Jun - 14 - 2014

Bush y Blair dijeron que Irak era una guerra contra el fascismo islámico. La perdieron.

Después del acto grotesco de los talibán y Osama bin Laden y 15 de los 19 asesinos suicidas del 11 de septiembre, conozcan la última contribución monstruosa de Arabia Saudita a la historia mundial: el califato islamista sunnita de Irak y el Levante, conquistadores de Mosul y Tikrit –y Raqqa en Siria– y, posiblemente, Bagdad, y los últimos humilladores de Bush y Obama.

Desde Alepo, en el norte de Siria, casi en la frontera iraní-iraquí, los jihadistas de EIIL (Estado Islámico de Iraq y el Levante, también conocido como ISIS) y diversos otros grupúsculos pagados por los wahabistas sauditas –y por oligarcas kuwaitíes– ahora gobiernan miles de kilómetros cuadrados.

Además de la función de la Arabia Saudita en esta catástrofe, ¿qué otras historias se nos ocultarán los próximos días y semanas?

La historia de Irak y la historia de Siria son la misma –política, militar y periodísticamente: dos líderes, uno chiíta, el otro alauita, luchando por la existencia de su régimen contra el poder en aumento de un ejército internacional musulmán sunnita.

Mientras que los estadounidenses apoyan al desdichado primer ministro Nouri al Maliki y su gobierno electo chiíta en Irak, los mismos americanos siguen exigiendo el derrocamiento de Bashar al Assad de Siria y su régimen, a pesar de que ambos líderes son ahora hermanos de armas contra los vencedores de Mosul y Tikrit. La riqueza de Qatar pronto puede ser redirigida en otra dirección, lejos de los rebeldes musulmanes de Siria e Irak y hacia el régimen de Assad, por el miedo y el odio profundo hacia sus hermanos sunnitas de Arabia Saudita (que pueden invadir Qatar si llegan a estar muy enojados).

Todos sabemos de la “profunda preocupación” de Washington y Londres ante las victorias territoriales de los islamistas –y la destrucción completa de todo por lo que Estados Unidos e Inglaterra sangraron y murieron en Irak–. Nadie, sin embargo, se sentirá como parte de esta “profunda preocupación” tanto como el Irán chiíta, la Siria de Assad y el Irak de Maliki, quienes deben considerar las noticias de Mosul y Tikrit como un desastre político y militar. Justo cuando las fuerzas militares sirias estaban ganando la guerra para Assad, decenas de miles de militantes de base iraquí puede ahora atacar el gobierno de Damasco, antes o después de que se elija avanzar sobre Bagdad.

A nadie le importará ahora cuántos cientos de miles de iraquíes han sido asesinados desde 2003 a causa de las fantasías de Bush y Blair. Estos dos hombres destruyeron el régimen de Saddam para hacer el mundo seguro y declararon que Irak era parte de una batalla titánica contra el “islamofascismo”. Bueno, ellos perdieron. Recuerden que los norteamericanos capturaron y recapturaron Mosul para aplastar el poder de los combatientes islamistas. Ellos lucharon por Faluja dos veces. Y ambas ciudades se han perdido de nuevo a los islamistas. Los ejércitos de Bush y Blair hace tiempo que han vuelto a casa, cantando victoria.

Bajo Obama, Arabia Saudita continuará siendo tratada como una “moderada” amistosa en el mundo árabe, a pesar de que su familia real se basa en las convicciones wahabíes de los islamistas sunnitas en Siria e Irak –y a pesar de que millones de sus dólares están armando a esos mismos combatientes–. Así el poder saudita alimenta tanto al monstruo en los desiertos de Siria e Irak como adula a las potencias occidentales que lo protegen.

También deberíamos recordar que los intentos militares de Maliki para retomar Mosul son propensos a ser feroces y sangrientos, como han demostrado ser las batallas de Assad para volver a tomar las ciudades. Los refugiados que huyen de Mosul tienen más miedo de la venganza del gobierno chiíta que el que tienen de los jihadistas sunnitas que han capturado su ciudad.

A todos nos dijeron que consideremos el nuevo “califato” armado como una “nación terrorista”. Abu Mohamed al Adnani, el portavoz de EIIL, es inteligente y está prevenido contra la arrogancia. Por eso habla de un avance sobre Bagdad, cuando podría estar pensando en Damasco. Isis, en gran medida, está dejando ilesos a los civiles de Mosul.

Por último, se nos dirá que consideremos el futuro como una guerra sectaria cuando en realidad será una guerra entre los sectarios musulmanes y los sectarios no musulmanes. La parte de “terror” estará en las armas que enviamos a todos lados.

Traducción: Celita Doyhambéhère, Página/12, 13/06/2014

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Iraq crisis: Sunni caliphate has been bankrolled by Saudi Arabia

Bush and Blair said Iraq was a war on Islamic fascism. They lost

Por Robert Fisk, The Independent, June 12, 2014

So after the grotesquerie of the Taliban and Osama bin Laden and 15 of the 19 suicide killers of 9/11, meet Saudi Arabia’s latest monstrous contribution to world history: the Islamist Sunni caliphate of Iraq and the Levant, conquerors of Mosul and Tikrit – and Raqqa in Syria – and possibly Baghdad, and the ultimate humiliators of Bush and Obama.

From Aleppo in northern Syria almost to the Iraqi-Iranian border, the jihadists of Isis and sundry other groupuscules paid by the Saudi Wahhabis – and by Kuwaiti oligarchs – now rule thousands of square miles.

Apart from Saudi Arabia’s role in this catastrophe, what other stories are to be hidden from us in the coming days and weeks?

The story of Iraq and the story of Syria are the same – politically, militarily and journalistically: two leaders, one Shia, the other Alawite, fighting for the existence of their regimes against the power of a growing Sunni Muslim international army.

While the Americans support the wretched Prime Minister Nouri al-Maliki and his elected Shia government in Iraq, the same Americans still demand the overthrow of Bashar al-Assad of Syria and his regime, even though both leaders are now brothers-in-arms against the victors of Mosul and Tikrit.

The Croesus-like wealth of Qatar may soon be redirected away from the Muslim rebels of Syria and Iraq to the Assad regime, out of fear and deep hatred for its Sunni brothers in Saudi Arabia (which may invade Qatar if it becomes very angry).

We all know of the “deep concern” of Washington and London at the territorial victories of the Islamists – and the utter destruction of all that America and Britain bled and died for in Iraq. No one, however, will feel as much of this “deep concern” as Shia Iran and Assad of Syria and Maliki of Iraq, who must regard the news from Mosul and Tikrit as a political and military disaster. Just when Syrian military forces were winning the war for Assad, tens of thousands of Iraqi-based militants may now turn on the Damascus government, before or after they choose to advance on Baghdad.

No one will care now how many hundreds of thousands of Iraqis have been slaughtered since 2003 because of the fantasies of Bush and Blair. These two men destroyed Saddam’s regime to make the world safe and declared that Iraq was part of a titanic battle against “Islamofascism”. Well, they lost. Remember that the Americans captured and recaptured Mosul to crush the power of Islamist fighters. They fought for Fallujah twice. And both cities have now been lost again to the Islamists. The armies of Bush and Blair have long gone home, declaring victory.

Under Obama, Saudi Arabia will continue to be treated as a friendly “moderate” in the Arab world, even though its royal family is founded upon the Wahhabist convictions of the Sunni Islamists in Syria and Iraq – and even though millions of its dollars are arming those same fighters. Thus does Saudi power both feed the monster in the deserts of Syria and Iraq and cosy up to the Western powers that protect it.

We should also remember that Maliki’s military attempts to retake Mosul are likely to be ferocious and bloody, just as Assad’s battles to retake cities have proved to be. The refugees fleeing Mosul are more frightened of Shia government revenge than they are of the Sunni jihadists who have captured their city.

We will all be told to regard the new armed “caliphate” as a “terror nation”. Abu Mohamed al-Adnani, the Isis spokesman, is intelligent, warning against arrogance, talking of an advance on Baghdad when he may be thinking of Damascus. Isis is largely leaving the civilians of Mosul unharmed.

Finally, we will be invited to regard the future as a sectarian war when it will be a war between Muslim sectarians and Muslim non-sectarians. The “terror” bit will be provided by the arms we send to all sides.



[1] Corresponsal en Medio Oriente.

Por Robert Fisk[1], The Independent, 12/06/2014

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