ahmadineyad amenazaba nuevamente al "Imperio" norteamericano advirtiendo que su programa estaba a un "paso" de desarrollar la bomba nuclear, mientras tanto el portavoz de su gobierno decía que el proyecto nuclear iraní solo "persigue fines pacíficos".

Este discurso esquizofrénico combinado, no impidió al gobierno de los ayatolas decir que el objetivo oficial de la "cumbre de paz en Irak" impulsada por Ajmadineyad es discutir sobre cómo pueden cooperar los tres países para "disminuir la violencia" que ha colocado a Irak en el borde de la "guerra civil".

Hay que recordar que EEUU y Europa consideran paradojalmente a Siria y al Irán de los ayatolas (los principales impulsores de la cumbre para "parar la violencia") como los principales sostenedores de la "violencia terrorista" en Irak.

Evidentemente, tanto Ahmadineyad como Chávez (quien dijo que el triunfo demócrata es una "derrota del Imperio") consideran a los demócratas norteamericanos como "progresistas" y hasta "antiimperialistas".

¿Habrán leído historia los dos principales "enemigos" del Imperio?

Como se sabe, los demócratas y el lobby judío "por izquierda", hoy, en control del Congreso se presentan como alternativa al lobby judío "por derecha" que controla la Casa Blanca con los halcones republicanos.

En 1993, luego de la presidencia de Bush padre, el régimen teocrático de Irán se unió a la administración demócrata de Clinton, controlada por el lobby sionista de "izquierda".

Samuel Berger, William Cohen y Madeleine Albright cumplieron, durante la administración de Bill Clinton, las mismas funciones para el lobby sionista liberal "de izquierda", que hoy cumplen Dick Cheney, Donald Rumsfeld y Condoleezza Rice para el lobby sionista neocon de "derecha" que controla la administración Bush.

Luego de que Clinton masacrara e invadiera la Yugoslavia de Milosevic, el régimen teocrático de Irán se alió a la administración demócrata para derrocar y/o asesinar a Saddam Hussein.

La operación, con una pata en Teherán y otra en Washington, preparó las condiciones para la invasión militar a Irak de marzo de 2003, con grupos operativos provistos a la CIA por la "oposición iraquí" en el exilio controlada por los clérigos de Irán.

Cuando las fuerzas invasoras comandadas por Rumsfeld y el lobby sionista de "derecha" pusieron sus botas en territorio iraquí, en abril del 2003, los antiguos aliados de Washington (la llamada "oposición iraquí en el exilio" sostenida por Irán) se convirtieron en oficialismo y lanzaron una cacería brutal contra los ex militares leales a Saddam y los dirigentes del Partido Baas.

Y la teocracia iraní siguió con su "doble discurso" esquizofrénico: mientras Ahmadineyad desarrolla su guerra mediática contra el Imperio sionista de los halcones republicanos, la teocracia de Teherán es socia de la administración Bush en la ocupación de Irak a través de su influencia sobre los clérigos y el poder chíi que controla al gobierno colaboracionista de Irak.

Hoy, a la luz de los resultados electorales, ensayan nuevamente un intento de acercamiento con sus antiguos socios demócratas con la esperanza de que -desde el control del Congreso- impidan el ataque militar agendado a sus centrales nucleares.

Como si los demócratas imperiales fueran "pacifistas", y los halcones no estuvieran en el poder.

Y como si los ayatolas de Teherán no supiesen que la guerra final por la supervivencia con el lobby judío (por derecha y por izquierda) es inevitable.