Palestina no
se rinde

 

Abbas aplicará receta de seguridad de EEUU

Análisis de Sanjay Suri
Inter Press Service (IPS), 02/03/05

Londres. La designación de un general estadounidense al frente de la reforma de las fuerzas de seguridad palestinas y la coordinación de éstas con las de Israel es lo último que el difunto líder Yasser Arafat hubiera imaginado, y también lo último que los grupos radicales islámicos estarán dispuestos a tolerar.

Sin embargo, eso fue lo que acordó el martes la Conferencia de Londres para el Apoyo a la Autoridad Palestina (ANP), promovida por el primer ministro británico Tony Blair.

El teniente general William Ward, de Estados Unidos, encabezará un grupo coordinador de la seguridad para apoyar al nuevo gobierno palestino de Mahmoud Abbas en su lucha por controlar a las organizaciones extremistas.

El grupo ayudará a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) a organizar y controlar a sus dispares fuerzas de seguridad. Además, proveerá vehículos, radios y uniformes para la policía palestina, y ayudará en el establecimiento de un fondo jubilatorio para el personal de seguridad.

Por su parte, la ANP prometió reducir sus servicios de seguridad e inteligencia de 14 unidades a tres, designar un jefe de policía y aumentar la presencia policial en las calles de la franja de Gaza y Cisjordania.

La ANP también se comprometió a trabajar en estrecha coordinación con las fuerzas de seguridad de Israel. Y esto bajo la conducción de un general estadounidense.

Los palestinos han estado durante generaciones en el extremo receptor de la fuerza militar de Israel, abastecida, financiada y apoyada políticamente por Estados Unidos. La segunda ”intifada” o insurrección palestina contra la ocupación israelí se encuentra ya en su quinto año, y está lejos de haber terminado.

El acuerdo de Londres tendrá casi el peso de un tratado internacional, porque fue firmado por el presidente palestino Abbas.

Además, asistieron a la reunión la secretaria de Estado (canciller) estadounidense Condoleeza Rice, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan, el comisario de Relaciones Exteriores y alto representante de la seguridad común de la Unión Europea, Javier Solana, y muchos otros líderes internacionales.

Sin embargo, el destino del acuerdo quedará en manos de actores fundamentales que estuvieron ausentes: los grupos armados palestinos y el gobierno de Israel.

Los grupos extremistas como Hamas y Jihad Islámica no sólo deberán entregar sus armas, sino hacerlo bajo supervisión de Estados Unidos a través de la ANP. Abbas acordó esta medida a sabiendas de con quiénes debe tratar.

”Hemos redesplegado nuestras fuerzas en el terreno y tomado la decisión de unificar nuestras fuerzas de seguridad, y estamos implementando esta decisión pese a las dificultades que ustedes conocen bien”, dijo Abbas en la reunión.

Abbas decidió que esta dificultad puede superarse con el visible apoyo de Estados Unidos contra grupos que miles de palestinos consideran héroes, y que Washington e Israel ven como terroristas.

El general Ward tiene el claro mandato de ayudar a la ANP a aplastar a esos grupos. ”Si no los detenemos, el camino a la paz estará bloqueado”, dijo Condoleeza Rice en la reunión.

Estados Unidos contará con ayuda árabe. Rice mencionó que Egipto y Jordania hicieron compromisos específicos para ”ayudar a los palestinos a crear servicios de seguridad honestos y responsables”.

Asimismo, exhortó a otros países árabes a ”abandonar su incitación a través de la prensa, cortar todos los fondos para el terrorismo, dejar de apoyar la educación extremista y establecer relaciones normales con Israel”.

Por otra parte, exhortó a Israel a ”abstenerse de tomar medidas que perjudiquen un acuerdo final y colaborar para hacer viable un nuevo estado palestino”. ”Un estado con territorios dispersos no funcionará”, dijo.

El anfitrión Tony Blair anunció que, además de la seguridad, el acuerdo también comprende asuntos de gobernabilidad y desarrollo económico y social.

El mandatario británico informó que la Unión Europea ayudará a establecer nuevas instituciones políticas y el Banco Mundial desempeñará un papel crucial en el desarrollo económico.

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