Jun - 2 - 2016

La lucha de clases en Brasil ha entrado en una nueva etapa. Vivimos una de las más graves crisis económicas y sociales de nuestra historia. Junto con ello, una crisis política resultante de, por una parte, las maniobras antidemocráticas de la derecha y de las grandes empresas, y de la otra, el fracaso absoluto de la política de conciliación de clases adoptada por el PT y el modelo de Lula.

La ofensiva de la derecha y las maniobras antidemocráticas que llevaron a la destitución de Dilma ofrecen  al gran capital la oportunidad de profundizar al máximo su política de poner en la cuenta de los trabajadores y el pueblo todo el peso de la crisis. Con Michel Temer buscan aplicar las contrarreformas estructurales  de manera más brutal que el débil gobierno de Dilma venía aplicando lentamente.

Lo que tenemos delante es una amenaza real de una nueva contrarreforma de la seguridad, el fin de la garantía legal de los derechos laborales, la desconexión permanente de los recursos de la salud y la educación en el presupuesto, y una política radical de privatización. Ya estamos viendo una concretización de esa política de ataques en los recortes en el programa Mi casa Mi vida y en el desmantelamiento del Ministerio de Cultura. Además, existe el riesgo de un retroceso histórico para los derechos de las mujeres, los hombres y las mujeres de color, LGTB, indígenas, etc.

Sin haber recibido ningún voto y sin apoyo popular, el conglomerado reaccionario que usurpó el poder (PSDB, DEM, PMDB, etc.), dirigidos por Michel Temer, tendrá que recurrir a la represión a niveles cualitativamente superiores para que se puedan aplicar sus políticas. Para ello, profundizarán la criminalización de los movimientos sociales y la persecución a los que luchan y resisten. Incluso podrán utilizar el aparato represivo y legal (como la ley antiterrorista) creado por el gobierno de Dilma Rousseff.

La lucha contra el gobierno ilegítimo, golpista y anti-popular de Michel Temer es la tarea central de toda la izquierda y del movimiento obrero, de todos los explotados y oprimidos en nuestro país. Hay que luchar por construir un gran movimiento de masas por el “Fuera Temer” y sus ataques a los derechos políticos y las garantías de los trabajadores con el fin de construir un nuevo rumbo para el país. Para esto, se necesita la máxima combatividad, organización de base, la democracia y la unidad en las filas de la clase obrera, la juventud y el pueblo.

Un ejemplo de la combatividad y radicalidad necesaria es la juventud estudiantil en la ocupación de escuelas en varios estados y su voluntad de lucha conjunta con los trabajadores de la educación, como en el caso de Río de Janeiro.

Pero además, esta nueva etapa requiere nuevas respuestas y alternativas políticas que la izquierda socialista no ha sido capaz de presentar plenamente. Esta alternativa política se muestra aún más urgente a medida que la vieja dirección de Lula y el PT desnudan todas sus limitaciones y debilidades.

Uno de los principales obstáculos en la lucha contra la derecha en el período final, incluida la lucha contra el juicio político, fue el carácter burgués y antipopular del propio gobierno de Dilma. Este gobierno hasta el último día insistió en la aplicación de política típica de la derecha como la ley antiterrorista, el apoyo al proyecto de apertura de la pre-sal para la exploración de las empresas extranjeras, la reforma de las pensiones y, aún con el juicio político ya establecido, buscó un pacto nacional con la burguesía.

Las direcciones del PT y PCdoB, vinculadas al gobierno como estaban, no fueron capaces de llevar la lucha hasta el final. Del mismo modo, no pueden apuntar a una estrategia de lucha contra Temer que vaya más allá de la disputa institucional y que supere su vieja forma de hacer política, tratarán de desviar la lucha de las masas contra el juicio político hacia las ilusiones sobre la contienda electoral de 2018.

Se necesita urgentemente una nueva alternativa de izquierda. Una alternativa para rechazar el sectarismo estéril,  que sepa, por lo tanto, hacer unidad de acción contra el enemigo de clase y al mismo tiempo sepa cómo construir colectivamente, sin hegemonías, en el campo de la izquierda, un frente de lucha anticapitalista, que repudie firmemente la estrategia del lulismo y que señale una nueva perspectiva para los trabajadores.

La construcción de esta política alternativa depende de la unidad de las fuerzas políticas y sociales de la izquierda socialista sobre una base programática clara, anticapitalista y socialista. Por lo tanto, abogamos por la construcción de un bloque de izquierda socialista para luchar en todos los espacios posibles, unificando partidos como el PSOL, PSTU y PCB, organizaciones políticas de izquierda sin personería legal y movimientos sociales clasistas y combativos, como MTST, el CSP- Conlutas, el Inter, así como la juventud que  enfrenta con valentía la política neoliberal.

Este bloque político unificado de la izquierda socialista podría ser un gran polo de atracción para muchos sectores que están sacando sus conclusiones sobre los límites del lulismo y el PT y sus organizaciones aliadas, además de atraer a las nuevas generaciones que nunca han tenido referencia a estas viejas direcciones.

En la lucha por ese Bloque de la Izquierda Socialista trataremos de promover la discusión política sobre el programa, las políticas, las tácticas y la estrategia, así como una intervención organizada en todos los ámbitos de lucha de la clase trabadora. Nosotros no somos los que ya tienen las respuestas preparadas, pero si somos los que quieren, desde la discusión franca y abierta y la acción concreta en la lucha, ayudar a construir nuevas síntesis y alternativas para los trabajadores y la juventud.

Primeros firmantes:

Coletivo “Chega de Sufoco”- Metroviários

Conspiração Socialista – CS

Insurgência (PSOL)

Liberdade, Socialismo e Revolução – LSR (PSOL)

Nova Organização Socialista – NOS (PSOL)

Partido Comunista Brasileiro – PCB

Socialismo ou Barbárie – SoB (PSOL)

Traducción de SoB - 20/5/16

Categoría: América Latina, Brasil Etiquetas: