Jul - 6 - 2017

Cuando el «vale todo» es lo que manda

El FIT perdió en los 7 distritos donde impugnó el nombre de la Izquierda al Frente por el Socialismo, su base no tenía argumentos para defender la chanchada que su dirección llevó adelante en Tribunales y se escondió en cada facultad en la que nuestra militancia le intentó dar la discusión. Intentaron defender (por las redes) su postura con argumentos que embarraban más a sus propias fuerzas de lo que las defendían[1].

Luego de la paliza en la justicia burguesa no sacaron conclusiones políticas sobre cómo desarman a su militancia y la maleducan respecto a las instituciones que se supone que deberían estar enfrentando, tampoco evaluaron correctamente el éxito que podían tener en la justicia llevando adelante estos planteos. No conformes con ello en el día de la fecha repitieron la misma actitud.

En el día del cierre de este número se realizó la audiencia frente a la Jueza Federal, con Competencia Electoral la Dra. Servini y al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Capital, el Dr. Lozano, cuyo temario tenía un único punto: presentar las boletas de todas las listas oficializadas y realizar las impugnaciones pertinentes.

El FIT, incansable en su ridícula pretensión de proclamarse “el único frente de la izquierda argentina” dio la nota en la audiencia disertando largamente, y para el aburrimiento de todos los presentes, sobre por qué nuestra boleta debía ser impugnada. Reiteraron todos los argumentos que utilizaron para impugnar el nombre de la Izquierda al Frente por el Socialismo y agregaron argumentos ridículos, como que los nombres de los frentes tenían una tipografía similar siendo que en su modelo de boleta el nombre está sobre una caja negra y el nuestro está en blanco, sobre rojo y en tipografías claramente distinguibles. Esgrimieron argumentos desesperados, como que en nuestro nombre poníamos muy grande “izquierda al frente” y muy pequeño “por el socialismo”, cuando en realidad los tamaños de las fuentes eran mucho más similares que los que ellos utilizan para “Frente de izquierda” “y de los trabajadores”. Esgrimieron argumentos desopilantes como que nuestra fuerza no les había informado a ellos (¡!) el logo que planeábamos usar, mientras que el mismo fue presentado en su momento en la instancia correspondiente. Vale aclarar que los logos son absolutamente diferentes. Esgrimieron argumentos inoportunos, como querernos impugnar el color rojo cuando la audiencia de colores ya había sucedido y siendo que ya teníamos asignado nuestro tono de rojo que, además, es considerablemente más oscuro que el rojo que tienen asignado ellos. No les bastó con querer monopolizar las palabras “izquierda” y “frente”, ahora también quieren monopolizar el color rojo. Pero ojo, si la UCR lo usa está todo bien.

Por más esfuerzos que haga no es posible recordar a Lenin yendo a llorar a los pies de la Justicia Zarista bajo ninguna circunstancia; pero desgraciadamente y en total contraposición se ha hecho una costumbre del frente encabezado por el PTS ir a llorar quejumbrosamente a los pies de la Justicia Federal.

Lamentablemente el FIT tomó la costumbre de recurrir a la Justicia burguesa en lugar de agotar las instancias de debate político de cara a los trabajadores. La impugnación en esta oportunidad, se refirió al color y diseño de la boleta; anteriormente impugno el nombre del frente que realizamos con los compañeros del MST; y anteriormente no dudo en usar la Justicia burguesa contra “Izquierda Popular” que resulta ser una organización del campo de la Izquierda.

Cuando terminamos la defensa de nuestra postura le tocó la hora a la boleta del FIT y nuestra fuerza, correctamente, se negó a hacer ningún tipo de impugnación, ni siquiera en los puntos sobre los que ellos mismos habían llamado la atención, como el tamaño desparejo de “frente de izquierda” “y de los trabajadores”. La cuestión con los principios es que, no hay que tratar romperlos.

El tedio al que fuimos sometidos los apoderados de todos los partidos frente a este infantil pataleo de una fuerza sin argumentos fue agotador, al punto que apoderados de varias listas se acercaron a hacernos comentarios sobre lo ridículo de los argumentos del FIT y a extendernos su solidaridad frente a nuestro planteo de que la impugnación debía ser desestimada. Y es que daban vergüenza, pero ese no es el problema más serio.

Lo único que había detrás de todos estos variopintos e igualmente estériles argumentos era una idea clara: los trabajadores son idiotas, no saben a quién votar y van a confundirse porque las boletas tienen dos palabras en común. Las corrientes que integran el FIT tienen la lamentable costumbre que cuando la realidad no les gusta, se inventan otra. Según su particular visión, en La Rioja sacaron menos votos que nosotros, no porque no tengan ningún trabajo orgánico real, lo que pasó es que el pobre electorado iletrado no pudo distinguir entre las boletas. Indignante; de esa postura a defender el voto calificado hay un salto, pero no un salto tan grande.

Una corriente revolucionaria que se precie de tal tiene que dar la batalla continuamente por elevar la conciencia de los trabajadores, sin escatimar en las discusiones políticas, dándolas todas, en profundidad y seriamente. Pero jamás debe confundirse esta incansable preocupación con que los trabajadores son idiotas y se los debe acarrear como a brutos animales. No se trata de “poner” el poder en las manos de los trabajadores, se trata de que ellos lo tomen porque están convencidos de que es la única forma de romper sus cadenas. El arte de la política revolucionaria es elevar la conciencia de nuestra clase para que comprenda que sólo tomando el poder seremos los verdaderos artífices de nuestro futuro y nuestras vidas.

[1] Ver “La apelación del FIT ante la justicia patronal: una acción reñida con los principios” en https://www.mas.org.ar/?p=13054

Por Violeta Roble, SoB n° 432, 6/7/17

Categoría: América Latina, Argentina, Debates Etiquetas: , , ,