Palestina no
se rinde

 

La guerra del hambre contra Palestina

Por Iván Vanney
Desde Israel, para Socialismo o Barbarie, 08/04/06

Hoy en Palestina ya no son los misiles ni las incursiones militares lo que más preocupa al gobierno de Hamas, víctima nuevamente de un bloqueo económico y financiero impulsado por Israel y acatado por Occidente en general, el gobierno de Hamas corre el riesgo de colapsar en los próximos meses, según el ministro de economía palestino.

El día en que se anuncio el arrasador triunfo de Hamas en las elecciones de Palestina, Israel, Estados Unidos y la Unión Europea mostraron su disconformidad y repudio al nuevo gobierno, por lo tanto, a la voluntad del pueblo palestino, a su derecho a la autodeterminación negando su derecho a la democracia.

El ministro de relaciones exteriores palestino Mahmoud Zahar visito a cinco naciones árabes solicitando ayuda económica, mientras que el gobierno palestino dio a conocer una cuenta bancaria en el Cairo destinada a recibir las donaciones de los gobiernos dispuestos a colaborar con el pueblo palestino, en un llamado a la solidaridad el gobierno de Hamas pidió a las naciones árabes "apoyo a la autodeterminación de sus hermanos palestinos".

Esa noticia está siendo publicada en muchos medios. Sin embargo, olvidan mencionar determinados hechos y declaraciones de los gobiernos implicados en el conflicto. Ya en febrero, el New York Times (16/02/06), revelaba la iniciativa de los gobiernos israelí y de EEUU de derrocar a Hamas por medios económicos, a costa del hambre del pueblo palestino "La vida de los palestinos podría mejorar sólo si Hamas cumple nuestras demandas" declaraban al New York Times funcionarios israelíes y estadounidenses.

La Unión Europea, Estados Unidos e Israel argumentan que las medidas de bloqueo económico y financiero fueron tomadas debido a que Hamas se niega a reconocer el derecho de existencia de Israel y a renunciar a las armas.

Sin embargo, incluso en periódicos israelíes (Ydeot Aharonot, Haaretz) fueron publicadas declaraciones de Hamas en las cuales anunciaban el cese de fuego y ofrecían a Israel una tregua por 9 años, durante los cuales Palestina e Israel se comprometerían al cese de fuego, la liberación de Jerusalén del Este y la franja de Cisjordania. Israel rechazó en todas las ocasiones los llamados a dialogar hechos por Hamas, alegando que "no harían acuerdos con grupos terroristas".

Esta actitud tomada por Israel tras el triunfo de Hamas, respondía en aquel entonces a las elecciones en Israel. El Primer Ministro Olmert se negó a negociar con Hamas para ganar los votos de la mayoría de la población que se opone a un acuerdo de paz con Hamas. Pero no sólo hizo eso: desde que Olmert, debido al estado de salud de Sharon, asumió el cargo de Primer Ministro, las violentas incursiones militares contra la población palestina fueron incrementadas. Era una buena campaña política a costa de vidas palestinas para la mayoría del público israelí, amante de la mano dura contra los palestinos.

Hace aproximadamente un año Hamas acató una tregua hecha por Abu Mazen e Israel,  renunciando a la violencia. Aún hoy la posición de Hamas se mantiene vigente, habiendo sufrido Israel desde aquel acuerdo sólo ataques del grupo Jihad (Guerra Santa) y de las Brigadas Mártires de Al-Aqsa (fracción terrorista del partido Fatah de Abu Mazen).

Tanto los hechos como las declaraciones de Hamas demuestran su voluntad de llegar a un acuerdo y poner fin a la violencia. No obstante, la Unión Europea, EEUU e Israel esperaban que Abu Mazen, quien no promovió el cese de fuego y llevo a cabo políticas corruptas lo que le dio el triunfo a Hamas, siga siendo Primer Ministro.

En consecuencia, con el reciente bloqueo económico, Palestina puede sufrir una grave crisis de falta de recursos como alimentos, medicamentos y otros productos básicos. Este recorte económico está dificultando el pago de los sueldos de 140.000 empleados públicos de la Autoridad Palestina y afectará a un cuarto de la población de Cisjordania y Gaza.