Oct - 18 - 2018

Por Carlos Amaya (Socialismo o Barbarie de Honduras)

Miles de hondureños organizados en caravana abandonan Honduras y se dirigen a México con la esperanza de poder llegar a Estados Unidos, haciendo visible la profunda crisis económica, social y política que atraviesa Honduras desde hace varios años. La violenta reacción de Donald Trump y la hipocresía del gobierno hondureño sólo muestran la profunda incomprensión de la realidad de nuestros países y la única respuesta que conocen: el autoritarismo y la represión.

El tsunami

El pasado sábado 13 de octubre salió de San Pedro Sula una caravana de más de mil quinientos migrantes hacia Guatemala con el objetivo de llegar a Tapachula en el estado mexicano de Chiapas en calidad de refugiados y solicitar visa humanitaria al gobierno de México. Cinco días de caminata de los catrachos han provocado un verdadero tsunami en la región centroamericana.

La caminata que originalmente contaba con trescientas personas se multiplicó hasta llegar a casi tres mil al cruzar la frontera con Guatemala. Hombres, mujeres, niños, ancianos, discapacitados, en familia, con amigos o solos, unidos por un solo objetivo: buscar oportunidades que no existen en Honduras, cercados por el desempleo, las enfermedades, la violencia y la falta de perspectivas.

En el puesto fronterizo de Agua Caliente se produjo el primer intento de frenar la caravana por parte de la policía de Guatemala que estableció una barrera de antimotines que impidió durante más de tres horas el paso a los miles de migrantes. Sin embargo, la determinación de los catrachos rompió el cordón aprovechando los titubeos del gobierno chapín que inicialmente había dicho que no permitiría el ingreso pero que luego dio marcha atrás.

El llamado Triángulo Norte integrado por Guatemala, El Salvador y Honduras) forma parte de un acuerdo migratorio llamado C-4 que además incluye a Nicaragua, por medio del cual se permite el cruce fronterizo a sus habitantes con la simple presentación del documento nacional de identidad del país miembro, salvo los menores que deben contar con pasaporte y permiso de los dos padres.

A partir de ese momento, y pese a las violentas amenazas de Donald Trump y su vocera en Honduras, Heide Fulton, a las mentiras del gobierno de Juan Orlando Hernández y a la campaña mediática desatada para frenar la caravana; se multiplicaron los grupos que espontáneamente se están organizando en diversas ciudades de Honduras (Choluteca, La Ceiba, Santa Bárbara, Tegucigalpa y San Pedro Sula) para sumarse a la Caravana inicial, que puede rebasar las cinco mil personas.

Al momento de escribir este artículo (jueves 18 de octubre) más de 500 personas que se encontraban en el puesto fronterizo de Amatillo que limita con El Salvador detenidos por la policía y el ejército salvadoreño, habían podido cruzar y se dirigen al encuentro con la Caravana. En la zona norte en el puesto Agua Caliente está cerrado por la policía y el ejército hondureños obligando a centenares de compatriotas a internarse por la montaña para lograr su objetivo. Otro grupo se dirige al puesto de Corinto para poder cruzar hacia Guatemala.

Mientras los primeros grupos de catrachos han llegado a La Casa del Migrante en Tecún Umán, Guatemala, y unos pocos han cruzado a México.

Los gobiernos de la región en la encrucijada

Un día antes del inicio de la caravana, había concluido la Segunda Conferencia sobre Prosperidad y Seguridad del Triángulo Norte de C.A. en Washington con la participación del vicepresidente estadounidense, Mike Pence; los presidentes de Guatemala y Honduras, Jimmy Morales y Juan Orlando Hernández, y el vicepresidente de El Salvador, Óscar Ortiz. Además, los secretarios mexicanos de Relaciones Exteriores y Gobernación Alfonso Navarrete.

La Conferencia se inscribe en la política norteamericana contra las drogas, la violencia de las pandillas y la inmigración ilegal. Con un conjunto de medidas económicas enmarcadas en brindar mayores facilidades para la inversión privada, y un mayor control de la población centroamericana.

Según Mike Pence, sólo en el último año, “más de 225,000 guatemaltecos, hondureños y salvadoreños intentaron ingresar ilegalmente a la frontera sur de los Estados Unidos”. Al mismo tiempo, fueron deportados casi 75,000 personas de estos países. Siguiendo al vicepresidente gringo, “la cantidad de personas de El Salvador que intentaron ingresar ilegalmente a los Estados Unidos ha disminuido, pero el número de Honduras ha aumentado un 61 por ciento. El número de Guatemala ha aumentado en un 75 por ciento”.

