Palestina

 

Gaza, lo peor está aún por llegar

Por Maria Jose Lera
Rebelión, 20/06/07

La situación en la Franja de Gaza va a peor en términos de importación de comida y otras necesidades básicas. Israel ha impuesto una completa clausura en la Franja desde que Hamas tomó el poder. Solamente abastecen de combustible la central eléctrica –si bien ayer Susan no tenía electricidad ni para encender el portátil– , hay un estado de pánico generalizado, la gente intenta aprovisionarse de comida ya que esperan que el castigo colectivo sea largo, y esto ha hecho que los precios suban tanto que la mayoría de la gente no pueda comprar ni las cosas mas necesarias. Comenta Susan que Hamas está intentando que las tiendas abran y que no encarezcan los productos, pero está pasando.

Los incidentes que tuvieron lugar en Gaza la semana pasada son el resultado normal de poner en prisión a un millón y medio de personas, sin contacto con sus compatriotas, y con ningún contacto con el mundo exterior; hambrientos por un boqueo económico que les impide alimentar a sus familias. El conflicto interno es el resultado directo del experimento llevado a cabo por Israel y Estados Unidos. Han demostrado que los seres humanos reaccionan como cualquier otro animal cuando demasiados de ellos son acorralados en un pequeñísimo espacio y en condiciones miserables, se convierten en agresivos e incluso en asesinos.

Israel y Estados Unidos son directamente responsables de lo que pasa en Gaza, y de lo que va a pasar también. Ademas de la pobreza existente y el desempleo, Israel presiona el bloqueo más y más; Gaza es una zona completamente cerrada, nadie puede salir ni entrar, los hospitales comienzan a manifestar la falta de medicinas, los pacientes que necesitan ser tratados en otros hospitales de fuera no les estar permitido salir, los miembros de las familias de Fatah, quienes están intentando llegar a Cisjordania llevan encerrados en Eretz los últimos cinco días.

La última semana no pudimos llegar a nuestros trabajos, era peligroso. A nivel de acciones militares la situación está tranquila pero el estado de pánico generalizado es masivo en Gaza.

Ahmed, 19 de Junio, Gaza

Estas impresiones desde el interior de la Franja nos acercan a la realidad de lo que está pasando. Se confirman estas palabras con las declaraciones de Israel de cercar y aislar, y ahogar más aún Gaza, los tanques también se están aproximando, las presiones de Israel a la ONU y a Estados Unidos para el envío de tropas sigue en pie, y en un proceso acelerado.

La angustia, el pánico y la situación de opresión y aislamiento del millón y medio de personas de Gaza no tiene nada con que compararlo. Después de 60 años de sufrimiento continuado hasta la extenuación y la muerte, parece que estamos llegando al momento final (me pregunto cual sería la reacción internacional si 1,5 millones de judíos se encontraran en estas circunstancias).

Cuando observamos a las “víctimas del terrorismo” occidentales, y las secuelas psicológicas que estos graves acontecimientos dejan en ellos, –conocidas como Síndrome de Estress Post–Traumático–; nos preguntamos si la aniquilación planificada y sistemática de todo un colectivo de personas –que son palestinos y están en Gaza– se podría calificar también de terrorismo. Cómo consolar a tu hijo o tu hija que tiene hambre, y tienes que explicar que el bloqueo internacional de Israel, Estados Unidos y Europa, lo permite y así lo quieren; la causa es haber nacido en el lugar equivocado, y no ser judío ni europeo. Las secuelas psicológicas de un trauma prolongado son infinitas, pero no pueden incluirse en el Estrés Post–Traumático, pues el trauma aún no ha terminado.

Estudiar los efectos del estrés Traumático significa identificar al agresor y ayudar a la victima. Si preguntamos a la humanidad quién agrede de manera repetitiva, intencional y con una diferencia de poder al otro, observamos que los agresores, y sus ayudantes son fáciles de identificar, y la víctima que siempre pierde también (tanques contra piedras).

