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Oct - 10 - 2017

Por Carla Tog, Socialismo o Barbarie Estado español

Barcelona, 9 de octubre de 2017, 14 horas

Algunas líneas rápidas desde Barcelona.

Mañana martes 10 de octubre es el día D, el “día DUI” (declaración unilateral de la independencia) en Catalunya: ¡Carles Puigdemont debería hacer honor a su compromiso y anunciar la independencia!

De momento no se sabe exactamente la hora, pero Puigdemont haría uso de la palabra frente al Parlament a las 18 horas. Asimismo se ha convocado desde las seis de la mañana a concentrarse en defensa de la independencia.

Muchísimas son las conjeturas a estar horas. Las presiones, tremendas: las empresas que trasladan su sede matriz; las amenazas de Rajoy desde Madrid; la movilización de la derecha del PP y el PSOE en Barcelona (con contingentes muchos de ellos traídos de afuera de Catalunya); el rol vergonzoso de Podemos metiendo miedo contra la independencia…  

Sumado a esto, claro está, la propia indecisión de los dirigentes de PDdeCAT y demás agrupaciones del gobierno de la Generalitat de dar el salto y poner patas para arriba el status quo en el Estado español; una decisión que podría desatar consecuencias que ellos no podrían controlar.

“DUI” es la palabra del día; ya sea para un lado o para el otro. La derecha amenaza: “ustedes dicen DUI e intervenimos”; es el alineamiento entre el Gobierno, PSOE y compañía. Luego la izquierda pusilánime, como Podemos, opina que “el DUI es lo peor que le puede pasar a los catalanes” y al país porque “se vienen los tanques y con ellos la invasión fascista”…

A Puigdemont no le queda mucho margen; algo tiene que decir… pero vamos a ver hasta dónde llega lo simbólico y las maniobras. Vamos a ver qué tipo de declaración va a hacer; si va implicar una marcha atrás o no. Tampoco puede quedar como un fraude; si va a capitular posiblemente trate de disimular un poco las cosas.

Es factible que retroceda; pero hay que ver cómo va a responder la gente que está convocada, incluyendo el movimiento estudiantil que mañana se moviliza de manera masiva nuevamente. La CUP todavía no se ha movido como se esperaba; se verá mañana. El poder de convocatoria masivo está en la ANC y Ómnium, la burguesía catalana.

Si realmente se fuera a fondo con la promesa que se hizo la DUI sería un acto sumamente sencillo; es que Puigdemont diga: “¡buenas tardes!, ¿qué tal?: a partir de ahora el pueblo catalán es una República independiente del Reino monárquico español”. Pero se trata de un paso que Puigdemont, como dirigente burgués que es, muy posiblemente no se anime a dar.

Muchos a estas horas lo quieren comparar con Lluis Companys, el presidente catalán que declaró una efímera independencia en 1934, en el periodo previo a la guerra civil, y que fue asesinado en 1940 por Franco.

Pero los tiempos que corren son otros; si Companys mismo no fue consecuente 70 años atrás, en semejante situación política revolucionaria, habrá que ver hasta dónde puede llegar Puigdemont, que si declara la independencia abriría una situación progresiva que podría polarizarse de manera inmediata dando lugar a la intervención de Madrid, la suspensión de la autonomía Catalana, la intervención eventualmente militar; todo lo cual debería dar lugar a la formación de comités de defensa populares de la soberanía de Catalunya.

Hay que ver, si no declaran la independencia, cómo lo van a disfrazar y ver cómo pueda caer eso en la gente; ver cómo va a responder. Ojalá la manifestación inicie temprano y permanezca en vigilia hasta que sea lo que sea: enfrentar la represión o celebrar la independencia.

La situación podría radicalizarse realmente y para eso la clave es la organización por abajo para rechazar las medidas represivas de Rajoy y el rey Felipe.

Por Carla Tog, Socialismo o Barbarie Estado español. Barcelona, 9 de octubre de 2017, 14 horas

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