Por estas razones, el representante del imperio se permitió exigir mayores acciones y recursos a Guatemala y Honduras para frenar la migración.

Ni se habían evaluado los resultados de la Conferencia cuando la Caravana hizo volar por los aires cualquier acuerdo que se hubiera logrado. Efectivamente, la violenta reacción de Donald Trump, informando al presidente hondureño que si la Caravana no era detenida y regresada inmediatamente se suspendería las ayuda y el dinero para Honduras, amenaza que pocas horas después amplió a Guatemala y El Salvador.

De último momento Trump ha exigido a México parar la caravana y amenaza con cerrar la frontera sur.

Las amenazas del presidente de EEUU no han amedrentado a los migrantes y han puesto a los gobiernos de la región en aprietos ya que la mayoría de ellos dependen no tanto de la ayuda de EEUU como de las remesas que envían los trabajadores migrantes en ese país. Aparentemente el gobierno de Guatemala pretende conformar a Trump con la detención ilegal del compañero Bartolo Fuentes (ex diputado de LIBRE) y reconocido dirigente popular y periodista de Honduras, a quien pretenden acusar de tráfico de personas.

El gobierno hondureño acusa a la oposición política (léase LIBRE) de ser la responsable y de querer perjudicar a los países de la región por motivos electorales, desconociendo que la migración ilegal es un fenómeno que tiene décadas de realizarse y que se ha profundizado en los últimos años por sus políticas de gobierno y el creciente autoritarismo a partir del golpe de estado del 2009.

El gobierno de México reaccionó militarizando la frontera con Guatemala y señalando que no permitirán el ingreso ilegal a nadie. Posición coherente con la política demostrada en estos años siendo México el país que más centroamericanos ha deportado.

Sin embargo, el Gobernador de Chiapas ha dicho que brindarán ayuda humanitaria a los catrachos y el Congreso Nacional Indígena se pronunció en total solidaridad con los migrantes. Mientras el recién electo presidente López Obrador sostuvo que a “partir del primero de diciembre vamos a ofrecer empleo a migrantes centroamericanos, … el que quiera trabajar en nuestro país va a tener apoyo, va a tener una visa de trabajo”, siendo este el primer desafío como presidente que tendrá que enfrentar.

Crece la solidaridad en medio de la desesperanza

Desde el inicio de la caminata de la Caravana de Migrantes, ha ido creciendo la solidaridad para la que no existen las fronteras. Hondureños, guatemaltecos y mexicanos se movilizan para colaborar con el transporte, la alimentación y el alojamiento de miles de migrantes.

El ejemplo de la caravana está siendo imitado por numerosos grupos en Honduras, que de esta manera están convirtiendo la migración invisible que hemos tenido en los últimos veinte años y que nos ha convertido en un país exportador de mano de obra, principalmente a Estados Unidos, Canadá, México y España, en una migración visible que expresa con total crudeza la bancarrota de las clases dominantes de Honduras, que tienen sumido al país en una permanente crisis económica, con una corrupción incrustada en las instituciones estatales, con políticos y empresarios vinculados al crimen organizado y el narcotráfico. Situación profundizada con la instalación de un régimen dictatorial a partir del golpe de estado del 2009 y consolidado mediante los fraudulentos procesos electorales llevado a cabo desde entonces, cuya cabeza visible es el dictadorzuelo Juan Orlando Hernández.

La Caravana de hondureños es un anticipo de lo que puede ocurrir con el resto de países centroamericanos en la medida que las condiciones de vida y el crecimiento del autoritarismo y de las tendencias facistoides que recorre el capitalismo mundial vayan empujando cada vez más amplias masas hacia la miseria y la degradación.

Centroamérica se encuentra nuevamente en la encrucijada, el orden establecido tras la firma de los acuerdos de Esquipulas que pusieron fin a la guerra civil en la región estableciendo un nuevo orden burgués se tambalea. Tras el estrepitoso fracaso de las llamadas “izquierdas del socialismo siglo XXI” en Latinoamérica, el futuro de la región dependerá de la capacidad que tenga la clase obrera y la izquierda revolucionaria para construir propuestas y organizar democráticamente al pueblo trabajador en la lucha contra el capitalismo dependiente, corrupto y dictatorial en la perspectiva de una federación socialista de Centroamérica.

Inmediata libertad para Bartolo Fuentes y los demás compañeros detenidos en Guatemala.

Libre tránsito para todo centroamericano que busque refugio en otro país frente a la crisis de la región.

Solidaridad internacional con la Caravana de Migrantes.

Por Carlos Amaya (Socialismo o Barbarie de Honduras). 18/10/18.

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