Mar - 16 - 2017

El pasado 8 de Marzo nadie tuvo que ocuparse de aclarar que “no queremos flores ni bombones”. El movimiento de mujeres mundial, masificado en los Ni Una Menos y en la marcha de millones contra Trump, hizo suya la histórica fecha de la mujer trabajadora con paros y multitudinarias movilizaciones en cincuenta países y 200 ciudades.

El “tono” de las acciones no fue igual en todas partes, pero en los países donde se están viviendo los mayores conflictos sociales y políticos, la bobada “antihombre” que algunas corrientes del feminismo intentan poner de moda quedó sepultada bajo el repudio a la represión de los Estados, a los gobiernos capitalistas patriarcales, y sobre todo bajo las reivindicaciones de las trabajadoras e inmigrantes, que protagonizaron la jornada junto a los reclamos de aborto legal y contra la violencia hacia las mujeres.

La tragedia de Guatemala, donde el 8 de Marzo perdieron la vida en un incendio cuarenta niñas que protestaban por las terribles condiciones de explotación sexual y hacinamiento que sufren en el centro de menores Virgen de la Asunción, marcó la jornada poniendo al rojo vivo el grado de barbarie al que están sometidas las mujeres y jóvenes pobres de Latinoamérica, y desnudando al gobierno como responsable directo de esa barbarie.

Los carteles de “Fuera Trump” en EEUU y “Fuera Temer” en Brasil, el grito de “Paro general” que sacudió la Plaza de Mayo en Argentina, las madres de los 43 estudiantes asesinados por Peña Nieto encabezando la marcha de mujeres en México, los 200 micros de trabajadoras automotrices de Estambul, las feministas rusas que fueron presas por colgar su bandera en una torre del Kremlin, son muestra de un movimiento que comienza a politizarse y a ubicar a enemigos y aliados con mayor claridad.

Los intentos de Macri y Trump de “celebrar” o “felicitar” a las mujeres en su día también quedaron sepultados. En EEUU Trump recibió a cambio un aluvión de mensajes repudiándolo por misógino. En Argentina la respuesta fue el ya mencionado llamado a la huelga general desde la multitud que llenaba la plaza.

En este último país también sucedió una significativa pelea entre explotadores y explotadas en el propio escenario del acto, que vale la pena comentar. La cámara de proxenetas llamada AMMAR, disfrazada de sindicato de meretrices, apañada por el kirchnerismo y afines, pretendió tapar los carteles de las Madres de Víctimas de la Trata hasta que Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo, tomó el cartel en sus manos y lo levantó en el escenario. Esperamos con optimismo que una creciente unidad entre el movimiento de mujeres y el de todos los explotados y oprimidos termine arrojando al basurero de la historia esta aberración que hoy vivimos: la de ver al capitalismo proxeneta infiltrándose en el movimiento de mujeres enarbolando la supuesta “libertad” de prostituirse.

El feminismo del 99%

Otra cosa alentadora está ocurriendo en EEUU donde un grupo de reconocidas feministas, apoyándose en el repudio activo de masas al gobierno de Trump, ha decidido salir al combate contra otra de las aberraciones presentes en el movimiento de mujeres mundial: el “feminismo neoliberal”, muy instalado en ese país, que solo pelea por que las mujeres ganen lugares en las jerarquías empresariales, políticas y militares y del cual Hilary Clinton es la principal referente.

Estas dirigentes (Nancy Fraser, Angela Davis, Barbara Ransby y otras) llaman a conformar un nuevo feminismo que luche por los derechos de las trabajadoras, las inmigrantes y las negras, que se identifique con la clase explotada y con los sectores sociales oprimidos, en lugar de buscar lugares de prestigio en las alturas del capitalismo patriarcal. En sus declaraciones consideran que el nuevo y extendido activismo que ha aparecido en la sociedad norteamericana peleando contra el gobierno de Trump es la base que hace posible, según palabras de Fraser, “darle otro rumbo al feminismo en EEUU”.

En su convocatoria al paro mundial del 8/3, lanzaron un manifiesto para “construir un feminismo para el 99%, un feminismo popular, anticapitalista, un feminismo en solidaridad con las mujeres trabajadoras, sus familias y sus aliados en todo el mundo”.

Así como en Argentina la gran lucha docente y la movilización del 7/3, que expresaron en la calle un salto en la bronca de los trabajadores contra el gobierno, ayudaron a construir un 8 de Marzo contra Macri, la entrada en acción de los explotados y oprimidos en el mundo irá impulsando la politización de este enorme y heterogéneo movimiento de mujeres, y abriendo un creciente espacio para el feminismo socialista y revolucionario que Las Rojas levantamos.

Por Patricia López, SoB 417, 16/3/17

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