Irán

 

Valentía de marines liberados en cuestión

Análisis de Khody Akhavi
Inter Press Service (IPS), 11/04/07

Washington.– Los militares prisioneros sólo están obligados a contestar su nombre, rango, número de identificación y regimiento al ser interrogados. Pero poco después de liberados, los marines británicos capturados por Irán hacían fila para vender sus historias a la prensa.

Los 15 infantes de la Marina Real de Gran Bretaña fueron acusados de inmediato por neoconservadores y otros derechistas belicistas de Estados Unidos de "actuar como estrellas de televisión" y de "comportamiento humillante".

La respuesta de Londres al arresto fue una afrenta al mundo anglosajón occidental y a sus intereses en Medio Oriente, según estas visiones.

"Si hubo en la historia un caso más rápido y humillante de Síndrome de Estocolmo, no lo conocemos", según un editorial del diario neoconservador The New York Post, propiedad del consorcio de origen australiano Rupert Murdoch's News Corporation.

El columnista neoconservador Mark Steyn, del diario Chicago Sun–Times, escribió: "La nave Queen's Navee quedó fuera de servicio. La chica emblemática estaba vestida al estilo islámico y los 14 hombres, ropa informal al estilo" del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad.

Las instrucciones a los soldados británicos en caso de captura son secretas, según el Ministerio de Defensa. Pero esas instrucciones no hubieran servido de mucho con las técnicas que, según se dice, aplican los iraníes en estos casos.

Irán usó a los marines, capturados por miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán cuando patrullaban el estrecho de Shatt al–Arab, como un instrumento de propaganda.

Los militares fueron obligados a formular confesiones ante las cámaras y micrófonos de medios de comunicación controlados por el Estado.

El gobierno británico fue, tal vez, más hábil que el aparato publicitario iraní, al permitir a los marinos, con el argumento de que se trata de "circunstancias excepcionales", que vendan su versión de los hechos a la prensa de su país.

Pero el negocio no duró mucho. El Ministerio de Defensa británico prohibió este lunes a los marinos seguir lucrando con su experiencia en cautiverio.

La única mujer capturada, la marinera Faye Turney, de 26 años, llegó a tiempo para cobrar por sus declaraciones a la cadena de televisión británica ITV1 más de 100.000 libras (197.152 dólares). El más joven de los prisioneros, Arthur Batchelor, de 20 años, también pudo decirle al diario Daily Mirror que estando en prisión "lloró como un bebé".

"Un guardia me daba golpes en el cuello. Pensé lo peor. Todos han visto los vídeos", dijo Batchelor en la entrevista. Quizás se refería a las decapitaciones grabadas por la red terrorista Al Qaeda o la afgana Talibán, como las de los estadounidenses Nicholas Berg, empresario, y Daniel Pearl, periodista.

El régimen chiita iraní no ha sido implicado en la realización o distribución de ese tipo de vídeos.

En respuesta a la vigorosa defensa británica de los marinos que "actuaron con inmenso coraje y dignidad", el editorial de The New York Post subraya "esto no es más que la crema sobre la torta de la capitulación, lo cual se suma a humillaciones que tendrán consecuencias a largo plazo".

Ése es el resultado de la posición "blanda" de Gran Bretaña hacia Irán, que enfurece a los columnistas neoconservadores como Charles Krauthammer, de The Washington Post.

La "humillación" sufrida por Gran Bretaña es, según él, evidencia de que la comunidad internacional y "sus grandes instituciones" son una farsa, y que el multilateralismo está muerto.

"¿Quiere a su gente de regreso? Vaya a la Unión Europea y quédese tieso. Diríjase al Consejo de Seguridad (de la ONU) y obtenga una declaración que rechaza, e incluso 'deplora', este acto de piratería", escribió Krauthammer. "Luego acuda a los despreciados estadounidenses, que intercambiarán tarjetas y luego lo despedirán."

El gobierno británico anunció en febrero, cuando ya habían muerto 136 de sus soldados, un nuevo cronograma para el retiro de 7.000 efectivos de ese país. El primer ministro Tony Blair dijo al parlamento que 3.000 de esos uniformados se habrán replegado este año.

Mientras trascendía el anuncio británico, el gobierno de George W. Bush proponía sumar 21.000 soldados a sus tropas en Iraq.

