Sep - 27 - 2018

Trump: nuevo bombazo en las Naciones Unidas

Trump ratificó el rechazo a la globalización, reafirmó el “America First” (EEUU primero), redobló el conflicto (todavía) “comercial” contra China, y anunció un masivo incremento de gastos de guerra para que “nuestros militares sean más poderosos que nunca antes…”

Por Claudio Testa

La arenga imperialista de Donald Trump en la ONU ha tenido una importante difusión, entre varios motivos porque, desde el gobierno de la principal potencia, se extiende una especie de “certificado de defunción” a la tan mentada “globalización”. Los “versos” de la “globalización”, de no “aislarse” del mundo”, han justificado los saqueos más escandalosos en países como el nuestro y con gobiernos como el de Macri. Ahora, desde EEUU, su presidente plantea que hay que elegir entre la “globalización” o el “patriotismo”… claro que eso es un privilegio de Yanquilandia…

Aquí hacemos algunas observaciones algo desordenadas sobre algunos puntos del “trumpism”…

El Gran Provocador

El discurso de Trump en la Asamblea General de la ONU no podría haber sido más provocativo. Proclama la primacía de EEUU (y por consiguiente de su persona). Por eso exige de hecho el sometimiento obligatorio y automático del resto del planeta. A los gobiernos y países que por diversos motivos lo desobedezcan –desde Venezuela a China– los amenaza con intervenciones militares y/o guerras “comerciales”… o las dos cosas juntas…

Todo eso lo hace bajo la consigna de “America First” (EEUU primero). Por supuesto, no aclara a sus auditorios que esa consigna de “America First” no es invento suyo. Fue el lema en EEUU de los movimientos nazi-fascistas inspirados por Hitler y Mussolini antes de la Segunda Guerra Mundial de 1939/45.

Hoy Trump resucita esa consigna no sólo para esgrimirla contra la competencia en un mundo muy globalizado donde EEUU, sin barreras proteccionistas, tiene sus dificultades. “America First” ha sido y es, al mismo tiempo, una consigna de unidad racista para ganar para la extrema derecha a los sectores más atrasados políticamente de los llamados WASP’s (blancos, anglosajones, protestantes).

Hacer que esos sectores, aunque muchos de ellos sean trabajadores, se enfrenten, dentro y fuera de los EEUU, a los malditos negros, latinoamericanos, chinos y otras razas malvadas, ha sido una clave histórica del dominio de la burguesía estadounidense. Así, además, de rebote, mantiene la alternativa de “conservatives versus liberals”, que la perpetúa en el poder… Así, el día de mañana, cuando se incinere Trump, volvería a gobernar otro angelical Obama… y todo seguiría igual…

De todos modos, no subestimemos a Trump. Es un maestro como “profeta del odio”, y su blanco principal, desde el principio, han sido los chinos, seguido de los mexicanos…

La “globalización” en cuestión

Pero, volviendo al presente, el impacto internacional del discurso de Trump es que plantea un cierto rechazo de la globalización… Es decir de la actual configuración de la economía mundial (y, por reflejo, en cierta medida, de las relaciones entre Estados). Y contrapone la “globalización” al “patriotismo.

Así dijo Trump: “Nosotros rechazamos la ideología de la globalización (o “globalismo”) y abrazamos la doctrina del patriotismo”.[1] Y añadió: “Las naciones responsables deben defenderse contra las amenazas a su soberanía.”

¡¡Y esto lo plantea el presidente de la potencia imperialista dominante desde la Segunda Guerra Mundial!! ¡¡La potencia que se ha cansado de amenazar y violar soberanías en todos los continentes!!

Pero, para Trump habría hoy sólo un único o principal “violador mundial de soberanías”. Por supuesto, se trata de China, porque le compite exitosamente a Estados Unidos en el mercado mundial… ¡¡un crimen imperdonable!!!

Pero, más allá de la intencionada vaguedad de sus términos, el rechazo de la “globalización” por EEUU que expresa Trump y su reemplazo por el “patriotismo” significa algo muy concreto, que podría resumirse así:

“Contra todas las normas de la globalización neoliberal (que nosotros mismos dictamos en el ‘consenso de Washington’ de 1989) le declaramos la ‘guerra comercial’ a cualquiera que nos haga competencia con éxito (como China). Y, también, el reemplazo de la globalización por el patriotismo, consiste en dejar de reconocer a una serie de organismos internacionales y, también, de financiarlos.”

