Venezuela

 

La nueva agenda para América Latina

Chávez en el centro de la "preocupación" de EEUU

IAR-Noticias, 03/02/05

Lo que más puso "nervioso" a Washington fue la gran compra de armamento ruso que anunció Chávez tras su visita a Moscú: 100.000 fusiles AK 47 y 40 helicópteros Mi-35, que sería seguida por la adquisición de una flota de 50 cazabombarderos MIG-29SMT Fulcrum. Blandiendo el argumento de la "carrera armamentista" de Chávez, y aprovechando la llegada de la halcona negra, Condoleezza Rice, a la conducción de la política exterior estadounidense, los funcionarios "gusanos" del departamento de Estado, con Noriega y Otto Reich a la cabeza, realimentaron los viejos sueños de invasión a Cuba y derrocamiento del gobierno bolivariano en Venezuela.

Aunque la agenda exterior del segundo período de Bush en la Casa Blanca se orienta casi exclusivamente hacia Irak y Medio Oriente, las crecientes tensiones y conflictos en diversos países de América latina comienzan a concitar la atención de los halcones de Washington.

De todos estos focos de conflicto los funcionarios del Departamento de Estado priorizan la situación de Venezuela, donde la actitud "desafiante" de Hugo Chávez lo sigue situando como el principal punto de preocupación para Washington en la región.

"Los principales ideólogos del Departamento de Estado sólo tienen ojos para los tres países que pueden representar una amenaza a la seguridad de Estados Unidos: Venezuela, por el abastecimiento de petróleo, y Cuba y Haití, por el flujo migratorio", indicó Julia Sweig, especialista en América latina del Council on Foreign Relations, de Nueva York.

Sin embargo, y en una clara muestra de cual es el punto central para Washington, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, reiteró el martes que Estados Unidos está "preocupado" por el presidente venezolano, Hugo Chávez, particularmente en lo que concierne a la situación de la oposición política en su país.

"Nosotros hicimos llegar nuestras preocupaciones al presidente Chávez", respondió McClellan a una pregunta sobre los recientes ataques verbales del mandatario venezolano contra Estados Unidos.

"Expresamos claramente nuestra opinión sobre la manera en que trató a la oposición y a los medios de su país. Y continuaremos haciéndolo", señaló el vocero.

Los laderos cubanos-americanos de la nueva secretaria de Estado, Condoleezza Rice, parecen prestar especial atención a algunas "señales" del patio trasero, como el enfrentamiento entre el presidente Lucio Gutiérrez y la Corte Suprema de Ecuador, en diciembre, seguida por el alzamiento nacionalista armado del mayor Antauro Humala en Perú.

Pero el foco de atención principal se sitúa en la disputa entre Colombia y Venezuela por la captura del líder guerrillero Rodrigo Granda y en la explosiva situación de Bolivia donde los conflictos y alzamientos sociales forman parte del paisaje diario.

Sin embargo, lo que más puso "nervioso" a Washington fue la gran compra de armamento ruso que anunció Chávez tras su visita a Moscú: 100.000 fusiles AK 47 y 40 helicópteros Mi-35, que sería seguida por la adquisición de una flota de 50 cazabombarderos MIG-29SMT Fulcrum.

Blandiendo el argumento de la "carrera armamentista" de Chávez, y aprovechando la llegada de la halcona negra, Condoleezza Rice a las riendas de la política exterior norteamericana, los funcionarios "gusanos" del departamento de Estado, con Noriega y Otto Reich a la cabeza, realimentaron los viejos sueños de invasión a Cuba y derrocamiento del gobierno bolivariano en Venezuela.

"Tememos que estas armas se conviertan en la maldición de América latina por los próximos 40 años", señaló a AFP Roger Pardo, subsecretario adjunto para Asuntos Hemisféricos del Pentágono, quien destacó que la región todavía está pagando "el precio en sangre" por las armas traídas a América Central durante la década del 80. "Es un problema para todo el vecindario", señaló el funcionario.

Para el Consejo de Seguridad Nacional y para el Departamento de Estado, Venezuela, el principal exportador de petróleo a EEUU, después de un relativo proceso de "normalidad" tras el triunfo de Chávez en el referendo, se ha vuelto a convertir en una "brasa ardiendo" para la administración Bush.

Tanto en el Pentágono como en la Casa Blanca desconfían del uso que el gobierno de Chávez pueda hacer de esas armas, en un momento de particular "recalentamiento" de la frontera Venezuela-Colombia y del accionar de las FARC a quien sindican como "aliada" del régimen bolivariano de Caracas.

