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Sep - 13 - 2018

El pasado 6 de Septiembre se produjo una victoria inmensa para la comunidad LGTTBI  de  la India y para los derechos humanos en general: la Suprema Corte de justicia de ese país derogó en un fallo histórico la reaccionaria sección 377 del código penal, determinando que las relaciones sexuales consensuadas entre personas adultas del mismo sexo ya no van a ser perseguidas ni vistas como “anti naturales” a los ojos del Estado y sus instituciones. Este hecho histórico fue comparado por algunos con un hito del calibre del 15 de Agosto de 1947, cuando se había logrado la independencia de la India, por sus consecuencias en materia de las libertades individuales[1]. Así, a partir del dictamen unánime de los cinco jueces de la cámara, y con un veredicto que consta de 493 páginas, la homosexualidad goza ahora de reconocimiento y aprobación legales. Ésto  representa un avance inmenso en el camino hacia la tolerancia y la adquisición de derechos por parte de las disidencias sexuales de ese país, y cuyo movimiento organizado ya se está planteando la pregunta sobre cómo seguir de cara a la conquista de otras reivindicaciones como por ejemplo el matrimonio igualitario. De esta manera en 2018, y a 158 años de sancionada la ley 377, la India acaba de entrar a la lista de los 125 países del mundo donde la homosexualidad no está penada (siendo 71 las naciones cuya jurisprudencia parece medieval).

En la India, los linchamientos son moneda corriente, no solamente a lesbianas, gays y trans, sino también contra castas o etnias diferentes; ante lo cual, el gobierno reaccionario y neoliberal de N. Modi decide hacer la vista gorda. El nivel de salvajismo de estos crímenes de odio es lo que llevó a una institución mundialmente patriarcal y reaccionaria, como lo es la CSJ, a tomar esta histórica decisión, a pesar de algunas opiniones públicas desfavorables[2]. En este sentido el juez Chandrachud afirmó la necesidad de acabar con la cultura homofóbica que era sistemáticamente reproducida por la 377, que imposibilitaba a las personas homosexuales de acceder a la justicia,  haciéndolos víctimas de la más terrible discriminación en todos los ámbitos de la sociedad. Asimismo es necesario entender que el proceso de construcción de una nueva cultura basada en la tolerancia y respeto por las disidencias recién comienza, ya que los prejuicios y el homo-lesbo-trans-odio se encuentran profundamente arraigados en la sociedad india, y una sola sentencia judicial no va a barrer con casi dos siglos de hegemonía de la 377.

Un poco de historia.

La ley 377 fue sancionada en 1861 durante el gobierno británico sobre la colonia india, y se basó en la Buggery Act o Ley de Sodomía proclamada en 1533 durante el célebre reinado de Enrique VIII (el mismo que pasó a degüello a varias de sus seis esposas). Fue la primera ley en contra de la homosexualidad del Reino Unido, penalizando aquellos actos sexuales calificados como  “antinaturales contra la voluntad de Dios y el hombre”, lo que cristalizó en la criminalización de la sodomía y la zoofilia. La Buggery law fue una ley muy influyente en el mundo, ya que el Reino Unido la llevó a sus colonias junto con el resto del derecho anglosajón durante la consolidación de la moralidad victoriana y de su aparato de coerción social, médica y legal, siendo el medio por el cual se introdujo gran parte de la legislación sexual todavía vigente en muchos países de América, África, Asia y Oceanía[3].

Con el comienzo del nuevo milenio floreció el movimiento para la derogación de la sección 377, liderado por el grupo activista Naz Foundation India Trust[4], que inició un litigio de interés público en la Corte Suprema de Delhi en 2001, en busca de la legalización de los relaciones homosexuales. Se abrió así un proceso largo donde comenzaron a sumarse nuevas organizaciones y sectores por la derogación de la ley, tales como la coalición de activistas LGTTBI, de derechos humanos y de las mujeres llamada Voices Against 377, además de otras asociaciones como la Human Rights Watch o la People’s Union for Civil LibertiesLa sentencia de la Corte Suprema de Delhi del 2 de julio de 2009, que consideraba a la 377 como anticonstitucional, fue un importante precedente; aunque el Tribunal Supremo de la India anuló este fallo judicial el 11 de diciembre de 2013. En 2014 se dio otro avance, cuando la Suprema Corte le ordenó al gobierno que declarara a las personas trans como pertenecientes a un tercer género, y entraran así en la categoría de OBC (Other Background Clases/ otras clases subalternas), lo que les permite gozar de la denominada “discriminación positiva”, que contempla cupos para entrar en las universidades y empleos estatales, políticas públicas inicialmente orientadas a los Dalits o castas oprimidas. Por otro lado, también contamos con la declaración de la Asociación Psiquiátrica India (I.P.S. en su sigla en inglés) del 2017, donde insistían en que la homosexualidad no representa un desorden psiquiátrico – en consonancia con la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Psiquiátrica Americana. Parece absurdo que esta declaración tenga que ser digna de mención en el siglo XXI, pero En dicha organización elevó a la Corte Suprema India un pedido formal de descriminalización del colectivo LGTTBI, alegando que la homosexualidad no debería ser considerada una enfermedad y mucho menos un crimen, por lo que ha sido una herramienta muy importante para el fallo que nos toca celebrar.