“¡Y tengan mucho cuidado porque, al mismo tiempo, estamos reorganizando y rearmando nuestras fuerzas armadas para destruir a cualquiera que nos enfrente y nos gane la guerra comercial!”

La parte de amenazas bélicas del discurso de Trump, fue más breve y menos citada que el “alejamiento” de la “globalización” y su reemplazo por el “patriotismo”, pero no es menos importante.

Fue una forma también “neblinosa” de decirle a China: “estamos en guerra comercial… pero si ustedes no retroceden, vamos a la guerra de verdad”.

No hay retroceso chino a la vista

El problema es que no hay retroceso chino a la vista. Estados Unidos viene disparando cañonazo tras cañonazo de nuevas medidas, pero China sólo contesta con otras. Para despejar dudas, Pekín acaba de dar a conocer un “libro blanco” denunciando duramente a EEUU y su gobierno, y ratificando su postura de no ceder.

Pero no se trata sólo de ratificar “por arriba” esa posición. Simultáneamente Pekín ha venido operando al interior del país e internacionalmente para hacer frente a EEUU. Los resultados de estas medidas aún son difíciles de evaluar categóricamente.

Los especialistas serios en el tema, están divididos en cuanto a un balance preciso. Pero lo que es indudable es que China de ninguna manera ha retrocedido ni menos se ha derrumbado.

En su momento, Trump hizo alarde de que “las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar». Pero la realidad está demostrando otra cosa… por lo menos en cuanto a esta guerra comercial EEUU-China. El triunfo aún no aparece a la vista para ninguno de los dos.

Es por eso que muchos analistas y, también, personajes involucrados en el tema, entre ellos el famoso empresario chino Jack Ma (de Alibabá), comienzan a coincidir en que la cosa puede ir para largo. Consideran la perspectiva de décadas de guerra comercial, que no sólo involucrarían a China y EEUU, sino a muchos otros países y regiones.

Por eso, algunos analistas ya hablan de la nueva “Guerra de los 30 años”, aludiendo al conflicto que devastó Europa desde 1618 y 1648. Un nombre seguramente exagerado en duración, pero que no es equivocado en cuanto a la importancia de lo que está en juego, que en última instancia es la hegemonía mundial… como fue en el siglo XVII la hegemonía en Europa.

Al principio de esta guerra de tarifas, China trastabilló económicamente, con corridas en la Bolsa, devaluación del yuan, etc. Al mismo tiempo, en contraste, EEUU pasa por un período de prosperidad…

Pero ese momento de flaqueza de parte de China parece haberse superado rápidamente. Entre otros factores, medidas de estímulo al consumo interno habrían dinamizado en los últimos tiempos la economía.

Sin embargo, la respuesta principal, estratégica, de China, se desarrolla al parecer en el exterior. Consiste en pisar el acelerador de distintos emprendimientos de expansión mundial en África subsahariana, el Este y Centro de Europa, Rusia y diversos países del Asia-Pacífico.

Estos emprendimientos principalmente de puertos, ferrocarriles y otras infraestructuras –la mayor parte en el marco del “Nuevo Camino y Ruta de la Seda– están en diferentes etapas de desarrollo.

La estrategia de Pekín sería volcarse a ellos, no sólo por su trascendencia económica. Cada uno implica de hecho un reforzamiento de las relaciones políticas y económicas internacionales con otros países y potencias, ante el conflicto desatado por Estado Unidos… que puede tener derivaciones muy graves y una duración impredecible…

En resumen, la guerra de tarifas, si continúa y se profundiza, será otro factor que seguramente contribuirá a la inestabilidad general… La clave para que esto tenga salidas progresivas –no sólo para las masas de los países involucrados sino también del resto del mundo– será el desarrollo de alternativas independientes de los trabajadores y sectores populares.

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1.- “We reject the ideology of globalism and we embrace the doctrine of patriotism.”

Por Claudio Testa. SoB 488, 27/9/18.

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