Oct - 25 - 2018

Por Carlos Amaya (Socialismo o Barbarie de Honduras)

La caravana de migrantes hondureños, aumentada con cientos de salvadoreños, guatemaltecos y nuevos contingentes catrachos caminan por tierras chiapanecas, donde deben enfrentar las diferentes tácticas anti migratorias del gobierno mexicano para hacerle el trabajo sucio al gobierno de Donald Trump, empezando por una campaña de desinformación con el objetivo de dividir la caravana para invisibilizar nuevamente la tragedia de las migraciones.

Según informan autoridades locales del municipio de Suchiate, aproximadamente unos 7,200 migrantes han salido de ese municipio en caravana con destino a Tapachula, Chiapas, en su ruta hacia los Estados Unidos, mientras cientos quedaban retenidos en el puente del río Suchiate. Esta nueva caminata, es parte de las más de 5000 personas migrantes que llegaron a la frontera de Guatemala y México en el marco de la Caravana de hondureños que salió de San Pedro Sula el pasado 13 de octubre.

El primer cerco fronterizo de Guatemala no pudo resistir el empuje de los catrachos que lo rebasaron y llenaron el Puente Internacional sobre el río Suchiate, en Ciudad Hidalgo, Chiapas, pero fueron contenidos por la Policía Federal de México mediante el uso de gases lacrimógenos y represión afectando mujeres y niños. Imágenes que dieron la vuelta al mundo impactando por el dramatismo de las mismas.

A partir de dicho momento, se ha entrado en una nueva etapa, en la cual el gobierno mexicano ha expresado que dejará ingresar a México a las personas que sigan con los procedimientos migratorios establecidos incluyendo las solicitudes de asilo, situación que ha provocado la división de la caravana en tres grupos:

  1. El de los “legales”. Aproximadamente unos 700 que solicitaron el refugio y fueron llevados a las oficinas de la Estación Migratoria “Siglo XXI”, ubicada en Tapachula, donde llenaron los formatos para solicitar su ciudad de refugiado o de asilo en el país. Posteriormente serán llevados a las instalaciones de la Feria Mesoamericana, al sur de la ciudad, donde ya fue montado un refugio temporal, con cientos de tiendas de campañas individuales, cobertores, agua, alimentos y atención médica. Allí deberán esperar un plazo de hasta 45 días para saber la resolución de sus casos, ya que en ese tiempo “las autoridades investigarán sus datos en sus países de origen, incluyendo la posibilidad de que tengan órdenes de aprehensión, o sean miembros de alguna banda delictiva, entre otros”.
  2. Los “retornados”. Son aquellos que del puente retrocedieron nuevamente a Guatemala donde las autoridades de migración en coordinación con autoridades de Honduras procederán a su repatriación. Se calcula que son unas 600 personas de distintas nacionalidades.
  3. Los “ilegales”. Cruzaron el río Suchiate sin pasar por migración desconfiando del gobierno mexicano debido a la lentitud del procedimiento propuesto y a los acuerdos que tendría con el gobierno de Donald Trump.

Por fuera de estos tres grupos más de mil personas se encuentran “encapsuladas” en el puente sobre el río Suchiate a la espera de los próximos acontecimientos.

Los desafíos

Todos los gobiernos de la región mesoamericana tratan de desviar la atención de la magnitud del fenómeno generado por la caravana, así como de sus causas y del rol que los gobiernos han jugado.

Uno de las principales características de la caravana de migrantes, es la cantidad de personas que marchan organizadas y públicamente para lograr su objetivo. En relación a la cantidad, sólo en el caso de Honduras, salen diariamente unos 300 migrantes a medianoche, a escondidas. En muchos casos pagando coyotes, que son los encargados no sólo de llevarlos sino de pagar los sobornos a las autoridades policiales, migratorias, aduanales, empresas de transporte, etc. La cantidad que va en la caravana equivale a la cantidad que sale en 15 días. Y la inmensa mayoría van sin pagar coyotaje.

Este hecho es histórico porque pone en evidencia a nivel mundial, las limitaciones y condiciones de vida en el patio trasero de Estados Unidos que de otra forma pasan desapercibidas. En el caso de Honduras, pone en evidencia el fracaso de la política neoliberal de apertura de mercados y entrega de riquezas que se viene llevando a cabo desde la última década del siglo pasado y que fue la base del modelo democrático bipartidista que colapsó con el golpe del 2009. Pero también pone en evidencia cómo la profundización de dicha política económica acompañada de la corrupción institucional generalizada y la violencia y represión desatados tras el golpe, han cerrado toda oportunidad de acceso a empleo, salud, educación y vivienda para una población que en más del 65% se encuentra bajo el nivel de pobreza, amenazada por una violencia que han hecho de Honduras uno de los países más violentos del mundo.

Pero también hay que señalar la hipocresía de los gobiernos como el de Honduras que disimulan el fracaso de su política económica con las remesas que envían los migrantes desde Estados Unidos y España. Las autoridades económicas de Honduras se han fijado como meta que las remesas este año superen los 4.600 millones de dólares. Y la única forma que la superen es con mayor cantidad de migrantes. Eso significa que públicamente se pronuncian contra la migración, pero dependen de ella para su política.

De acuerdo con datos oficiales, el 80 por ciento de las remesas enviadas a Honduras provienen de Estados Unidos, país donde viven poco más de un millón de hondureños de manera legal e ilegal.

En todo 2017 las remesas, que representan más del 18 por ciento del producto interno bruto (PIB), sumaron 4.330 millones de dólares. Son la principal fuente de divisas del país, por encima de las exportaciones como el café, los productos de la maquila, el camarón y otros.

Libre paso para los migrantes

Bajo esta realidad reiteramos la necesidad de garantizar el libre paso a los migrantes para que se cumpla con su derecho a migrar para buscar mejores condiciones de vida. Así como reivindicar la nueva modalidad organizada que están impulsando y que limita el accionar de los grupos delictivos que viven de la migración clandestina.

Por Carlos Amaya (Socialismo o Barbarie de Honduras), 22/10/18.

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