Sep - 29 - 2016

La gracia parcial de Hollande era una burla

Esperábamos que Jacqueline estuviera libre desde hace ya algunos meses. Después de 47 años de tortura había acabado con su marido verdugo y violador de sus hijas, por lo que fue condenada a 10 años de prisión . Gracias a la movilización de multitud de mujeres por su libertad, Hollande había otorgado una gracia parcial, pero era  una trampa para que las mujeres se callaran. El juez de aplicación de penas tenía la  última  palabra y mostró cómo la justicia francesa es patriarcal y burguesa. El 12 agosto, el Tribunal de aplicación de penas de Melun negó a Jacqueline la libertad condicional. En su decisión, el Tribunal dice que necesita ayuda psicológica  “para que comprenda lo prohibido de pasar al acto”.  “Ella no ha comprendido la noción  de prohibición. No entiende la razón  de la condena y ha estado apoyada en su error por las personas que la apoyan ( las mujeres y algunos hombres solidarios), por la evolución muy rápida de su situación penal y  la mediatización (politización) de su caso”.

El Tribunal quiere dejar sentado que  las movilizaciones de mujeres por obtener justicia no son sólo inútiles, sino negativas para el bienestar de la acusada. Lo  tienen todo bien pensado. No hagan olas que al final son los jueces los que deciden si una mujer maltratada merece justicia, si tiene derecho a defenderse de su verdugo, que tenía impunidad de hecho y estaba protegido por la sociedad patriarcal. La justicia burguesa patriarcal pretende tratar a todos igual, pero al no incorporar que los más débiles están sometidos a la opresión, explotación y racismo es profundamente injusta. Por eso no acepta la legítima defensa cuando una mujer agrede a su verdugo. En el caso francés los jueces sólo declaran legítima defensa si la mujer no usa ningún arma! como si fuera posible lograr salvarse desarmado frente a un agresor más fuerte que nosotras. Las abogadas de Jacqueline Sauvage han tratado de establecer la legítima defensa de las mujeres víctimas de violencia como un precedente, pero la justicia patriarcal francesa no quiere aceptar algo que implique que la igualdad real entre mujeres y hombres no existe. Las leyes no fueron creadas para escuchar la voz de los más oprimidos y explotados sino para defender los intereses de la clase dominante.

Es  como cuando los obreros se niegan a ser golpeados por los patronos y organizan acciones que son calificadas de criminales por los jueces, los luchadores obreros son arrestados y condenados a prisión y a multas enormes. La reiterada condena a mujeres como Jacqueline Sauvage y la impunidad de la que gozan  violadores y asesinos  no son errores de los jueces: la justicia es patriarcal. Sólo la movilización de las mujeres  y los oprimidos y explotados permitirá cambiar esas leyes injustas.

En otros países, como en Argentina, las mujeres se movilizan en la calle desde hace tiempo para obtener justicia. En Francia era la primera vez en muchos años que las mujeres se movilizaban por la libertad de una víctima condenada. Además, como en todos lados, se trata de movilización de mujeres jóvenes, una nueva generación que viene a perturbar el viejo feminismo que se había integrado a las instituciones del sistema. Estas nuevas activistas saben que el sistema capitalista no tiene nada que ofrecer a las nuevas generaciones; al contrario, ven que el aumento de la precariedad afecta sobre todo a las mujeres trabajadoras.

Hay de nuevo una colecta de firmas por la libertad inmediata de Jacqueline Sauvage. Esperamos que las asociaciones feministas llamen rápidamente a movilizar por la libertad de Jacqueline Sauvage. El CNDF[1] ha publicado un comunicado en su apoyo, pero habría que fijar una fecha para concentrarse. Sólo la movilización en la calle puede doblegar  la justicia burguesa y patriarcal.

[1] Consejo Nacional por los Derechos de las Mujeres

Por Flora Kessler, SoB France, 22/9/16

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