Abr - 25 - 2014

La creciente conflictividad obrera en China se combina con un mecanismo que hace doblemente explotada a buena parte de la clase trabajadora. Es la cuestión de la “residencia”. Esto “calienta” por encima de lo “normal” cualquier conflicto que afecta a esos sectores.

Como en otros regímenes stalinistas, los trabajadores no tienen derecho a cambiar de lugar de residencia, sin permiso de sus amos burocráticos. Esto convierte a una buena parte de los obreros de China en inmigrantes “ilegales”… dentro de su país!!!

En EEUU y la Unión Europea, el capitalismo se aprovecha de sus infames leyes de inmigración para convertir al inmigrante en un trabajador doblemente explotado y sin derechos. En China, la burocracia hace algo similar en aras de los bolsillos de los capitalistas chinos y extranjeros, mediante el sistema “hukou”, de “registro de residencia”… un registro que por supuesto la burocracia maneja a su arbitrio, para dejar por fuera un amplio sector.

Se calcula que en China los “trabajadores emigrantes” (provenientes casi todos del campo) llegan a 300 millones. Sin derecho de residencia, como “clandestinos”, tienen los peores trabajos y los salarios más bajos.

El estado y los capitalistas fomentan la más brutal discriminación contra esa capa del proletariado, y no sólo por las enormes ganancias que les proporciona. También tratan de alentar la hostilidad de los trabajadores y capas de clase media con residencia urbana.

Es que, al igual que el racismo antiinmigrante en EEUU y la UE, les sirve para tratar de dividir a la clase trabajadora, hacer que se enfrenten sus diversos sectores; en este caso, las dos categorías: urbana y “rural”… Y ponemos “rural” entre comillas, porque en verdad en su gran mayoría son obreros que trabajan en la ciudad. Esta discriminación escandalosa se extiende no sólo al salario y condiciones de trabajo, sino también en cuanto a servicios de salud, educación, etc.

En el trabajo, muchos son víctimas de cadenas de intermediarios y “subcontratistas”, mafias ligadas a la burocracia, que no sólo se quedan con gran parte del salario, sino que llegan muchas veces hasta el asesinato de los que protestan.

Al mismo tiempo, una de las señales del despertar de la clase obrera china, son los estallidos frecuentemente muy violentos de estos sectores de trabajadores. Una parte de los obreros en lucha de Nike-Adidas pertenece a este sector migrantes del campo, de bajos salarios y discriminados. La rabia acumulada que tienen, parece haberlos motorizado no sólo para hacer huelga, sino además para salir a la calle diariamente a enfrentar una de las policías más brutales del planeta.

E.S.,Socialismo o Barbarie, 24/04/2014

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