La crisis entre Teherán y Londres por los marines capturados le trajo una nueva complicación a Blair, quien quiere salir en puntillas de la meridional ciudad iraquí de Basora, hoy bajo custodia británica, antes de que la situación esté completamente fuera de control.

Otro halcón neoconservador ha aprovechado la diplomática respuesta británica como argumento para una acción unilateral y como advertencia para las futuras conversaciones con la comunidad internacional a propósito de las aspiraciones nucleares de Irán.

Por su parte, el ex embajador de Estados Unidos en la ONU (Organización de las Naciones Unidas), John Bolton, escribió en una columna para el diario Financial Times que le desconocía a Gran Bretaña autoridad en el manejo de sus relaciones exteriores.

Bolton calificó el enfoque de la diplomacia británica de "pasivo, vacilante y casi aprobatorio" hacia la acción de Irán.

El canal de noticias Fox News dedicó su cobertura sobre esta noticia a promover el debate sobre el supuesto heroísmo o cobardía de los marines británicos prisioneros.

"No hay forma de poner buena cara ante esto. Los gestos afectuosos con Ahmadinejad y la bolsa con obsequios... Esto fue un verdadero fracaso de liderazgo", dijo el coronel Ralph Peters al periodista Neil Cavuto, de Fox News.

"Un servidor de Estados Unidos no aceptaría ese tipo de regalos, y menos los mostraría frente a las cámaras agradeciendo al presidente iraní", agregó el militar.

El coronel Bob Maginnis, otro experto de Fox News y colaborador del programa radial del clérigo cristiano Jimmy DeYoung, calificó a los marinos de "cobardes".

"Parece que fuera día de fiesta en Teherán... Estaban frente a Ahmadinejad y le agradecían por el trato amable, por dejarlos ir... Y él les daba confites persas y todo tipo de recuerdos para llevar a casa", sostuvo


A los marinos británicos liberados les permiten vender sus historias

Página 12, 09/04/07

En una decisión inédita, el Ministerio de Defensa autorizó a los 15 militares a vender sus relatos del secuestro a los medios. La única soldado, Faye Turney, ya hizo trato con un canal y un diario.

Los 15 militares de la Armada británica capturados por Irán y liberados el pasado jueves han recibido autorización para poder vender su historia a los medios de comunicación, informó ayer el Ministerio de Defensa del Reino Unido. La única soldado del grupo, Faye Turney, ya vendió su historia a un periódico y a un canal de televisión. La militar le dijo al sensacionalista The Sun que sus secuestradores la desvistieron, le mintieron y sugirieron que iba a morir; que nunca más vería a su hija.

Aunque el reglamento castrense prohíbe ese tipo de prácticas, el ministerio decidió conceder permisos a los soldados dadas las “excepcionales circunstancias” del caso y el enorme interés de la prensa. “El personal de servicio no puede llegar a acuerdos financieros con los medios de comunicación” –explicó Defensa en un comunicado–, “sin embargo, en circunstancias excepcionales, como la concesión de la Cruz de la Victoria (condecoración más importante de las Fuerzas Armadas británicas) o los hechos de los últimos días, se puede otorgar ese permiso”. Además, los militares podrán quedarse con el dinero que reciban, añadió una portavoz del citado ministerio.

Según apuntaban ayer varios diarios británicos, los soldados podrían llegar a ganar hasta 250.000 libras (492.500 dólares). Faye Turney, de 26 años, ya ha vendido su historia a la cadena de televisión ITV y a un periódico por 100.000 libras (197.000 dólares), aseguraron ayer los dominicales Sunday Times y Sunday Telegraph. Turney, madre de una niña, se hizo famosa al aparecer en varios videos propagandísticos del régimen iraní, que también divulgó diversas cartas supuestamente escritas por ella en las que admitía haber invadido aguas jurisdiccionales persas. Turney relató al amarillista The Sun tramos de su cautiverio. “En un momento el interrogador me preguntó: ‘¿Qué impresión te causa morir por tu país?’. Al día siguiente, otro me dijo: ‘Usted no comprende, usted debe cooperar con nosotros. ¿Quiere volver a ver a su hija alguna vez?’.”

Durante los cinco primeros de los 13 días de detención –contó Turney– fue convencida de que los otros 14 detenidos, todos hombres, habían vuelto a Gran Bretaña y que era la única que se había quedado en Irán.

