Irán

 

No me vengas con Irán

Por Jim Lobe
Inter Press Service (IPS), 09/02/07

Washington. El plan de Estados Unidos e Israel de formar una alianza con los países árabes sunitas para enfrentar a Irán podría carecer de respaldo, al menos a nivel popular, según las conclusiones de una encuesta realizada en Medio Oriente.

Cerca de 80 por ciento de 3.850 personas entrevistadas en Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Líbano y Marruecos dijeron que consideran a Estados Unidos y a Israel las dos mayores amenazas externas a su seguridad. Sólo seis por ciento citaron a Irán.

Menos de uno de cada cuatro árabes sunitas cree que Irán debería ser presionado para detener su programa nuclear, mientras que 61 por ciento, incluyendo a la mayoría en todos los seis países, dijeron que Teherán tiene derecho a continuar con sus planes, incluso aunque pretenda fabricar armas atómicas.

La encuesta, la quinta en una serie anual realizada por Zogby International y diseñada por Shibley Telhami, del Centro Saban para Políticas sobre Medio Oriente, fue llevada a cabo en noviembre e inicios de diciembre, luego de la guerra del último verano boreal entre Israel y el movimiento chiita libanés Hezbolá (Partido de Dios), pero antes de la polémica ejecución del ex presidente iraquí Saddam Hussein.

Esa ejecución amplió la división entre los musulmanes chiitas y sunitas en toda la región, según algunos informes, y fue utilizada por Estados Unidos para intentar forjar una alianza con los países árabes sunitas, conformada por Arabia Saudita, Egipto, Jordania y las naciones del Golfo, con el fin de contener la creciente influencia iraní en Iraq, Siria, Líbano y Palestina.

Pero Telhami, quien presentará sus descubrimientos oficialmente en una conferencia que reunirá a líderes islámicos en Doha la semana próxima, dijo a IPS que duda de que estas tensiones sectarias estén cambiando las actitudes básicas en el público general sobre asuntos regionales clave en los países incluidos en la encuesta, con la excepción de Líbano.

"El público en el mundo árabe no está mirando a los asuntos importantes a través la división sunita-chiita. Más bien, los ven a través de los lentes del enfrentamiento palestino-israelí y de la molestia con las políticas de Estados Unidos. La mayoría de los árabes sunitas se ponen del lado de los chiitas en los asuntos clave", sostuvo.

De hecho, el estudio sugiere que Washington, cuya imagen en el mundo árabe cayó a un nivel sin precedentes el año pasado, afronta grandes dificultades para ganar apoyo popular a sus políticas en Medio Oriente.

Más de tres de cada cuatro de los consultados afirmaron tener una visión "algo" (21 por ciento) o "muy" (57 por ciento) desfavorable de Estados Unidos.

Las posturas desfavorables hacia Washington fueron más fuertes en las tres monarquías: Jordania, con 90 por ciento, Marruecos, con 87 por ciento, y Arabia Saudita, con 82 por ciento.

Casi cuatro de cada 10 árabes nombraron al presidente estadounidense George W. Bush como el líder extranjero que más desprecian, seguido de lejos por dos líderes israelíes, el ex primer ministro Ariel Sharon (11 por ciento) y su sucesor, Ehud Olmert (siete por ciento).

Este resultado es particularmente significativo, ya que en la encuesta previa, de 2005, Sharon superaba a Bush en la lista de "más despreciados" por un margen 15 puntos porcentuales. Incluso en Líbano, Bush es más rechazado que Olmert, a pesar de que este último lanzó una ofensiva militar el año pasado que destruyó la infraestructura de varias ciudades del país.

El estudio concluyó que la mejor manera para que Bush mejore su imagen ante los árabes es auspiciar un acuerdo de paz integral entre palestinos e israelíes, basado en el regreso de las tropas de Israel a sus fronteras antes de la Guerra de los Seis Días, en 1967.

Cuando se le pidió a los entrevistados que sugirieran seis pasos que podría dar Washington para mejorar su imagen, la mayoría en todos los países encuestados, excepto en Arabia Saudita, mencionaron en primer lugar un acuerdo de paz entre Israel y Palestina.

Luego sugirieron el retiro las tropas estadounidenses de Iraq, la suspensión de la asistencia a Israel, la promoción de la democracia y la ayuda económica a la región.

Entre los factores que inciden en su visión negativa de Estados Unidos, el conflicto palestino-israelí fue calificado de "extremadamente importante" por 76 por ciento de los jordanos, 65 por ciento de los marroquíes, 62 por ciento de los libaneses y 54 por ciento de los sauditas.

Por otra parte, 42 de los sauditas y 36 por ciento de los jordanos dijeron que los "árabes deberían continuar peleando contra Israel", aun si ese país regresaba a sus fronteras de 1967.

Mientras Bush desplazó a Sharon como el líder más despreciado por los árabes en 2006, el líder del Hezbolá, Hassan Nasrallah, superó al presidente de Francia, Jacques Chirac, como el más admirado.

El mandatario francés quedó en el segundo lugar de la lista, seguido por el iraní Mahmoud Ahmadinejad y el venezolano Hugo Chávez. "Son personas vistas como capaces de enfrentar a Estados Unidos. Ninguno de ellos es árabe sunita", destacó Telhami.