Palestina

 

La sociedad civil israelí, cómplice de un sistema basado en la opresión y el pillaje

Los verdugos voluntarios de Sión

Por Amira Hass [1]
CounterPunch, 31/08/06
Rebelión, 22/09/06
Traducido por LB

Dejemos a un lado a esos israelíes cuya ideología apoya la desposesión del pueblo palestino porque "somos el pueblo elegido de Dios". Dejemos a un lado a los jueces que encubren cualquier política militarista de asesinato y destrucción. Dejemos a un lado a los jefes militares que de forma deliberada encierran a una nación entera en jaulas rodeadas de muros, torres de observación fortificadas, ametralladoras, alambre de espino y proyectores cegadores. Dejemos a un lado a los ministros. A todos esos no los incluimos en el grupo de los colaboradores. Ésos son los arquitectos, los planificadores, los diseñadores, los ejecutores.

Pero hay otros. Historiadores y matemáticos, editores, estrellas mediáticas, psicólogos y médicos de familia, abogados que no apoyan a Gush Emunim ni a Kadima, profesores y educadores amantes de las excursiones campestres y las canturriadas, magos de la alta tecnología. ¿Dónde estáis? ¿Y qué hay de vosotros, investigadores del nazismo, el Holocausto y el Gulag soviético? ¿Es posible que todos vosotros estéis a favor de unas leyes que discriminan sistemáticamente? ¿De unas leyes que establecen que los árabes de Galilea ni siquiera deben recibir compensaciones por los daños provocados por la guerra en las mismas cantidades que tienen derecho a percibir sus vecinos judíos?

¿Es posible que todos vosotros estéis a favor de una Ley de Ciudadanía racista que prohíbe a un árabe israelí vivir con su familia en su propio hogar? ¿Que seáis partidarios de que se expropien más tierras y se destruyan más huertos para construir otro barrio judío u otra carretera de uso exclusivo para judíos? ¿Es posible que todos vosotros apoyéis el bombardeo y los ataques con misiles que matan a jóvenes y ancianos en la Franja de Gaza?

¿Es posible que todos estéis de acuerdo en que un tercio de Cisjordania (el Valle del Jordán) permanezca cerrado para los palestinos? ¿Que apoyéis la política israelí que impide a decenas de millares de palestinos que han obtenido la nacionalidad en algún país extranjero que regresen a con sus familias en los territorios ocupados?

¿Realmente es posible que tengáis el cerebro tan lavado con el pretexto de la seguridad, empleado para prohibir a estudiantes de Gaza que estudien terapia ocupacional en Belén y medicina en Abu Dis, y que impide a enfermos de Rafah recibir tratamiento médico en Ramala? ¿También vosotros hallaréis fácil esconderos tras la explicación de que "no teníamos ni idea"? No teníamos ni idea de que la discriminación que se perpetra a la hora de distribuir el agua -controlada exclusivamente por Israel- deja a miles de hogares palestinos sin agua durante los tórridos meses de verano; no teníamos ni idea de que cuando el ejército israelí bloquea la entrada de las aldeas también bloquea su acceso a manantiales y a tanques de agua.

Sin embargo, es imposible que no veáis en Cisjordania, a lo largo de la ruta 344, los portones de hierro que bloquean el acceso a esa carretera a los habitantes de las aldeas palestinas por las que pasa. Imposible que apoyéis la prohibición que impide a millares de campesinos palestinos acceder a sus tierras y heredades, imposible que apoyéis la cuarentena impuesta sobre Gaza que impide la entrada de medicinas para hospitales, los cortes del suministro de energía eléctrica y de agua a 1,4 millones de seres humanos, cerrándoles su única salida al mundo durante meses.

¿Es posible que ignoréis lo que está pasando a 15 minutos de vuestras facultades y oficinas? ¿Es plausible que apoyéis un sistema que permite a los soldados israelíes de los puestos de control instalados en el corazón de Cisjordania obligar a miles de personas a esperar durante horas bajo un sol de justicia, mientras realizan su selección: los vecinos de Nablus y Tulkarem no pueden pasar, las personas de 35 años para abajo, yallah!, vuelta a Jenin, los vecinos de la aldea de Salem ni siquiera están autorizados a estar aquí, una mujer enferma que se saltó la cola debe aprender la lección y será retenida deliberadamente durante horas... El sitio web de la organización Machsom Watch puede ser consultado por cualquiera. Allí se pueden encontrar innumerables testimonios de ese tipo y aún peores, una rutina que se repite todos los días. Pero es imposible que ésos que se sienten escandalizados ante cualquier svástica que aparece pintada sobre una tumba judía en Francia y ante el último titular antisemita publicado en cualquier diario local español no sepan cómo obtener esa información y no se sientan impactados e indignados ante ella.

En tanto que judíos disfrutamos de los privilegios que nos otorga Israel, lo cual nos convierte a todos en colaboradores. La cuestión es saber qué hacemos cada uno de nosotros de forma activa y diaria para minimizar la colaboración con un régimen de desposesión y eliminación que nunca acaba de saciarse. Firmar una petición y chasquear la lengua en señal de desaprobación no es suficiente. Israel es una democracia para sus judíos. Nuestras vidas no están en peligro, no van a encerrarnos en campos de concentración, no van a dañar nuestros medios de subsistencia y nadie nos va a negar la posibilidad de buscar esparcimiento en la naturaleza o en el extranjero. Por eso la carga de la colaboración y de responsabilidad directa que soportamos tiene un peso inconmensurable.


