Palestina no
se rinde

 

Recordando al ghetto de Varsovia

Por Roberto Bardini, Bambú Press (*)
Rodelu.net, 12/01/05

Hoy nadie recuerda al general alemán Jürgen Stroop, quien ganó cierta notoriedad a mediados de la Segunda Guerra Mundial durante la ocupación de Polonia como comandante de las Waffen-SS. Sin embargo, recientemente su nombre volvió a cobrar notoriedad en Medio Oriente. Según informa el diario Haaretz, de Jerusalén, parece que el militar tiene algunos discípulos en el ejército israelí.

Entre 1941 y 1943, el ejército del Tercer Reich confina a 60 mil judíos polacos en el ghetto de Varsovia, ubicado en el distrito de Podgorze. La desproporción entre la cantidad de reclusos y la superficie del lugar, provoca hacinamiento, miseria, hambre y epidemias. En algunos casos, conviven hasta 13 personas en cada habitación. Sólo un hombre cada 138 tiene trabajo. La mayoría de trabaja en establecimientos alemanes, confeccionando uniformes militares y fabricando armas.

El 19 de abril de 1943 estalla una rebelión en el ghetto. Mordejai Anielevicz, de 24 años, lidera a 700 jóvenes de la Organización Judía Combatiente, provistos de granadas, bombas molotov y unas pocas armas suministradas por la resistencia polaca. El levantamiento termina el 16 de mayo, cuando los alemanes hacen estallar la gran sinagoga judía, incendian el ghetto y lo reducen a un montón de escombros. Anielevicz y 80 jóvenes sobrevivientes al ataque se suicidan para no caer en manos del enemigo.

El ghetto ya no existe

El general Jürgen Stroop, hombre de confianza de Heinrich Himmler, estuvo al mando de la operación y redactó un minucioso parte de guerra día por día e, incluso, hora por hora, de los 28 días de combate. Su descripción, de 75 páginas, se conoce como Informe Stroop: el Ghetto de Varsovia ya no existe (Es gibt keinen jüdische Wohnbezirk in Warschau mehr). El relato se hace público en el Tribunal de Nuremberg en 1946 y es editado en forma de libro en 1998.

El 25 de enero del año pasado, el diario Haaretz publicó un artículo del periodista Amir Oren, quien afirma que los militares judíos estudiaron las tácticas utilizadas por los nazis para aplastar la rebelión en el ghetto de Varsovia con el fin de aplicarlas contra las ciudades palestinas de Gaza y Cisjordania. El Informe Stroop figura entre los textos.

Oren utiliza como fuente a un alto oficial israelí, a quien no identifica para evitarle represalias. No es la primera vez que miembros del ejército brindan este tipo de testimonio, disgustados por sus tareas como de tropa de ocupación y la técnica de tierra arrasada ordenada por el alto mando. Lo cierto es que existen similitudes, corregidas y aumentadas, entre aquel episodio de la Segunda Guerra Mundial y lo que sucede hoy en los territorios dominados por Israel.

Peor que en Varsovia

Lo cierto es que existen similitudes entre aquel episodio de la Segunda Guerra Mundial y lo que sucede hoy en los territorios ocupados por Israel. Más de un millón de árabes subsiste gracias a los víveres distribuidos por la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos  (UNRWA, por sus siglas en inglés), la cual ha denunciado que uno de cada cinco niños palestinos sufre de grave desnutrición. Desde septiembre de 2000, más de 25 mil palestinos han perdido sus hogares por demoliciones llevadas a cabo por soldados israelíes, según UNRWA, que apenas ha logrado construir casas para poco más de mil 100.

Por otro lado, un informe del Banco Mundial de noviembre de 2004 asegura que un 50 por ciento de los palestinos vive en la pobreza, con menos de dos dólares diarios. En promedio, cada palestino que trabaja debe mantener a siete personas.

Hay más semejanzas con el ghetto de Varsovia: existen en Cisjordania 61 puestos de control militar, 102 bloques de hormigón en las carreteras para dificultar el acceso de vehículos desde y hacia los pueblos palestinos, 61 zanjas, 28 vallas de tierra y 374 de pilas de escombros. Viajar por la región es muy difícil, si no imposible, para miles de personas.

En junio de 2002, Israel comenzó a construir un muro, que tendrá una longitud de 622 kilómetros a un costo de 3 mil 400 millones de dólares. La enorme valla impide el acceso de palestinos a lugares esenciales como el trabajo, los hospitales y las escuelas.

Tragedia moderna

La Franja de Gaza es una de las regiones más densamente pobladas del planeta. Con una superficie de sólo 360 kilómetros cuadrados, el hogar de más de un millón 400 mil palestinos y alrededor de 7 mil 300 israelíes radicados en 21 asentamientos vigilados por tropas israelíes. La mayoría árabe vive refugiada en ocho campos de las Naciones Unidas.

La Franja está completamente cercada, excepto en la costa con el mar Mediterráneo. Hay ocho puestos de control de las autoridades israelíes. Los palestinos sólo pueden cruzar la frontera por dos puntos: Erez, en el norte, y Rafah, en el sur.   En 2004, 950 palestinos resultaron muertos por las fuerzas de ocupación israelí, incluyendo 172 niños y 36 mujeres. Ese mismo año, fueron heridos casi  6 mil palestinos.

Eric J. Hobsbawn, el más importante historiador vivo, definió la situación en Medio Oriente como “el conflicto más grave que enfrenta actualmente la humanidad”, cuyos efectos repercuten –a la corta o a la larga- en el todo el mundo. Mucho antes, en 1968, el historiador inglés Arnold Toynbee afirmó que la tragedia moderna de los judíos consiste en que, lejos de aprender de sus sufrimientos, tratan a los árabes igual que los nazis los trataron a ellos.


(*) Bambú Press está contra lo «políticamente correcto», el «pensamiento único» y la «globalización» impuesta desde arriba. Está a favor de la ética, las relaciones fraternales entre personas y la universalidad construida desde abajo.

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