Aún me quedan cuestiones para explorar porqué nuestros representantes políticos no ven lo que sí observa el resto de la humanidad. Me pregunto cual es la función fundamental del político europeo y de la ONU, si callar las injusticias y mantener la violencia o, por el contrario, denunciar la violencia para que el caso pase a ser conflicto y entonces ser solucionado.

Si Europa y la ONU (en el supuesto que exista aún algo que pueda llamarse así) se callan y vuelven a hacer el juego a Israel–Estados Unidos la situación en Gaza será aún peor y el genocidio lo veremos en unas semanas. Si denuncian habrá conflicto, pero la situación de violencia sería pública y consecuentemente frenada, entonces podríamos tratar ese trauma real que se apodera de toda la población, de Gaza y de Cisjordania, y de muchos seres humanos en Oriente Próximo.

Faltan hombres y mujeres valientes, y medios que los publiquen, Gaza se muere de agonía, y lo peor aún está por llegar.


El «experimento» Palestina

Por Begoña Casasola Peñín
Diario de León / Palestina libre.org, 19/06/07

Gaza es una enorme cárcel. Las llaves las tiene Israel. Es un gran laboratorio humano, donde 1.400.000 personas viven hacinadas, en condiciones precarias de luz, agua, combustible, víveres, medicinas,... toda entrada está rigurosa y metódicamente controlada por Israel. Esta escasez se acompaña de incursiones de observación y de matanzas diarias, con el objetivo de llevar a la población a la indefensión, pues todas las salidas están selladas. La vida es sencillamente inhumana desde que Israel la ocupó militarmente en 1967. «La mitad de los habitantes de Gaza y Cisjordania sufre malnutrición», escribía The Independent el 12 de junio.

Como explica la psicóloga María José Lera, en este laboratorio se llevan a cabo experimentos. Este verano se ha puesto en marcha «el experimento del hambre» sellando todas las entradas y salidas del laboratorio: los gobiernos israelíes han impedido la construcción de un puerto en Gaza, y la marina israelí vigila para que ningún navío se acerque a la costa; han bombardeado y cerrado el aeropuerto internacional construido durante los días de Oslo; han cerrado toda la Franja de Gaza mediante una valla y sólo se mantienen unos cuantos puntos de acceso, controlados por el ejército israelí. Una vez las condiciones se han estabilizado bajo mínimos, se introduce otra variable: «la confusión». Se inicia con el secuestro de 10.000 personas, muchas de ellas diputados y ministros, y por supuesto muchas son niños y niñas; y se va dotando de más armamento y ejércitos a los palestinos, para que se vayan matando entre ellos.

Un millón largo de palestinos, y sobre todo palestinas, sabe por propia experiencia que si les ocupas militarmente, les encierras en 360 kms. cuadrados, les robas o destruyes sus casas, les quitas la energía eléctrica, el agua potable, les bombardeas a menudo, les haces ver que no tienen futuro alguno y por fin bloqueas su economía, lo que incluye negar alimentos a niños, niñas, personas enfermas y ancianas, al tiempo que los divides entre buenos («moderado Abbas») y malos («extremista Haniya») y proporcionas entrenamiento y armas a los primeros, lo menos que puede ocurrir es que se líen a tiros entre unos y otros.

Responsabilizar a las «fuerzas y milicias» palestinas de lo que ocurre y no decir ni una palabra de la responsabilidad de Israel y la comunidad internacional en el desastre es, cuando menos, cínico y, a todas luces, falso. Israel y los gobiernos occidentales son los responsables del genocidio palestino: la ocupación la mantienen durante 40 años, aunque es ilegal. La población ocupada, que ha de ser protegida por la comunidad internacional, es condenada a muerte por falta de medios para alimentarse, curar las enfermedades, trabajar, estudiar y realizar el resto de actividades cotidianas necesarias para vivir.