Situaciones

Por Juan Gelman
Página 12, 25/09/06

La Administración de Tierras del gobierno de Israel acaba de licitar la construcción de 164 nuevas casas en tres asentamientos ilegales ubicados en el territorio palestino ocupado de la Ribera Occidental. El llamado a licitación anterior se hizo público el 4 de septiembre pasado y es el más grande desde que Ehud Olmert asumió su cargo de primer ministro en mayo: el número previsto de viviendas asciende a 690 en otros dos asentamientos ilegales. El movimiento israelí "Paz ahora" criticó la decisión: Mossi Raz, uno de sus dirigentes, señaló que "hiere los intereses del Estado de Israel. Es una medida provocativa que va contra la mayoría de la opinión pública israelí" (Ha'aretz, 21-9-06). El gobierno de Israel no cree que deba cumplir las decenas de resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y de su Asamblea General instándolo a retirarse de los territorios palestinos que ocupa desde hace 39 años.

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Cinco palestinos fueron muertos en Gaza por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) el martes 19, tres al norte de la Faja. Un portavoz de las FDI declaró que estaban involucrados en el lanzamiento de cohetes Qassan al sur de Israel. Residentes locales y testigos indicaron que los tres adolescentes eran pastores y que algunas de sus cabras resultaron heridas (Ha'aretz, 21-9-06).

El miércoles 18, al alba, efectivos israelíes allanaron 24 casas de cambio y bancos palestinos en la Faja de Gaza. Incautaron el equivalente de 1.390.000 dólares en shekels y dinares jordanos, así como computadoras, documentos y archivos. El operativo estaba destinado a desarticular "la estructura financiera palestina que financia el terrorismo (sic)", explicó una portavoz de las FDI. El gobierno de Israel califica de terrorista al movimiento Hamas que ganó las elecciones en enero pasado. Desde entonces, bloquea los ingresos aduaneros que le corresponden a la Autoridad Palestina. La Unión Europea y EE.UU. han congelado toda ayuda directa al gobierno palestino (AFP, 20-9-06). Pareciera que en los territorios palestinos las elecciones democráticas no son democráticas.

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Se dijo que los cohetes que Hezbollah lanzó ininterrumpidamente sobre el norte de Israel durante la llamada Guerra de Julio habían provocado el desplazamiento de un millón de israelíes que dejaron el norte del país. Una encuesta del Centro Taub de Investigación Política y Social en Israel contradice esa percepción: alrededor del 86 por ciento se quedó en sus casas. Por otra parte, un 88 por ciento demandó más presupuesto para fines sociales y el 76 por ciento se opuso a su recorte para financiar gastos militares (Ha'aretz, 21-9-06).

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La fuerza aérea de las FDI llevó a cabo más de 7000 bombardeos y su marina unos 2500 durante la guerra de 34 días contra Hezbollah/Líbano, un promedio de casi 280 diarios. Hezbollah arrojó alrededor de 4000 Katiushas contra Israel, casi 120 por día en promedio. Una primera evaluación de la Comisión Europea determinó que las FDI dañaron o destruyeron en el sur del Líbano 1489 edificios, 21 de los 29 puentes sobre el río Litani, 535 tramos de caminos y de seis autopistas estratégicas y 545 campos de cultivo, además de causar la muerte de casi 1200 civiles y el desplazamiento de una cuarta parte de la población libanesa (www.brusselstribunal.org, 31-8-06). Para Amnistía Internacional, Israel practicó "una política de destrucción deliberada de la infraestructura civil libanesa" (web.amnesty.org, 23-8-06). El castigo colectivo, que le dicen.

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Meron Benvenisti, ex vicealcalde de Jerusalén, analiza en un artículo que publicó el diario Ha'aretz de Tel Aviv (21-9-06) el proceso iniciado contra tres miembros de Hezbollah y la prolongación de la detención de 21 ministros y legisladores de Hamas elegidos en las urnas que un tribunal militar acusa de pertenencia a una organización terrorista. "La base ideológica de estas medidas legales es la definición de los sospechosos como terroristas. Dicho de otra manera, criminales. Quienes los apoyan (en Israel) son calificados de traidores. Israel ha asumido por su cuenta la tarea de definir qué es una violencia legítima, reclama el monopolio del uso de la fuerza y exige que los demás acepten sus definiciones unilaterales. Si no lo hacen, serán acusados de elementos hostiles o de cosas peores. Toda resistencia práctica contra Israel, sea violenta o sea política, es un acto que persigue fines ilegítimos. En consecuencia, la definición de un 'acto terrorista' no se limita a la muerte de inocentes; incluye cualquier uso 'ilegítimo' de la fuerza. Esta definición abarca 'la incitación' y 'la ayuda al enemigo'. Desde esta perspectiva dominante, se podría decir que una persona es sionista o es terrorista." ¡Qué situación!


[1].- Amira Hass (nacida en 1956 en Jerusalén) es una escritora y periodista israelí. Hija de dos sobrevivientes del campo de concentración de Bergen-Belsen, se ha especializado en el tema del conflicto palestino-israelí.