Más concretamente, y según lo que filtran off the record algunos funcionarios, Washington teme que parte de esas armas sean utilizadas como un peligroso factor disuasivo contra la fuerzas armadas colombianas, los paramilitares y el gobierno de Uribe.

Sumando evidencia a este cuadro de "preocupación" con Venezuela, La nueva secretaria de Estado, Condoleezza Rice, advirtió en el Senado, durante las audiencias de confirmación en el cargo, sobre las "malas influencias" de Hugo Chávez en la región.

"Es extremadamente desafortunado que el gobierno de Chávez no haya sido constructivo –señaló la halcona negra–. Debemos estar vigilantes y demostrar que estamos al tanto de las dificultades que ese gobierno está causando en sus vecinos y su estrecha asociación con Fidel Castro en Cuba."

Como señal clara de "endurecimiento" con Chávez Washington cerró inmediatamente filas con el el presidente Alvaro Uribe durante el conflicto por la captura del líder guerrillero Rodrigo Granda en territorio venezolano, que los bolivarianos atribuyen a una operación de la CIA orientada a perjudicar al presidente venezolano.

"Por primera vez Estados Unidos ni siquiera intentó "mediar" en el conflicto, se alineó inmediatamente con Colombia, que es su principal aliado en la región", señaló Peter Hakim, presidente de Interamerican Dialogue, el principal centro de análisis sobre América latina en Washington.

"Ciertamente existe la posibilidad de un choque entre Venezuela y Estados Unidos", añadió, y recordó que el republicano Richard Lugar, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, recomendó semanas atrás diseñar un plan alternativo para no depender del crudo venezolano.

Para la especialista en América latina del Council on Foreign Relations Julia Sweig, si bien el aumento de gobiernos de izquierda en la región sigue llamando la atención en el Departamento de Estado–sobre todo si el año próximo también México se suma a la tendencia con Andrés Manuel López Obrador–, en ninguno de los casos se buscó "demonizar" a los mandatarios por su ideología política como se hace con Chávez.

"Está bien claro que ni (Ricardo) Lagos en Chile, ni Lula (da Silva) en Brasil, ni (Tabaré) Vázquez, y ni siquiera el nacionalismo de (Néstor) Kirchner en la Argentina impiden trabajar en conjunto con EEUU", señaló la experta.

Hay coincidencia entre los observadores en afirmar que la gestión de la nueva secretaria de Estado, Condoleezza Rice, quien se apoya principalmente en los consejos de Roger Noriega y Otto Reich, viene a imprimir una dureza inusual en el trato con los gobiernos de Cuba y Venezuela.

Otto Reich (junto al actual subsecretario Roger Noriega) es uno de los más activos impulsores de la invasión militar a Cuba y de las políticas de desestabilización contra el gobierno de Chávez en Venezuela, y fue un activo impulsor del golpe de Estado del 2 de abril del 2001.

En mayo de este año Otto Reich renunció a su cargo de embajador especial de Estados Unidos para América Latina, que según parece fue motivada por desavenencias con la Casa Blanca en cuanto a la política seguida con Cuba y Venezuela.

Aunque el funcionario dijo que renunciaba para dedicarse "al sector privado como consecuencia de situaciones personales de tipo financiera", los trascendidos indicaban que su decisión fue motivada por la "blandura" de las posiciones del Departamento de Estado, conducido entonces, por Powell con respecto a Chávez y a Fidel.

La llegada de la halcona negra a las riendas de la política exterior estadounidenses fue señalada por algunos como un de los de los "moderados" (conducidos por Powell) a manos los "duros" quienes privilegian las acciones militares para resolver los problemas más candentes de la región, entre ellos Cuba Y Venezuela.

Otto Reich, integrante del círculo áulico de los halcones de la Casa Blanca es uno de los personajes con mayor influencia entre los círculos anticastristas de Miami (donde se exilió luego de huir de Cuba junto a sus padres en 1960) es uno de los que más celebró la llegada de Condoleezza Rice al Departamento de Estado.

Muchos creen en Washington la nueva secretaria de Estado, en materia de política latinoamericana, solo escucha al grupo de funcionarios gusanos encabezados por Noriega y Otto Reich, lo que explicaría porque Venezuela y Hugo Chávez, así como Cuba, figuran como el "principal" problema a resolver por Washington en la región.

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