Todas estas batallas desembocan en la resolución del pasado jueves donde la homosexualidad ha sido finalmente despenalizada a lo largo y ancho del país, abonando el camino hacia la conquista de mayores derechos para las mujeres, las disidencias sexuales y las castas y etnias oprimidas.

Perspectivas y contradicciones.

Pero no todo es un lecho de rosas, y las buenas nuevas no terminan de opacar el hecho de que fue la Corte Suprema con sus cinco jueces no electos la que derogó la 377. Resulta contradictorio que la India, con sus 1240 millones de habitantes, lo que la convierte en la república democrática más grande del mundo, posea una idiosincrasia general tan reaccionaria y antidemocrática: pocos países enfrentan tantas desigualdades estructurales como la India, con su inequidad económica, pero también sus  disparidades de casta, clase y género. La estratificación de casta, por ejemplo, refuerza fuertemente la desigualdad de clase; mientras que la de género, especialmente en el norte y oeste del país, subyuga a las mujeres y disidencias de manera brutal. Todos estos elementos crean un sistema social altamente opresivo. Sin mencionar que todas estas tensiones, en el seno de las comunidades, son explotadas por los diversos líderes y facciones religiosas, para crear un caos de guerra de pobres contra pobres, que solo sirve para perpetuar a los sectores dominantes en el poder.

Este es el caso justamente del partido que está en el poder este momento, el Bharatiya Janata Party  (Partido Popular Indio), conocido también como Partido Azafrán en alusión al color sagrado de los hindúes. Esta organización política fue adquiriendo poder a partir de capitalizar la debacle del partido del Congreso (liderado por la familia Nehru/ Gandhi), pero por sobre todo azuzando las tensiones  entre los hindúes y los musulmanes, y provocando disturbios y hechos de violencia que intensifican un sentimiento de chauvinismo hindú que nada tiene para ofrecer como alternativa para las grandes masas de explotados y oprimidos del país[5]. El hecho de que el BJP y su primer ministro N. Modi sean extremadamente reaccionarios en lo que refiere a los asuntos de la sociedad que rigen, fue lo que causó sorpresa cuando se negaron a interferir en la sentencia de la Corte Suprema respecto de la derogación de la 377. De ahí que para muchos en la India, ésta sea una luz de esperanza en la convicción de que los pasos hacia una verdadera democracia son posibles.

Respecto a esto último, unas palabras de advertencia: en un gigante dormido como lo es la India, con sus grandes masas trabajadoras y sus inmensos contingentes de explotados por un sistema capitalista y patriarcal, también marcado por el horror de múltiples conflictos étnicos, raciales y religiosos, amargas guerras civiles, la salida tiene que darse en el marco de un despertar de los explotados y oprimidos en general contra todas las cadenas que los aplastan. El camino a seguir debe ser el de la organización popular desde las bases, tal como lo vienen haciendo  las mujeres que se plantan cada vez que hay hechos de violencia atroces, como el caso de la violación colectiva a una joven estudiante en Nueva Delhi en 2012, organizando una marcha multitudinaria  responsabilizando al Estado; o incluso la  masiva huelga general contra las medidas antipopulares de Modi en 2016[6].

Para romper con la opresión que sufre el pueblo indio trabajador, las mujeres, las disidencias sexuales, las castas dalits y las minorías étnicas y religiosas hace falta una salida por abajo que supere las trabas de todos los partidos del establishment indio, que a 71 años de la independencia de los colonizadores británicos, aún siguen oprimiendo al pueblo con  los mismos mecanismos de la época victoriana ¡Que la derogación de la 377 sirva como grito de guerra para terminar con toda la  barbarie que sufre el pueblo indio!

[1]              timesofindia.indiatimes.com/home/sunday-times/all-that-matters/consent-won-a-battle-this-week-the-war-remains/articleshow/65735830.cms

[2]              https://www.thehindu.com/opinion/op-ed/a-greater-transformation/article24910086.ece

[3]              Rubin, Gayle. “Reflexionando sobre el sexo: notas para una teoría radical de la sexualidad.” Placer y peligro. Explorando la sexualidad femenina (1989): 113-190.

[4]              Es una organización de beneficencia y que ha estado trabajando sobre el VIH/sida y con temas relacionados a la salud sexual desde el año 1994. Anjali Gopalan es la fundadora de la organización y se dedica a luchar contra la epidemia del VIH/sida además de apoyar la legalización de la homosexualidad en la India.

[5]              Para más información sobre la conformación del BJP ver India: una aproximación a su realidad, de Chris Harman, en http://socialismo-o-barbarie.org/revista_19/051215_09_india_a.htm

[6]              Para más información sobre la huelga genral ver la nota del periódico Socialismo o Barbarie N°396: http://www.socialismo-o-barbarie.org/?p=8579

Por Delfi Castellú, 11/9/18

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