Hablar sobre la guerra civil en el mundo árabe y la necesidad de que la ONU o la comunidad internacional actúen con el despliegue de una fuerza internacional, como sugería el primer ministro de Israel, es hipócrita. Agustín Velloso se pregunta por qué no la han pedido en los 40 años de ocupación y en sus guerras de agresión contra sus vecinos desde su fundación como Estado. Por qué no se envió una fuerza de interposición al norte de Israel para impedir el avance de sus tanques hacia Líbano. O por qué la ONU no bloquea económicamente a Israel, responsable de miles de muertes en Oriente Medio y de la destrucción de Líbano y Gaza.

En los medios de comunicación se insiste, de forma machacona y reiterada sobre el enfrentamiento armado entre «facciones palestinas», pero no se habla sobre el hecho de que el bloqueo occidental está impidiendo la entrada en Gaza de comida pero no de armas. El psiquiatra palestino Eyad El–Sar Raj advierte que «la investigación psicológica mundial ha demostrado que los conflictos armados prolongados dan lugar a lo que se conoce como intoxicación social crónica, que hace a la gente, niños incluidos, menos sensibles y más despiadados, menos racionales y más impulsivos, menos dialogantes y más violentos».

¿Insensatez?, se pregunta María José Lera. Esta psicóloga explica que son las víctimas de un plan mayor, y si palestinos de Al–Fatah matan a palestinos de Hamas y viceversa no es por insensatez, probablemente la razón sea la desesperación y la miseria, y el poder cobrar un sueldo a fin de mes, para alimentar a sus extensas familias. Si a esta situación de desesperación se une la gran cantidad de armas, la cárcel de Gaza, los ataques israelíes, y etcétera, qué se espera que ocurra. Cuando recibe descargas eléctricas, sin poder controlarlas, el sujeto experimental pasa a la depresión total y la falta hasta de movimiento, si en esos momentos en la «jaula» hay más «ratones», los conflictos entre ellos también se multiplican. Esto es lo que está pasando, y si se matan entre ellos, menos tiene que hacer el «experimentador».

Desde una perspectiva psicológica, analiza esta experta, el estrés al que la población de Gaza está siendo sometida es insoportable para el ser humano, esto explica la aparición de comportamientos violentos antes de llegar a la depresión absoluta y la muerte. Estos comportamientos son los habituales en un entorno opresivo, de carencia de recursos, y desalentador. Las injusticias cometidas contra el pueblo palestino son tantas, que mantener la cordura es casi imposible. Sólo un dato: 10.000 secuestrados tiene Israel y nadie hace nada por ellos, nadie habla ni salen en la prensa. Cualquier periodista, turista o persona de una oenegé que sea secuestrada en esta zona está inmediatamente en los medios de comunicación, pero sus ministros pueden ser secuestrados y no pasa nada.

¿Qué tratan de decir a los palestinos los gobiernos de Israel y USA con el apoyo o el silencio cómplice de las potencias occidentales? El mensaje es claro: si no os rendís vais a llegar al límite de la hambruna, del enfrentamiento alentado y propiciado y de la desesperación, e incluso vais a rebasarlo. Debéis destituir el Gobierno de Hamas y elegir a candidatos dóciles que cuenten con la aprobación de Israel y USA. Y, más importante aún: debéis daros por satisfechos con un Estado palestino consistente en varios enclaves separados y cada uno de ellos absolutamente dependiente del control y regulación de Israel, como en el apartheid sudafricano. Porque el objetivo es reducir lo que queda de Palestina y de los palestinos a cenizas, olvido y muerte. Y se hará. De una u otra forma, se hará. Porque el tiempo corre a favor del más fuerte y violento.

¿Qué podemos hacer desde fuera de Palestina? Probablemente mucho más que desde dentro. Abrir debates, invitar a palestinos y palestinas, y sobre todo que no nos desvíen del objetivo, la denuncia de la ocupación y del holocausto palestino.