La decisión del Ministerio de Defensa fue criticada por los partidos de la oposición y algunos militares del Reino Unido. “Mucha gente que compartió la ansiedad de la detención de los rehenes sentirá que vender sus historias es algo indigno y queda por debajo de los altos valores que esperamos de nuestros soldados”, dijo el portavoz de Defensa del Partido Conservador, Liam Fox. Por su parte, el portavoz liberal–demócrata de Defensa, Nick Harvey, manifestó su “asombro” y expresó su esperanza de que la medida no implique “una pérdida de apoyo público” hacia los militares. El coronel Bob Stewart, quien comandó las fuerzas de paz británicas en Bosnia, se declaró contrariado por esta decisión del Ministerio de Defensa que “sencillamente no tiene precedentes”.

Los quince militares (ocho marinos y siete infantes de Marina) fueron detenidos el 23 de marzo en aguas del Golfo Pérsico por las autoridades iraníes, que los acusaron de invadir su territorio, algo que Londres ha negado reiteradamente.


Prohíben a los marinos difundir sus historias

“No, no y no vendan más relatos”

Página 12, 10/04/07

Londres.– El gobierno británico tuvo que dar marcha atrás ayer. Después de autorizar a los quince marinos que habían sido capturados por Irán a vender sus historias, el Ministerio de Defensa se desdijo ante el aluvión de críticas. La oposición, los sectores castrenses y los familiares de las víctimas de las guerras en Irak y Afganistán habían criticado las entrevistas de dos marinos. Acusaron al gobierno de Tony Blair de estar manipulando el secuestro y la liberación de los soldados como parte de una guerra mediática entre Occidente y Teherán. Y no parecen estar tan equivocados. Irán contestó ayer difundiendo un nuevo video, que muestra a los soldados británicos de buen humor, jugando ping pong, viendo televisión y cenando.

El propio secretario de Defensa británico, Des Browne, reconoció ayer que no fue una buena idea que los marinos vendieran sus historias a la prensa. “No produjo resultados satisfactorios”, aseguró. La entrevista de Faye Turney, publicada en la edición de ayer del diario sensacionalista The Sun, despertó una crítica generalizada en Londres. Principalmente por la suma que cobró la militar de 26 años. Según informó el diario británico, Turney recibió 197 mil dólares por vender su historia a The Sun y a la cadena de televisión privada ITV. El más joven de los quince marinos, Arthur Batchelor, de 20 años, también vendió su historia. Le dijo a The Mirror que durante su cautiverio tuvo tanto miedo que lloró como un bebé. Según Batchelor, los iraníes lo apodaron Mr. Bean, como el humorista británico, por su pequeña estatura.

No todos los marinos fueron seducidos por las ofertas de los diarios sensacionalistas. El superior de la soldado Turney y otro de los marinos que pasaron dos semanas en Irán, el teniente Felix Carman, decidió rechazar las ofertas para vender su historia. Según explicó, los montos que le ofrecían eran “escandalosos”. Sin embargo, Carman defendió a Turney y señaló que seguramente aceptó el dinero para asegurar el futuro de su hija. La soldado, en cambio, dio otra explicación. “Quería sobre todo que todos conocieran mi historia y experimentaran lo que yo pasé”, explicó, después de contar que fue desnudada y tuvo miedo de ser violada.

No obstante, entre los militares no cayó bien la idea de divulgar los pormenores del cautiverio y, especialmente, recibir un pago a cambio. “Los marinos lo lamentarán y se darán cuenta de que no fue buena idea cobrar. Espero que donen todo el dinero a obras de caridad”, sostuvo el general sir Patrick Cordingly, uno de los comandantes británicos en la primera Guerra del Golfo, en 1991. Para algunos oficiales en actividad, en cambio, la publicidad no fue negativa. “Es muy importante dejar a la gente contar su historia con sus propias palabras en los medios”, aseguró el vicealmirante de la Marina, Adrian Johns.

Mientras Turney y Batchelor fueron criticados por actuar como “estrellas de un reality show”, los cuestionamientos más duros fueron dirigidos al Ministerio de Defensa, al que acusan de dejar a un lado las normas que prohíben a los militares firmar acuerdos financieros con los medios en casos tan sensibles como éste. El diputado de la oposición conservadora William Hague ya adelantó que su partido cuestionará la decisión del secretario de Defensa cuando el Parlamento reanude sus sesiones, el próximo 16 de abril.